Continuó la poesía compartiendo no sólo versos, si no también solidaridad, amistad, colaboración desinteresada: sinónimos que se hacen habituales en estos encuentros. La jornada del viernes, en lo que a esta redactora le concierne, resaltó una vez más el mayor defecto de este tipo de eventos: ¡no reparten en la Jornada inaugural, el don de la ubicuidad!
Y siendo así, ¿cómo se la arregla uno para participar en importantes presentaciones que transcurren al unísono? Es perentorio entonces decidir a cuál vamos a asistir.
La mañana transcurrió entonces en la Jornada de la Poesía Mexicana que tuviera lugar en la Sala Martínez Villena de la UNEAC donde poetas de varias generaciones entregaron sus versos y nos trajeron informaciones sobre valiosos proyectos culturales que llevan adelante en sus tierras.
Y acá nos golpeó inmisericorde la ausencia del don de marras; en la tarde, un perfomance de la delegación mexicana nos dejaba con las ganas así como también nos fue imposible repetir dosis de buena poesía hondureña…
A unas cuadras de allí, la pequeña salita del Centro Dulce María Loynaz –y ese adjetivo de pequeña es sólo aplicable al espacio que la acoge- nos atraía con importantes propuestas: la lectura de dos de los poetas que más nos impactaran en esta pléyade de estrellas que -para disgusto de los agoreros de Facebook- asistiera a esta edición del Festival: el casi más que italiano, que de suyo lo es, cubano, Caetano Longo, traductor de mucha y muy buena poesía cubana, y la poeta Tal Nitzan, vibrante como un arco en el momento de lanzar la flecha, los que compartieron con Thomas Boberg, de Dinamarca, y Nancy Morejón, por Cuba la lectura de sus poemas.
El poeta Gaetano Longo hizo la presentación de dos títulos poéticos llegados desde la Lima señorial en conjunción con la ardiente Habana: dos peruanos enamorados de la Isla nos entregaron una “Antología de la Nueva Poesía Cubana: 1970-2010” que brinda lo que diríamos en términos de trova, la “novísima” poesía cubana, compilada por un joven valor de la poesía peruana, el ya habitual y muy querido para nosotros Raúl Heraud, categoría que comparte el otro presentador, el maestro, editor, y poeta de altos kilates Cesar Toro Montalvo, quien a través de la brevedad del Haikú nos dio la inmensidad de su cariño y admiración hacia la Habana en “Haikus de la Habana” que engarza verdaderas joyas como ésta:
En el juego de la
luz, se hizo la Habana, en un
día de eternidad.
Y eterna, como la amistad de nuestros pueblos, es la vinculación con Cuba del poeta ruso Igor Nekhames, que esta vez nos ha sorprendido con una antología de poetas cubanos y con la entrega de medallas a nuestros poetas, entre los que se encuentra Pablo Armando Fernández; también le fue entregado un reconocimiento al Ministro de Cultura Abel Prieto. Igor ha pedido a los poetas participantes en el Festival sus textos para realizar una antología bilingüe por la paz mundial. El día concluyo con un concierto en el Teatro Lázaro Peña, del que no conocemos detalles.
El Festival continuó el sábado con lecturas de poemas en el Centro Histórico de la Habana Vieja y una Junta del Agua en la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rosario así como una Acción poética en Las Terrazas, Reserva de la Biosfera, Pinar del Río que esperamos hayan disfrutado los participantes en este Festival.
El Festival publicará una Declaración Final, que trataremos de compartir con nuestros lectores.
La próxima edición del Festival Internacional de Poesía de La Habana, la número XVI, se realizara en el año 2012 y estará dedicada al Centenario de Virgilio Piñera y a la poesía afro-antillana.
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