miércoles, noviembre 25, 2020

ENTRE COPÉS. Recital de poesía

 


Doce premios copés de poesía reunidos en un evento sin precedentes. 

En el marco de La Feria Escolar del Libro 

"Marco Martos 2020" de la  I.E República del Perú". 

Se presentarán doce poetas ganadores del premio de poesía 

más importante del Perú: el Premio COPÉ

Estarán leyendo sus poemas:

Alfredo Herrera

Johnny Barbieri

Antonio Sarmiento

Marco Antonio Quijano

Óscar Limache

Boris Espezúa

Ana Varela 

Christian Zegarra

Carlos Reyes

Leoncio Luque

Miguel Ildefonso

Darwin Bedoya


Están todos invitados. Vía web

viernes, noviembre 06, 2020

Madre América de Johnny Barbieri - algunos poemas


 Madre América / Johnny Barbieri

 

“Madre América es un libro que lo empiezo a escribir a partir del 2008, cuando inicio una serie de viajes a diversos países de Latinoamérica: Chile, Cuba, México, Colombia, Argentina, Bolivia. Estos viajes me confirman que estaba frente a una patria mayor, que ya no solo era el Perú, sino era Latinoamérica nuestra casa, la casa grande, nuestra madre patria. Decidí entonces escribir sobre ella, cantar a aquella tierra que nos vio nacer. Me uno de esta forma al grupo de poetas que decidieron, en cierto momento, hacer esto: Andrés Bello con sus Silvas americanas, Chocano y su Alma América, Neruda y su contundente obra mayor Canto General, Raúl Zurita y su Inri, nuestro Manuel Scorza y sus Imprecaciones, entre otros.

Madre América lo voy a estructurar en tres partes: la primera refiere a la parte física de América, a la América genitora, lo componen doce poemas que tienen títulos a la manera de las crónicas que se hicieron en época de la conquista. La segunda parte es una especie de memorial sobre lugares puntuales de nuestra América como Cusco, Chavín, El Río Amazonas, El Lago Titicaca, Nazca, etc. Lo componen diez poemas, y termino con una tercera parte que tiene un solo poema de largo aliento y que habla sobre la conquista de esta parte de nuestro continente. Este libro no es un canto épico, más bien diría yo, es un canto lírico a nuestra Madre América.” (Johnny Barbieri)

 

  

AMÉRICA MARÍA / de cómo se amaba a la mujer como al universo mismo

                a Carmen Lizama

mi mujer se llama María, se llama luna, se llama siega en el campo

al atardecer.

se llama lluvia en el terral baldío, flama de leña que cuece los adobes,

río que serpea hacia las caudalosas aguas del Amazonas. se llama roble roto,

roca ígnea, nido de colmillos de caimanes.

mi mujer se llama María, se llama sol, se llama pared de granito que acaba

de caer.

se llama golondrina, se llama cántaro de agua, agua de garúa, tromba de enero, granizo de la Patagonia. se llama polen, mariposa iridiscente,

manos arqueadas por los años.

mi mujer se llama María, se llama mar, se llama tormenta mar adentro,

cardúmenes coleteando en la playa, barca encallada en la arena, albatros

volando en un vuelo eterno. 

se llama crisálida, niebla densa, arroyo recién nacido, eco que repiquetea

en la montaña, luz chispeante, recodo hecho con mis manos.

mi mujer se llama María, se llama tierra, se llama volcán, se llama América

donde se inicia el orbe, fosa bajo el nevado, pastizal que siempre retoña, ubre para el nacido.

se llama cantera pulida, manto paracas, fruto que brota de la tierra, hoja de coca chacchada. se llama puna, andenería, serpiente tallada en la piedra,

helada que estremece en el altiplano.

mi mujer se llama María, se llama luna, se llama sol, se llama mar, se llama tierra, se llama América que crece y se ramifica al mundo.

 

 

  

GENÉSICO / en que se establece una relación entre hombre y natura

 

cuando nací me amamantaron los caimanes,

crecí reptando en la grama húmeda que se extendía a lo largo del Marañón,

el sol horadaba el camino por donde andaba al mundo.

la piedra sobre el helecho ajustando la espesura,

el nido caído, el cedro endurecido, las fauces de un animal milenario

petrificado frente a nosotros. yo crecía delineando las fronteras sobre

la tierra seca con las vértebras de un cuadrúpedo muerto.

cubrí mi cuerpo con mantas de tocuyo y hojas de nogal,

anduve en círculos bajo la lluvia oliendo el llantén

que me envolvía, cruzaba el río sobre una balsa que había hecho

con amarras de maderas de lupuna,

los cafetales se extendían kilómetros a la redonda,

las hojas de coca florecían verdes en la llanura, alrededor

                  las reses verdes pacían desolladas.

