Por: Osiris MosqueaCuando se abrió en mi vida el mundo de la literatura (siendo muy joven) descubrí entre otros la poesía de Pablo Neruda y desde entonces he sido su seguidora. Comencé a coleccionar sus libros, informaciones, artículos y fotografías. Todo que sobre él se publicaba en los periódicos y revistas hasta poseer un gran banco de datos y fotografías, lo que se convirtió en la consulta casi obligada para los actos culturales de mi pueblo cundo de Neruda se trataba. Mis amigos me llamaban la amante espiritual de Neruda para burlarse de mí pero eso realmente me hacia feliz.
Por muchos años soñé con el momento de conocer a Chile. Estar en contacto directo con el legado del poeta, sus casas, sus libros, sus variadas colecciones de objetos recolectados por él y llevados a Chile desde los lugares mas recónditos e inimaginables. Ese día finalmente llego el 15 de Octubre 2008 cuando un grupo de Poetas Del Mundo arribamos a Chile para seguir juntos la ruta del poeta. Al día siguiente, cargadas y cargados de evidentes emociones nos dirigimos al primer encuentro con el bate chileno en su casa de Santiago, La Chascona. Frente a ella, nosotros Poetas del Mundo le rendimos un homenaje con nuestra presencia y la lectura de nuestros poemas. En la noche, compartimos una cena de bienvenida en el restaurante``Off the Record`` ubicado en el Barrio Bellavista próximo a la Chascona. Esa noche entre poemas y música, los poetas allí reunidos, comenzamos a estrechar nuestros lazos.
El viernes 17 segundo, día de nuestro encuentro, salimos tempranito con destino a Rancagua a 85 km. al Sur de Santiago para asistir en romería al cementerio y acto en homenaje al poeta Oscar Castro. Allí junto a su viuda Isolda Pradel, su hija, nieto y una serie de poetas locales, leímos nuestros poemas frente a su tumba. Los Poetas del Mundo asistentes donaron sus libros a la biblioteca de la fundación Oscar Castro dirigida por su nieto Miguel Alcaya Castro y tuvimos la oportunidad de adquirir y conocer mejor su obra.
Oscar Castro, ido a destiempo cuando contaba con 34 años de edad, dejó una generosa herencia literaria en versos, cuentos y novelas. Su obra, fue para muchos desconocida porque además de su corta vida el fué un escritor que nunca salio de su provincia. Su viuda quien cuenta ahora con 94 anos y quien fue su musa, nunca lo olvida, porque el poeta decidió vivir en cada cosa que la circundara para no ser olvidado por la amada. Asi lo escribió el poeta:
``Yo me pondré a vivir en cada rosa/en cada lirio que tus ojos miren/y en cada trino cantare tu nombre/para que no me olvides.
Si al contemplar llorando las estrellas/se te llena el alma de imposible/es que mi soledad
viene a besarte/para que no me olvides.``
En su lapida estos versos: ``tierra mía, mi tierra con olor a vendimias/ Sabor del fruto dulce y del agua que bebo/el día en que tu entraña me recoja y me absorba/ te habré devuelto solo todo lo que te debo. ``
En horas de la tarde, nos dirigimos a San Fernando más al Sur, a 140 km. de Santiago. En la plaza que lleva el nombre del gran guerrillero Manuel Rodríguez compartimos con los poetas del pueblo, disfrutamos de un hermoso recital dedicado en esta ocasión a Violeta Parra.
Todos estábamos a la expectativa por la ya tradicional lluvia de poemas lanzados vía aérea por toda la ciudad, dichos poemas son escritos y copiados por los estudiantes de las escuelas, amas de casa y habitantes del pueblo durante todo el año para esa ocasión.
La avioneta sobrevoló la ciudad, todos corrimos como niñas y niños para atrapar los poemas que volaban sobre la plaza, cual palomas coloreadas llevando entre sus alas la magia de la poesía de la Violeta.
