sábado, diciembre 31, 2011

¡FELIZ AÑO NUEVO AMIGOS POETAS!

Adios año 2011. Bienvenido año nuevo 2012. Que todos nuestros más grandes anhelos se logren concretar este año. Que la paz, la sabiduría y el amor reinen en sus hogares en estos 365 días. Son los sinceros deseos de su blog amigo CASA BARBIERI
FELICIDADES...up!

jueves, diciembre 29, 2011

Literatura epistolar


Kinshu. Tapiz de otoño nos reafirma en la idea de que cuando existe una historia consistente la manera de relatarla es lo de menos
POR: JOAQUÍN QUÍLEZ FORTEZA
La literatura epistolar, en su forma más ortodoxa, es una rara avis en el actual mercado editorial. En su forma y su fisonomía más contemporáneas, renovadas, ha asumido una nueva dimensión, un nuevo horizonte. El ejemplo más diáfano lo localizamos en el fenómeno editorial y literario que significó Contra el viento del noreste y su secuela, de Daniel Glattauer, en el que el correo electrónico se convertía, de alguna manera, en el leit motiv de la novela, en la característica que explica su gran éxito.
No obstante, también hay espacio para la literatura epistolar clásica, donde la correspondencia física, la carta como tal es el eje central. Novelas con Kinshu. Tapiz de otoño nos reafirman en la idea de que cuando existe una historia consistente detrás, la manera de relatarla se convierte en un factor relativo. Esta historia, que se publicó en 1982 pero que no se ha editado en España hasta la fecha, es la primera obra de Teri Miyamoto que se traduce al castellano, pese a que su autor tiene una trayectoria reconocida y prestigiosa en su país natal, Japón.
El punto de partida de la novela es el siguiente: el reencuentro, por azar, diez años después de su divorcio, de Yasuaki y Aki, en el monte Zao. Este hecho supone el inicio de un intercambio epistolar que se mueve en la ambigüedad y la contradicción constante de querer y no querer mantener el contacto, de manifestar ante el papel en blanco los sentimientos e ideas que estaban sepultados en la memoria. El lector asiste a un toma y daca emocional que responde a la voluntad de sus personajes de conocer el pasado, de echar la vista atrás y tratar de descifrar las claves de sus respectivas existencias, de los acontecimientos que determinaros su ruptura y que los han llevado a una deriva evidente. Un viaje a los recuerdos, la culpa, el odio, la redención, las tablas de salvación que ofrece la vida, los hechos turbulentos que precipitan un ineluctable cambio de rumbo en su vida en común, la indifelidad, Mozart, son algunos de los elementos que configuran una pieza narrativa que marca eficazmente los tiempos, dosificando con inteligencia los descubrimientos que poco a poco va realizando el lector. La progresión en cuanto a intensidad se precibe sutilmente, en un crescendo notable, definido, en parte, por la propia configuración de las cartas, de distinta extensión, de tiempos diferentesÉ El dibujo de la historia deja espacios vacíos que el lector va recomponiendo, en un relato rico en sugerencias.
La escritura de Miyamoto (basándonos, claro está, en la traducción de María Dolores Ábalos) es clara, diáfana, de tono verosímil, con aspectos que denota su procedencia y su filiación a la tradición más clásica de la literatura japonesa (en lo que hace a referencias de orden natural o paisajístico, a una concepción particular de la vida y la muerte, de la sensualidad, de la visión del mundo, en definitiva). No obstante, también se perciben influencias de escritores contemporáneos suficientemente conocidos en España como Haruki Murakami (la subhistoria de Mozart es un vínculo claro) o Banana Yashimoto, aunque debemos señalar que se halla en Miyamoto un universo literatio de perfilada personalidad.
Es, pues, para el lector español, un pequeño acontecimiento la publicación de este tapiz otoñal, una novela más que digna, que no alcanza cotas para definirla como sublime, pero que se lee con notablísimo placer y emoción.