un acantilado con enredaderas, unos bejucos arrancados de raíz,

bajo el suelo la tumba abierta, el oro extraído,

la calavera petrificada, el ala chibcha abatida,

el camino araucano cubierto de cicatrices y levedad,

el dolor del parto de este día, las aves de carroña en el cielo,

los peces en las aguas envenenadas, el nido de las procreaciones eternas

                                          al son de los sikuris.

yo danzaba dando vueltas, girando como un astro alrededor

de un astro mayor, mis pies se ovillaban en la tierra,

mi cuerpo daba vueltas sin parar hasta que cesaban las pulsaciones.

América se eternizaba en mí.

 

 

 

 MATRIZ VERDE / del verde como color de la natura

estoy recorriendo los espacios de las procreaciones,

las entrañas de América me muestran los dolores del parto.

madre genésica,

verde al sur con cactus pequeños,

verde al norte destrenzada de cabellos verdes,

verde ensanchado a los extremos,

voy mordisqueando el verdor hasta romper mis dientes.

el sol calienta la piel mientras camino sobre este tapiado

de yerbas verdes.

todo es verde a mi alrededor, esta isla es verde a perpetuidad,

verde vendaval, verde lluvia que cae sobre el tejado,

nervadura verde, verde safari excavado desde sus entrañas,

matriz verde cepa, hongo crecido, hojas verdes con flores verdes violetas,

germinaciones verdes.

el litoral se extiende mientras busco tu cuerpo entre el follaje crecido.

camino y al andar la tierra se recrea haciéndose más imperecedera,

más ladeada a los extremos y más honda al centro.

estoy en el centro, en esta hollada de verdor,

y la nieve no cae porque no hay nieve verde,

y la noche no se eterniza porque no hay noche verde,

y el cielo se estremece de un verdor que solo es posible ver

desde este punto verde de nuestra América que crece indetenible.

 

 

 

ALAS ROTAS / en que se estima el vuelo de las aves como vuelo de Dios

ha regresado de la Patagonia,

la paloma que inventamos ayer ha cruzado el glacial

y ha llegado a la angostura de esta tierra embrionaria,

sus alas blancas están rotas.

sobre su nido hay aves a la espera de un pequeño soplido.

su cuerpo agoniza entre mis manos. hay un olor austral como de muerte.

escalones de piedras y de maderas que rodean el nido de oro.

América toda llora. hay alas muertas volando en semicírculos.

exploradores que navegan desde la Patagonia para ver al ave muerta.

los orfebres hacen palomas muertas.

hundo mis manos en el mineral y saco un puñado de pájaros

y las suelto para que vuelen al sol.

el día tan volátil nos envuelve.

todo es tiniebla,

nada queda solo el mismo tiempo roto

y las alas de papel que se echan al aire para que se hagan polvo.

 



LUZ HECHA A GRITOS / en que la luz alumbra el mundo

aquel promontorio de luz es la luz hecha a gritos.

puñado de fragua que ilumina el mundo.

un cuervo anida hace siglos sobre un tejado abandonado,

ulula en la noche bajo la luna desollada.

lebreles corren tras el sol rupestre hasta perderse en una

montaña andina.

graniza a medio día naciendo los glaciales más imponentes,

se eclipsa el sol,

la hoguera se apaga de un soplo del Salcantay,

hay agua empozada y caimanes que juguetean sobre ella,

la espesura de la hierba devora los árboles podridos,

se ahueca la tierra hasta el subsuelo para extraer el latido más hermoso,

se extrae el corazón con las dos manos para alzarla al sol.

hay vapor, un arco iris en solsticio,

helechos alrededor del movimiento más insignificante,

un quetzal en blanco y negro parado sobre una rama muerta,

los goterones que caen sobre los arrecifes,

la marea que sube por las noches haciendo naufragar las embarcaciones,

la luz del día refracta sus colores sobre los puquiales,

el mar se aquieta frente a la procreación,

hay canto rodado alrededor,

huacas abandonadas,

pellejo de auquénidos en el suelo para pasar la noche,

un camino desdibujado con los pies,

pájaros dormitando en los nidos después de las exterminaciones.