Al final, compartimos un refrigerio y nos despedimos de San Fernando para regresar a Rancagua donde la fundación Oscar Castro nos esperaba con una suculenta cena, presentación artística, baile, música variada y regresamos a Santiago en horas de la madrugada repletos de alegría.
El Sábado 18 de octubre, siguiendo nuestra ruta le toco el turno a Valparaíso La Sebastiana, segunda casa de Pablo Neruda frente al Pacífico. En su escritorio frente la ventana descubrimos esta nota: ``El mar es tan grande y tan desordenado que me lo han puesto todo en el pacífico frente a mi ventana`` Después de la visita a la casa del poeta, procedimos a una lectura junto a los poetas anfitriones en la plaza de los poetas, dedicada a los tres grandes de Chile: Gabriela Mistral, Huidrobro y Neruda. Después nos dirigimos a un restaurante del puerto para disfrutar de una comida típica, no sin antes hacer una parada en el malecón donde el más joven de los poetas del grupo, el boliviano Fernando Ledesma, miro por primera ves el mar. Allí nos conmovimos con el asombro del joven poeta, que a los 17 años veía por primera ves el mar, entonces nosotros, todos, le regalamos el mar y gritamos a toda voces ¡Mar para Bolivia! ¡Mar para Bolivia! Yo le regale el mar de esta manera:
Te regalo el mar
te regalo el azul que se bebieron tus ojos
su presencia de espuma que no tiene dueño
el lenguaje que cabalga en sus olas.
Te regalo las caracolas
las algas
los peces todos
la citara que canta en el viento
norte y sur te regalo.
Te regalo el espejo del mar en el horizonte
el sabor ultramarino de sus especies
la rosa de los vientos
te regalo.
Te regalo el mar que vistió Alfonsina
la profundidad donde yacen sus poemas
el velo de la danza de su verso húmedo, triste
Poeta te regalo el mar.
Valparaíso es una ciudad mágica, sus pintorescas casitas ubicadas en sus 48 cerros parecen diseñadas y pintadas por las manos del más caprichoso artista. Vista desde uno de sus miradores constituye un verdadero espectáculo de luces. Sus angostas escaleras y el sistema de transporte a través de pequeños teleféricos para acceder hasta las viviendas más altas es algo muy atractivo. Desde cualquier punto de la ciudad se puede disfrutar del azul inmenso del mar que lo baña, su puerto y la presencia de los afanadores de la pesca. Mirándolo comprendí porque la ciudad cautivó al poeta y porque ha sido declarada patrimonio de la humanidad.
Esa cálida tarde, Viña Del Mar nos acogió con los brazos abiertos en una emotiva recepción y lectura poética en los salones del Palacio Carrasco, en compañía de los escritores de Viña.
El Domingo 19 Isla Negra, la tercera casa museo del poeta. De camino hicimos una parada para rendir homenaje al padre del creacionismo, el gran Vicente Huidobro. Frente a su tumba a unos cuantos pasos de la que fuera su casa, en una pequeña colina, esta inscripción nos da la bienvenida: `` Guiado por mi estrella, con el pecho vació y lo ojos clavados en la altura, Salí hacia mi destino. Oh mis amigo, aquí estoy, vosotros sabéis acaso, lo que yo era, pero, nadie sabe lo que soy. `` ``Abrid la tumba, al fondo de esta tumba se ve el mar``. Después de las lecturas, al despedirnos, tomé una rama fresca la deposité sobre su tumba y me marché con un sentimiento de tristeza por la soledad del poeta.