lunes, diciembre 26, 2011

Literatura a pluma armada

Ovejero y los escritores fuera de la ley
Sir Thomas Mallory, Cassady, Cervantes, Genet, Chester Himes, Karl May… son algunos de los escritores que cruzaron la frontera de la ley y José Ovejero ha decidido visitarlos en “Escritores delincuentes” (Alfaguara). Nos acerca a las circunstancias y trata de apuntar, sin voluntad de establecer juicios a favor o en contra, los muchos hilos que flotan alrededor de esas turbulencias que inevitablemente marcaron su tarea literaria.
Por mucho glamour que se le quiera adjudicar al oficio de escritor, hay que rendirse a la evidencia: han salido muchas más grandes obras para la literatura universal de las cárceles que de los talleres de escritura o las academias. Ahí está la Balada de la prisión de Reading de Oscar Wilde, las Cartas de la cárcel de Céline o el mismísimo Quijote. José Ovejero bucea en la zona más turbia de las vidas de algunos de los escritores más célebres. Tras la lectura queda claro que no es posible llegar a ninguna conclusión general porque cada caso encierra un pequeño mundo, aunque vale la pena no perder de vista una afirmación de González-Ruano que se recoge en el arranque del libro: “No merece la pena ser escritor si no le hacen caso a uno”. De todas formas, Ovejero nos invita a un recorrido que muestra un abanico de situaciones que llevaron a diversas plumas a ponerse, voluntaria o involuntariamente, de manera justa o injusta, al otro lado de la ley. Seguimos a Ovejero en la indagación de algunas de esas vidas de las muchas que radiografía en este libro que trata de ir un paso más allá de la biografía: no sólo pretende exponer sino también entender lo que sucedió. Muchos han intentado tapar su pasado, otros lo han olvidado, algunos lo incorporan a su vida y obra, bastantes lo superan, pero… ¿la mayoría se ha arrepentido? Hay una frase de Eddie Bunker (atracador antes de hacerse novelista, de quien la editorial Sajalín está recuperando sus títulos oportunamente) muy clarificadora: “Nadie es culpable para sí mismo”. He aquí algunas tipologías que nos sugiere la lectura de Ovejero.
William Burroughs
Es uno de los iconos de esa generación Beat que quiso beberse la vida a tragos e incluso exprimirla para inyectarse el jugo por vía intravenosa. Burroughs tuvo muchos encontronazos con la justicia por sus excursiones al lado salvaje de la vida (sexo, drogas y descontrol) y condenas por narcotráfico y escándalo público. Pero se salvó de la más grande de todas: en circunstancias nunca del todo aclaradas, cuando tenía 37 años le metió un tiro en la cabeza a su esposa, Joan Vollmer. Ovejero, de manera sintética, centra muy bien lo que se conoce de ese episodio y también tira hilos que nos pueden ayudar a sacar nuestras propias conclusiones. Oficialmente, a ese yonki a perpetuidad que fue William Burroughs se le disparó accidentalmente una pistola en casa y la bala impactó en la cabeza de su mujer. Años después el propio Burroughs explicó que se trató de un juego a lo Guillermo Tell: ella sostuvo un vaso sobre la cabeza y él disparó. Asegura que apuntó a la parte superior del vaso. Falló. Ovejero nos pone en contacto con el narcisismo, el desequilibrio egoísta de Burroughs, la manera de bromear sobre ese incidente hacia el final de su vida, y uno ya no está muy seguro de a dónde apuntó este escritor tan apreciable de vida tan arrastrada. Dice Ovejero que “lo que más me atrae de Burroughs es su –al menos aparente– falta de compasión, hacia sí mismo y hacia los demás. Resulta fascinante alguien que nunca se siente obligado a justificarse”. Allá cada cuál con sus atracciones.
Álvaro MutisMutis