 

 

                          Johnny Barbieri (Cusco-2020)




lunes, octubre 26, 2020

TRES KATERBAS Y TRES LIBROS


 

El grupo poético "Noble Katerba"

celebra 30 años de creación
con el lanzamiento de 3 poemarios que te encantarán:

MADRE AMÉRICA de Johnny Barbieri
QUINTÍN LAME de Leoncio Luque
SOLO RESPETANDO A LOS ÍDOLOS de Pedro Perales

Miércoles 28 de 0ctubre de 2020
6:00pm
🤩
¡Anota esta actividad en tu agenda y no te la pierdas!

DIÁLOGOS INTERNACIONALES COPÉ

 



Te esperamos este martes 27 de octubre a las 7:00 p. m., a través de #FacebookLive.
Nos trasladamos a Bolivia donde participarán los escritores

Johnny Barbieri (Premio Copé de Poesía 2019),
Verónica Delgadillo y
Benjamín Chávez.

En la moderación nos acompaña el destacado escritor y crítico literario Ricardo Sumalavia.
con la participación de la Embajada del Perú en Bolivia y
la Casa del Poeta de Bolivia.

Te esperamos.

lunes, agosto 24, 2020

Conversatorio en la Feria Internacional del Libro de Lima

 



Este viernes 28 de agosto
 estaremos conversando sobre mi obra
 " Expediente Vallejo"
ganador del Premio Copé de oro de Poesía 2019
con el gran poeta y académico Hildebrando Pérez.

La cita es a las 7:00pm

Están todos invitados.


sábado, agosto 15, 2020

Comentario del Dr. Marco Martos sobre el libro “Expediente Vallejo” de Johnny Barbieri, ganador del Premio Copé de oro de Poesía 2019.

 

https://www.petroperu.com.pe/gestioncultural/video/petroperu-presenta-poemarios-ganadores-premio-cope-2019/

"No es un secreto para los peruanos la importancia que ha ido teniendo, a lo largo de los años, estos premios Copé de Petróleos del Perú. Probablemente se trata de la distinción más importante en el área literaria del país, y que da a conocer siempre nuevos valores, gente que está a la mitad de su tarea. Muy rara vez gana un principiante, pero sí ganan personas que han sido conocidas en ciertos círculos de enorme calidad, pero que no habían sido conocidas, casi siempre, en todo el territorio nacional. Yo he sido jurado varias veces, especialmente en el área de poesía, y recuerdo que esta llegada que tiene la promoción misma del concurso permite que escritores de los más apartados lugares del país, pero de enorme calidad, puedan concursar y ganar. Quisiera recordar el nombre de Leoncio Luque y Carlos Reyes, uno de Puno, profesor de larga trayectoria que era conocido en cierto círculo, pero ahora tiene una dimensión nacional, y Carlos Reyes que es del departamento de Loreto, y es un biólogo dedicado también a la poesía. Son dos ganadores que yo recuerdo con particular aprecio. 