En Isla Negra, frente a la casa de Neruda, celebramos un acto organizado en La Casa del Arte, del poeta Alfred Asís y luego procedimos a visitar la casa donde vivió Pablo sus últimos años junto Matilde. Igual que la Chacona y la Sebastiana ésta casa esta llena de obras de artes traídas de todas partes del mundo, de todo su peregrinar por mas de 50 países. Al fin pude tocar sus amados Mascarones de proa, testigos de su amor por el mar y de las fantasías del poeta coleccionista. La visita a su tumba, bañada y custodiada por el mar de Isla Negra fué uño de los momentos cumbres de nuestro recorrido, el más esperado. Yo tome un puñado de arena de su tumba y le hice una secreta petición.
Un almuerzo en el restaurante de la conocida cantante Charo Cafré nos devolvió la energía. Con el sonido de su guitarra, entre canciones conocidas y del folklor chileno, en la voz de la anfitriona, crecio nuestra hermandad con los poeta de la isla.
La ruta se ensancha y en Las Cruces, en casa de Nicanor Parra nos recibe un letrero en forma de graffiti ¡Antipoeta! Llegamos tarde, el poeta impaciente no nos espera, mas nos dejó la puerta trasera abierta. Entendimos el mensaje, de esa manera nos concedía el permiso de entrar y así lo hicimos. Desde su terraza se observa todo el mar pacífico desordenado
Su casa es una verdadera antología poética, antipoética. En ella, nos encontramos de frente con la práctica de la economía mapuche, la economía de la subsistencia. Está llena de detalles. Cuenta con algunas instalaciones realizada por el artista: Una vieja goma de carro, una botella de vino con una vela. El la titula: Victimas del Transito. Una silla rota con unas botas de minero y una bandera chilena, su guitarra, su poncho de huaso, su sombrero, sus libros por doquier, algún escrito pendiente en su escritorio, en su comedor frutas, botellas vino descorchados en cada una de las habitaciones, en una pizarra un dibujo de la ciudad de Paris realizado por el poeta, el periódico del día sobre una mesita con un sugerente titular, las fotografías familiares, su hermana Violeta como en un altar, son entre otras cosas muestra de su humildad. Como dijo el antipoeta cuando cumplió sus 80 años de edad ``El mundo para un hombre de 80 años se descarda de significados convencionales`. ` Dejando a un lado dialécticas y contracciones, las sorpresas y los asombros el poeta en su sencillez cotidiana nos dice: `` Pero yo soy un niño que llama a su madre detrás de las rocas``.
Nicanor Parra cuenta con 94 años y su poética sigue siendo visionaria, cargada de humor, drama, de un fresco e irónico realismo además de una fuerte raíz popular.
En el mar de Las Cruces efectuamos el bautizo del joven poeta boliviano al que nosotros poetas del mundo le regalamos el mar. Allí, lo vimos jugar como un niño con las olas en su primer encuentro físico con la inmensidad del Pacífico.
De Las cruces pasamos a Melipilla y en el Espacio Socio-Cultural Los Guajiros rendimos homenaje al poeta Víctor Marín Calquin. Fuimos recibidos por una tuna compuesta por campesinos de la zona cantando canciones de su folklor y vestidos a la usanza con su hermoso y colorido vestuario. Comimos empanadas típicas y tomamos vino de la región.
A mi me agrado la amabilidad, y la sencillez de estas humildes personas. Fueron ellos unos excelentes anfitriones.
El lunes 20, en La Biblioteca Nacional de Santiago, los poetas asistentes al periplo pusieron a circular sus obras. Todos leímos nuestros poemas. Compartimos con los poetas Santiaguinos y mas tarde partimos en nuestra esperada visita al Palacio Presidencial La Moneda y la lectura de poemas en los salones y el sitio donde murió el presidente Salvador Allende. En la entrada al palacio, el trato de los militares que nos recibieron y el registro de protocolo de entrada fueron amables y cordiales.