es un autor capaz de escribir algunas de las páginas más hondas, brillantes y existenciales del siglo XX en sus novelas de Maqrrol, el gaviero. A la vez, en su vida personal ha sido un bon vivant y hedonista profesional, organizador de fiestas y gourmet. Realmente, después de leer sus libros, cuesta imaginarse al autor como a una persona frívola y todo puede deberse a un gran malentendido. Lo cierto es que Mutis salió (y no por piernas, sino en avioneta) de Colombia al ser acusado de malversar (o al menos malgastar) fondos de la empresa Standard Oil en la que ejercía de Relaciones Públicas. Unos dicen que Mutis utilizó el dinero para ayudar a disidentes políticos perseguidos y que fue un linchamiento político. Otros mencionan fantásticas cuchipandas organizadas por Mutis, como una en que llenó un avión de músicos y amigos para montar una juerga en las islas del Rosario. No son pocos los escritores que comieron a dos carrillos a costa de la Standard Oil. Ovejero recoge oportunamente unas palabras de García Márquez al respecto: “Mutis estuvo en la cárcel por un delito que disfrutamos muchos escritores y artistas, y que sólo él pagó”. Finalmente cumplió condena (rebajada) en México, país donde ya se quedó para siempre. Mutis, con su habitual ecuanimidad, ha venido a decir que ninguna de las dos versiones es la verdadera, aunque algo haya de ambas. Su paso de quince meses en la cárcel parece que atemperó la frivolidad de este hijo de diplomático, criado en buenos colegios de Europa y acostumbrado a la buena vida, que desde entonces ha sido autor de páginas de una altura extraordinaria.
Miguel de Cervantes
Hay escritores que nacen estrellados. Tal vez por eso llegan a ser celebridades; lo vienen diciendo desde Aristóteles a Montero Glez: si no hay conflicto, no hay literatura. ¿Hubiera escrito Cervantes esa maravilla irónica, sarcástica, desmesurada, que chorrea vida y calle que es El Quijote si hubiera vivido en un palacete comiendo faisán en bandeja de plata? Cuando en 2005 se celebró el año del Quijote y se realizaron rimbombante homenajes a Cervantes en regias academias, con presencia de las máximas autoridades con sus mejores galas, uno se preguntaba si desde allá arriba Cervantes no se estaría partiendo la caja de la risa. Porque a él, en vida, los escritores académicos, representados por Lope de Vega, lo machacaron todo cuanto pudieron y las autoridades, en lugar de homenajes, lo que le dieron fueron palos a discreción. Ya de joven fue condenado a que le cortaran la mano derecha por participar en un duelo y tuvo que salir corriendo hacia Italia, autocondenándose al exilio. Después de alistarse en el ejército, fue apresado por los piratas berberiscos y paso cinco años encerrado en Argel. Las autoridades españolas, por las que había combatido, quedado inútil de la mano izquierda y luego secuestrado en un traslado, se desentendieron a la hora de reunir el dinero que reclamaban sus secuestradores. Después de regresar a España, bastante maltrecho, consiguió un empleo de esos que nadie quiere ni regalados: actuar como decomisador real. Era un empleo que levantaba mucho odio (algo así como ser inspector de la SGAE); el propio Ovejero cree muy probable que la acusación que lo llevó a la cárcel fuera una venganza. Se le acusó de haber revendido parte del trigo incautado para su beneficio. De haber sido así habría tenido holgura económica, cuando Cervantes estuvo siempre más tieso que un legionario pasando revista. La justicia no dejó de perseguirle, incluso por asuntos relacionados con las visitas “indecentes” que recibía su sobrina en el domicilio de los Cervantes, de las que él ninguna culpa tenía. Y, posteriormente, volvió de nuevo a la cárcel sin comerlo ni beberlo. Ejercía de recaudador de impuestos (otro oficio muy apreciado en la época) y tuvo la mala suerte de que el banco donde tenía depositado el dinero quebrara. Las cosas no eran como ahora y el que pringó fue el propio Cervantes, que acabó en la Cárcel Real de Sevilla en 1597. Pero, como no hay mal que por bien no venga, allí empezó a escribir sobre las andanzas de un hombre al que se le funde el cerebro leyendo novelas de caballerías y se va por las Españas a desfacer entuertos con una palangana en la cabeza a modo de yelmo.
Karl May
