México busca refrendar su prestigio como invitado de honor en el Salón del Libro de Ginebra
Los francófonos tienen ganas de leer a más escritores mexicanos nuevos y de géneros literarios más variados, afirma el escritor y editor Philippe Ollé-Laprune (1962).
Quien realiza desde hace más de 20 años una importante labor de intercambio cultural entre Francia y América Latina piensa que las letras mexicanas contemporáneas tienen buena presencia y acogida en los países francófonos y que es tiempo de consolidarlas.
“Es la época de confirmar, de mostrar un panorama más amplio, de abrirse a otros autores, de llevar una relación de fondo. Hay ganas de leer autores nuevos y más géneros y debemos consolidar todo esto”, agrega en entrevista con Excélsior.
El promotor y traductor comenta que la 27 edición del Salón del Libro de Ginebra, al que México asistirá como país invitado de honor a partir del próximo miércoles, es “una buena oportunidad” para reforzar el prestigio construido, ya que el encuentro librero suizo es “uno de los cinco más importantes de Europa”.
Para llevar su obra a este “lugar de mucho cruce”, al que no sólo acuden editores en lengua francesa, sino italiana y alemana, el curador del pabellón mexicano seleccionó a 15 autores de diferentes generaciones y géneros, entre quienes destacan Margo Glantz, Elsa Cross, Alberto Ruy Sánchez, Enrique Serna, Guadalupe Loaeza, Fabio Morábito y Álvaro Uribe.
En un espacio de 400 metros cuadrados, el Conaculta y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana exhibirán alrededor de cinco mil títulos a los más de 100 mil visitantes que espera el Salón durante sus cinco días de actividades.
Para Ollé-Laprune, esta presencia de las letras mexicanas en Ginebra es el comienzo de una nueva etapa. “Durante mucho tiempo, las traducciones de las obras de escritores mexicanos a la lengua francesa eran muy escasas y no había realmente un panorama completo al respecto.
“En 2009, México fue invitado de honor al Salón del Libro de París y, como lo pudimos planear con más tiempo, durante dos años se hicieron propuestas a editoriales francesas. Se usó la mecánica del Programa de Apoyo a la Traducción (Protrad) y, finalmente, logramos publicar 45 novedades para el Salón. Jamás había pasado en las letras mexicanas una operación de ese tamaño”, recuerda.
Según datos del Protrad, aportados por la Dirección de Publicaciones del Conaculta, se han otorgado de 2000 al 2011 los apoyos para que diversas editoriales, sobre todo de Francia, pero también de Canadá y Bélgica, publiquen 60 títulos de autores mexicanos tanto jóvenes como de reconocido prestigio.
“Lo que me da gusto ver es que algunos autores han seguido publicando con su editorial, como David Toscana en Éditions Zulma, que abrió después la puerta para los cuentos de Eduardo Antonio Parra, y Enrique Serna en Métaillé, en la que pronto publicará su novela La sangre erguida”.
El director de la Casa Refugio Citlaltépetl advierte que nadie sabe qué autor vende más, porque los editores no hablan de esas cosas. “Nuestro trabajo debe ser pensar cómo representar mejor a la literatura mexicana en letras francesas y no en el terreno del mercado. Hemos despertado el interés. Antes había como un freno y ahora se ha logrado un flujo normal de las cosas”, añade.
Enrique Serna, quien con la novela mencionada posee cuatro títulos en francés, destaca que, fuera de México, Francia es el único país donde considera que tiene lectores: “En 2009 fuimos al Salón del Libro de París más de 40 autores y en todas las presentaciones había mucha gente. Creo que hay más curiosidad por nuestra literatura en Francia que en España”, indica.
Quien ofrece a los lectores francófonos además sus títulos Amores de segunda mano, Uno soñaba que era rey y El miedo a los animales espera que su obra también sea recibida cálidamente en el Salón del Libro de Ginebra, a donde asiste por primera vez.
El poeta Hernán Bravo Varela explica que tiene una gran expectativa de participar en un encuentro librero donde México no había tenido una presencia fuerte y que, además, será su mayor experiencia con los lectores francófonos, pues hasta ahora su poesía sólo se ha publicado en algunas revistas francesas.
En 2011, detalla, asistió con Luis Felipe Fabré, otro de los poetas invitados a Ginebra, al Mercado de la Poesía de París, donde la respuesta del público fue “maravillosa, gustó mucho nuestra poesía”. Dice que en Ginebra el reto es mayor porque compartirá escenario con autores reconocidos.
El Pabellón de México organizó seis conferencias, seis mesas de reflexión y análisis, entre las que destaca un homenaje a Carlos Fuentes, lecturas de poesía y dramatizada, además de una exposición fotográfica de Flor Garduño, cine y una muestra gastronómica.
Fuente: Excelsior