Las cosas que pertenecieron al presidente, los objetos y el espacio físico, son parte de la memoria y el patrimonio histórico y cultural de Chile : Su escritorio original, el Retrato de Don Salvador Allende donado por el pintor Aldo Bahamonde al Palacio De La Moneda para la conmemoración del centenario de su nacimiento, los adornos de su oficina, su teléfono personal, una fotografía en compañía de sus hijos, la puerta por donde entro para no salir jamás a través de ella, su sala personal con el sillón preferido, tapizado en felpa roja recuperado para ambientar el salón donde murió. El brazo izquierdo caído tal como lo encontraron como una nota extrañamente simbólica y todo el salón coronado por la ventana desde donde Allende fué visto vivo por última ves. Desde donde dirigió sus palabras al pueblo de Chile, imagen que recorrió el mundo. Junto a esa ventana recordé algunas de sus palabras ``Colocado en un transito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. `` ``Más temprano que tarde abrirán las grandes alamedas por donde pase un hombre libre.`` Luego nos retiramos evidentemente sobrecogidos y recorrimos de regreso la plaza de la estrella solitaria, las adoquinadas calle de Santiago, las mismas que por las órdenes de un vil traidor se vieron teñidas de sangre inocente. Yo estaba triste.
Después de la entrega de certificados por el secretario general de Poetas del Mundo, Luís Arias Manzo, brindamos por la poesía, la páz del mundo y compartimos nuestros últimos momentos juntos.
Los poetas se marcharon. Yo seguí unos días más en Chile recorrí mas despacio la ciudad de Santiago, bañada por la caudalosa corriente del rió Mapocho cuyas aguas descienden de la cordillera, la cual se ve desde la ciudad, espectacularmente nevada, azul, brillante como un espejo en el horizonte.
Visité el museo dedicado a Salvador Allende, donde podemos ver objetos personales y una amplia exhibición de pinturas y esculturas donadas por artistas de todo el mundo. En el muro de las voces se han rescatado una gran cantidad de grabaciones que incluyen algunos discursos de Allende y de la gente del pueblo, en esos días del golpe de estado del 1973.
No quiero terminar esta crónica sin decir que no podemos visitar a Chile sin que los acontecimientos políticos del 1973 regresen a nuestra memoria. Sin que recordemos con tristeza que esos acontecimientos precipitaron la muerte del poeta Pablo Neruda entre la furia y la pena. Que todos los principios y el sagrado derecho de los hombres y mujeres chilenos fueron violados y que a raíz de ellos se produjeron muertes, violaciones, torturas, exilios y las desapariciones de miles de estudiantes, obreros, jóvenes revolucionarios y mujeres. No podemos olvidar los estadios llenos de inocentes masacrados donde trataron de callar la voz de Víctor Jara mutilando sus manos y luego quitándole la vida. No podemos olvidar los barcos en altamar cargados de prisioneros que jamás regresaron.
La herida del 1973 dejo una marca indeleble en el pueblo chileno, una pena nunca ajena y que pesar de la nueva generación, sigue fresca para los familiares, para las madres que aun buscan sus hijos o al menos una respuesta.
Hay en la ciudad muchas huellas de esos fatídicos días, casas que fueron centro de torturas, hoy recuperadas para honrar a aquellos que fueron llevados a ellas y de donde jamás salieron. Las placas con sus nombres dan testimonio. Las organizaciones de amigos y familiares realizan actos y vigilias semanalmente para que no se muera la esperanza de que se aclaren los hechos. Allí tuve el honor de expresar mi solidaridad a través de mis poemas con los familiares de los desaparecidos, allí también yo deposite mi fé por un mejor futuro junto a los muertos.
Con éste encuentro de Poetas Del Mundo en Chile, cerré un ciclo. No significa que dejare de ser la amante espiritual del poeta universal, el poeta del amor y la esperanza, el de la`` Espada Encendida`` y ``Las Piedras del Cielo``, de aquel cuya poesía está más cerca de la sangre que de la tinta como dijera Lorca, Pablo Neruda. No, sino que seguiré recorriendo otras huellas e iré dejando mis propias huellas.
Osiris Mosquea.
New New York.
Noviembre 2008.