Y ahora me toca comentar el premio de Johnny Barbieri. Su poemario ganador del Copé de Oro del 2019 titulado Expediente Vallejo es un libro sumamente interesante y que se atreve a incursionar en lo que ahora se ha dado en llamar poesía documental, este en realidad no es que se haya inventado ahora, esta poesía ha existido desde siempre, es decir basándose en documentos uno puede conocer una cultura, un individuo, una persona. Hay otro asunto que va al costado que es la tradición literaria de un país, en este caso Johnny Barbieri se atreve con el principal poeta del Perú que es César Vallejo. Se habla mucho, y es una posición teórica, por ejemplo Harold Bloom, que la afirmación de muchos escritores se da a través de una especie de parricidio, recientemente había una polémica sobre si Vargas Llosa es parricida o no con Arguedas, bueno yo tengo la posición contraria, yo creo que una tradición en un país se va sustentando por la afirmación de sus valores y la paulatina transformación del interés literario en temas, y se van asimilando y van quedando algunos nombres que son los proverbiales; entonces, si vemos la tradición peruana literaria asoma a los comienzos el Inca Garcilaso y a su lado Guamán Poma, pero asoma principalmente César Vallejo. César Vallejo es el ponente principal de la literatura en el Perú, considerando prosa y poesía, es el intelectual peruano que ha llegado más lejos, que tiene más repercusión, más allá de las modas literarias y más allá de los pareceres de personas solitarias en sus cuartos de estudio. Llena a todo el mundo. Johnny Barbieri en su libro, tal como él lo declara, había leído en su juventud esas cartas desgarradoras que Vallejo dirigió a Pablo Abril de Vivero, su amigo muy cercano. Son cartas a lo largo de varios años en los que Vallejo testimoniaría una condición del hombre pobre, del hombre que está en una situación muy difícil y se atreve a decírselo a su amigo que, en todos los casos, acudió a ayudar a este amigo que estaba en esa necesidad, pero en simultáneo, Vallejo en estas cartas no está hablando solamente de sí mismo, está hablando de la condición de miseria de miles y miles de personas en todo el globo terráqueo, no solo en el Perú; esa es la permanente actualidad de esas cartas, pero, sobre todo, la permanente actualidad de esa capacidad que tiene Vallejo de ir muy hondo en la propia poesía y expresar la situación de estas personas como en su famoso poema La rueda del hambriento.  Bueno, lo que hace Johnny Barbieri es dos cosas: primero, asume la voz de Vallejo en una parte del poemario, y habla como el mismo Vallejo hubiera hablado en poesía, transforma parte de estas cartas en poesía, y esto es de un valor incalculable y no todo el mundo puede hacerlo, y no todo el mundo se atreve. Hay un caso bien interesante en algo parecido, pero muy remoto del poeta norteamericano Edgar Lee Masters que va a un pequeño pueblo donde ve un cementerio, en ese cementerio hay inscripciones, pequeños datos de los enterrados, y entonces reconstruye la historia del pueblo a través de la palabra que él les da a cada uno de los muertos. Bueno, entonces lo que hace Johnny en la primera parte de su poemario es colocar epígrafes reales de las cartas que Vallejo dirige a Pablo Abril de Vivero y con ese epígrafe va desarrollando un poema con una suavidad notable, es una cosa que viene del impresionismo de Georg Trakl, un gran poeta austriaco, decir las cosas más terribles con las palabras más suaves, eso sería en resumen, y eso es lo que hace Johnny Barbieri en la primera parte de su poemario que yo celebro de forma entusiasta. Y en la segunda parte del poemario, cambia la voz que escribe los poemas, en la primera Johnny se ha metido en la personalidad de Vallejo y habla como el mismo Vallejo hubiera querido hablar, pero en la segunda parte complementa eso con su propia experiencia parisina, recorriendo los lugares sagrados para los peruanos en los que estuvo César Vallejo, esos poemas que son la voz misma de Johnny ya sin intermediación posible son también extraordinarios, yo creo que esta combinación de dos voces, una de Vallejo y otra del propio Johnny, en la voz misma de Johnny es lo que motivó al jurado por unanimidad dar el premio a este poemario que a mí francamente me ha conmovido. Y quisiera subrayar también que la aparición de este poemario significa, para mí y yo creo que para los peruanos que lo lean a partir de ahora, la consagración definitiva de un gran valor que es Johnny Barbieri. Muchísimas gracias a todos."

 (Marco Martos. Presentación de los libros ganadores del premio Copé de Poesía 2019. 14 de julio 2020)

 




martes, julio 21, 2020

Expediente Vallejo de Johnny Barbieri: algunos poemas


"Expediente Vallejo" Premio Copé de Oro de la XIX Bienal de Poesía 2019.



A las usinas he ido muchas veces. Será que he nacido desarmado del todo para luchar con el mundo?
(París, 26 de mayo de 1924)

III
A mi alrededor solo hay luz apagada.
Los colmillos crecen tras los pasos que vamos dejando atrás,
se amontona el veneno,
fluye el filo de la soga que nunca retorna al suelo.
Los griteríos nos ensordecen,
busco el rincón indicado para la deidad,
para construir sin premura los muros que nunca cruzaremos.
El mundo es de doscientos francos,
de un sombrero ladeado que apenas cubre mi cabeza,
de una habitación vacía con solo papeles para huir,
pequeños y pobres papeles donde deletrear algo.
El asfalto ha crecido,
hay un vasto espacio empequeñecido para mí.
Inmensos horizontes desplomados para mí,
enmudecidos rincones a donde hemos llegado huyendo
a duras penas.
Trepo innumerables veces solo para alcanzar minucias.
Esbozo letras a la luz del día,
apenas unas letras que se rehúsan a ser un abecedario hermoso.
El mundo frente al Palais-Royal voraz
me hace trizas, me derrumba.
Voy hecho un revés,
camino hecho un macizo revés.
Estoy sin espesor enumerando oficios que no han sido creados
para mí,
mis innumerables dedos solo saben ser pájaros inalcanzables.





IV
Tal vez no alcance a ser pájaro,
solo sea la ventana huida,
aquella ventana con sus dos ojos prófugos,
y esa luz tenue, misteriosa.
Aquella ventana inconclusa hecha de indefensas miradas
que solo existen para mí.
Tal vez no alcance a ser las mil flores que crecen
en el jardín,
solo sea la mano nerviosa eternizada a un movimiento
imperecedero sobre el papel.  
Afuera no hay límites solo ruidos extraños que dejamos pasar.
Tal vez no alcance a ser la hoguera en invierno,
solo sea el paso que va sin destino,
el abrir y cerrar de ojos cuando sienta alguna presencia
en esa ventana que a ratos me hinca con su mirada,
o solo sea la otredad que huye,
la pesada mano que se aferra al filo de la vidriera
que se rompe.





