miércoles, junio 04, 2014

Más allá del concepto. Literatura


Por: Adriana Mourelos

Repasaremos el nacimiento y la historia de la escritura y de la literatura, e intentaremos sacar alguna conclusión sobre la forma en la que el mundo se coloca cara a cara con la misma 

Esta semana el tema ha sido elegido a raíz de la Feria del Libro de Madrid, que se está celebrando en estos momentos, y de el Día Internacional del Libro, que fue el 23 de Abril. Unas excusas tan válidas como cualquier otra para hablar de un elemento que nos acompaña desde que tenemos uso de razón y que, con un poco de suerte, nos seguirá hasta que dejemos de tenerlo.

Literatura: el arte que utiliza como instrumento la palabra. Con una definición tan sencilla tenemos uno de los conceptos más grandes que jamás hayan existido. Viajemos al pasado: ¿Cómo nació? Los primeros sistemas de escritura, construidos mediante símbolos, datan del IV milenio antes de Cristo. Suponemos que nació en la antigua Mesopotamia como una forma de contabilizar mercancias y excedentes, es decir, parte de la evolución del sistema estatal. Pero esto es, sin duda, muy técnico y muy poco romántico.

Si hablamos de protoescritura nos remontamos al período neolítico. El paleontólogo italiano Emmanuel Anati llegó a afirmar que esa especie de escritura primitiva no eran solo imágenes de objetos, personas o animales, sino que iban más allá, a explorar conceptos como fecundidad o caza. Es decir, que quizá dichos símbolos nos dan una visión mucho más hermosa del nacimiento de la escritura, nos permite pensar que realmente nació como una forma de expresar sentimientos e ideas.

Como escribe el historiador español Jose Luis Iñigo Fernandez: "El hombre quizá inventó la escritura por necesidad, pero no se trató de una necesidad económica sino espiritual, la arraigada y muy humana necesidad de comunicarse". Algo similar decía el lingüista Noam Chomsky al afirmar que todos los seres humanos conocen una gramática universal que despierta al relacionarse con los adultos.

En definitiva, no está claro que la escritura naciera como necesidad estatal o como expresión artística, pero ambas respuestas pueden ser ciertas.

Orígenes de la literatura

Aunque la escritura naciera hace milenios, lo que nuestros antepasados hacían todavía no era considerado literatura. ¿Cuándo la escritura se convierte en literatura? Depende de a qué experto citemos. Quizá el primer texto literario fuera el Libro de los muertos, quizá fue el Poema de Gilgamesh, quizá algún ejemplar desaparecido en la Biblioteca de Alejandría que jamás recuperaremos. También hay que tener en cuenta que por aquel entonces el método más habitual de hacer llegar historias de una generación a otra era la transmisión oral, no escrita.

El griego Homero fue sin duda el gran referente de la literatura clásica: tanto la Ilíada como la Odisea son dos piezas fundamentales que hoy en día leen tanto niños como adultos. Tal vez fue la famosa Safo la mujer que creó la poesía como género, y en esa época se desarrollaron los conceptos modernos de Drama, Comedia, Teatro o Ironía. Unos siglos más tarde romanos como Horacio o Juvenal crearon la Sátira.

Roma cayó, y en europa del norte se desarrolló la poesía épica con Beowulf, pero en Italia no decayó: Petrarca, Boccaccio o Dante fueron grandes nombres, de los cuales al menos este último perdurará por los siglos de los siglos gracias a la Divina Comedia. En el continente asiático, según algunos autores, nació la novela gracias al Romance de los Tres Reinos, de Luo Guanzhong, en el siglo XIV.

Y es que la literatura estaba cambiando, y lo hizo en gran forma tras el renacimiento.

Del renacimiento hasta hoy

Autores como William Shakespeare dejaron a un lado el tono moralizante de sus obras y se centraron en el entretenimiento a través de sus obras dramáticas: eran literatura, eran teatro, y son lo que el público sigue viendo, y los actores interpretando, casi medio siglo después. La primera de las novelas europeas modernas es nuestro clásico Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. El posterior barroco nos dejó a genios como Góngora o Quevedo, y la literatura ilustrada a filósofos modernos como Rousseau, Locke o Gohete.

Se considera literatura moderna aquella que va desde 1789 hasta el presente, y existen tantos subgéneros que intentar englobarlos en esta sección nos consumiría mucho tiempo. Baste decir que nacieron genios como Edgar Allan Poe, Leopardi, Dostoievski, Zola, Dumas, Verne, Kafka, Camus, Tolkien, James Joyce, Terry Pratchett... la lista es interminable.

Tras este breve repaso por la historia de la literatura, voy a contradecirme: las etiquetas no importan. Realismo, epicismo, romanticismo... es lo de menos, y solo son una forma de ponernos barreras. Como dijo García Marquez: "Un curso de literatura no debería ser mucho más que una buena guía de lecturas. Cualquier otra pretensión no sirve para nada más que asustar a los niños".

Como me explicó un profesor, la literatura solo debería dividirse en dos grupos: la que hemos leído y la que vamos a leer, y como mucho un tercer subgrupo: la que vamos a releer. La historia parece demostrarnos que, como arte,es inherente a nosotros mismos, y los niños que hoy creen que leer es un castigo por culpa depresiones omalos planteamientos educativos mañana sabrán que es un placer. La emoción y los sentimientos que transmiteno pueden desaparecer. Como rimó Gustavo Adolfo Bequer: "No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía".

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