(Vivía en el Hotel de Richelieu con Henriette Maisse. Al frente una jovencita lo miraba desde su ventana. A ella le impresionaba su figura exótica que parecía irradiar una luminosidad que nunca antes había visto. El ser predestinado, años más tarde, llegaría a ser su esposo.)




VII
Hay un hermano en mí.
Una hermana en el sanatorio de La Charité
ofreciéndome su mano,
al fondo dos pájaros hermanados alzan vuelo y se van de París.
La rugosa espera siempre de pie.
Nada hay solo el hermano pan en su funeral
y la hermana leche arrodillada en un rincón,
está el hermano sin afeitar con su poncho de hule
para cuando llueva en invierno,
está la hermana con dos goterones de lágrimas
a la puerta de la casa esperando a los hijos,
el cartero con sus sandalias de cuero andando
por calles erróneas,
hermana sandalias encanecida.
Hay un hermano en ti,
un hermano de trancos largos para irse,
una hermana con su tosecita detrás de la puerta
hablando para nadie,
la hermana soledad que rehace sus espacios para no
sentirnos tan solos.
Hay un hermano a quien busco por años
y no lo encuentro nunca.



(Fueron doce hermanos. Vallejo los dividió en tres grupos: los viejos, los mayores y los pequeños. En París, la vida dura le mostró que, en los momentos más difíciles de su vida, aparecía un nuevo hermano: un amigo, una señora, la patrona del hotel, su pareja, etc.)





V. Visitando el Père Lachaise

90       La muerte es de cal.
Un arco de mármol abriga el pequeño espacio
hacia donde llegaremos algún día.
Recorro cien vértebras de granito,
lápidas que se agrupan conteniendo
95       todas las muertes.
Un árbol espectral crece hasta alcanzar la diestra
del infierno.
El camino es sinuoso,
las raíces van tejiendo sus cercos hasta devorar las tumbas.
100     En medio de aquel nido de cal
espera el silencio,
las gárgolas con sus ojos fríos
nos miran desde todos los lados,
los pasos perdidos nos han llevado
105     al centro del final,
tumba a tumba
como si se movieran por instinto,
cada enramada de muerte,
cada roca enverdecida por la lluvia,
110     los pasos exactos se despliegan
cómplices de aquel espacio que nos
sostiene en vilo.
El cementerio parece tomar vida,
yo lo veo en aquellos cuervos que nos miran
115     como si nos conocieran.
Un monolito de piedra en medio de un cuadrante
de yerbas agonizantes.
Un árbol ahorcado en su soledad.
El Père Lachaise deletrea sus muertos,
120     no hay premura,
solo existe la espera y la enmudecida
contemplación de la MUERTE.







VIII. En el Louvre

Una perspectiva de volumen sobre una mesa medieval
es el Louvre.
180     Una acuarela con colores degradados y
un cuadro de Chagall es otro Louvre.
La pata de madera de un caballete viejo que sostiene
un óleo de kandinski y la mujer que la mira es el Louvre.
El seno desnudo de la Maja, la mesa con frutos frescos,
185     la copa de vino tinto que tomaré a orillas del Sena es el Louvre,
Un rayo de sol, una turista japonesa que me sonríe mientras
contemplo la Venus de Milo es un pedazo de Louvre.
Aquel viejo pintor en la Place du Tertre que me ofrece un óleo
barato es otro pedazo de Louvre.
190     Las gárgolas del Notre Dame que parecen acecharnos,
un Delacroix es otro Louvre.
La mesa que se mueve, los jarrones chinos, el marco dorado,
el policía de seguridad que me observa,
el Gauguín del Orsay es el Louvre.
195     Las bancas del Palais Royal con nombres de poetas,
la Isla San Luis y la plaza Aragón es un pequeño Louvre.
Yo observo el atardecer
con un libro de Reverdy en la mano
y con todas las ganas de beber un Château Margaux
200     para aplacar el frío
¿sería eso acaso otro Louvre?
El pájaro que vuela,
la rubia que se sienta a mi lado y que posee los mismos ojos
que la Gioconda,
205     la gente que me rodea,
la guía con su radio en la mano haciéndome señas
y ese tren que se va sin mí es el eterno Louvre.