Karl May llenó la juventud de varias generaciones con vibrantes relatos ambientados principalmente en los grandes espacios del salvaje Oeste (protagonizados por Old Shatterhand, aquí conocido como Calzas de Cuero) y también de Asia y África. Que Karl May ambientara sus novelas en lugares que no había pisado es algo habitual e incluso admirable. Lo hicieron Julio Verne y muchos otros. Pero Ovejero nos muestra cómo lo de Karl May era enfermizo: él mismo se retrataba en la fotografía de solapa de los libros ataviado como un explorador, aunque nunca hubiera pasado de la esquina de su calle. Era la punta de un iceberg, de un afán por el enmascaramiento. Antes de ser un escritor con miles de lectores había pasado por la cárcel por cometer diversos robos y estafas, siempre utilizando falsas identidades. Eso le supuso una primera condena de cuatro años. Al salir de prisión (donde empezó a escribir) se inventó un personaje de presunto policía que, con la excusa de perseguir billetes falsos, se apropiaba de los verdaderos a costa de la ingenuidad de los ciudadanos. Eso le costó otros cuatro años de condena. Cuando finalmente salió libre y empezó a ganarse la vida como escritor trató de borrar las pistas de su pasado y crearse una biografía nueva de hombre honesto a carta cabal, gran viajero y políglota (decía que hablaba cuarenta idiomas, cuando en verdad apenas chapurreaba un par). Incluso llegó a comprarse un título de doctor honoris causa por la universidad Germana-Americana de Chicago para desmentir a los que empezaban a acusarle de farsante. Curiosamente, el declive definitivo de May le sobrevino cuando empezó a contar la verdad. Con más de 60 años viajó por fin a esa América que tantas veces había descrito asegurando que todos sus personajes eran reales y los había conocido en persona. También pocos años antes había viajado a Oriente. De resultas de esos viajes vio que lo que él describía en sus libros era erróneo, así que empezó a dar un giro menos exagerado y pintoresquista. Y ésa fue la puntilla a una carrera ya en declive: los críticos serios ignoraron su enderezamiento y siguieron despreciándolo profundamente, mientras que su público quedó decepcionado por aquellas aventuras tan poco vistosas. Como colofón a su hundimiento, falló en el desesperado intento de salvar su imagen para la posteridad con una maquillada autobiografía donde se describía como un gran caballero y descalificaba a sus detractores por mentirosos y envidiosos. El libro fue secuestrado cautelarmente por un juez y May murió poco después.
Jeffrey Archer
El poderoso Sir Archer al que Margaret Thatcher tenía en tan alta estima empezó trabajando de camarero, matriculándose en un academia de policía que abandonó al poco y encontrando su primer empleo estable como profesor de educación física en un colegio en Oxford. Ovejero prefiere no tratar cómo logró en tres años, gracias a su posición de entrenador de un equipo de muchachos con padres en la élite, ascender de manera rápida. Tenía encanto, ambición y una inusitada capacidad para construir patrañas. Se ofreció como captador de fondos para Oxfam y logró que los Beatles visitaran Oxford. Ahí encontró un filón: defender asociaciones humanitarias le permitía aparentar una elevada moral, conocer gente de alto estatus y alimentar su imagen de persona eficiente. Después llegó un puesto de concejal, un matrimonio con una mujer de clase alta y un ascenso en el partido conservador. Durante su estancia en el Ayuntamiento, sus hojas de gastos eran prodigiosamente imaginativas: no sólo aprovechaba las suyas, sino que rebañaba las de otros colegas municipales para hincharlas de gastos ficticios y luego les daba una comisión. De esa manera, ganó dinero y amigos. Y con esas habilidades llegó a diputado, claro. Ovejero destaca momentos brillantes defendiendo causas progresistas junto a meteduras de patas propias de quien actúa de manera intuitiva, siempre hacia adelante. Trató de sacar ventaja de su información privilegiada en una millonaria inversión en acciones que resultó un fraude y casi lo arruina. Al verse sin dinero se le ocurrió una manera de obtener ingresos: escribir novelas. Los editores británicos que recibieron el manuscrito de Ni un centavo más, ni un centavo menos (maniqueo, descaradamente comercial y plagado de faltas de ortografía) lo rechazaron. Pero en Estados Unidos vieron el filón y lo publicaron. La Warner compró los derechos para el cine y sus siguiente novelas tuvieron una espectacular difusión. En Reino Unido fue nombrado Lord, pero su carrera política estaba en la cuerda floja por la gran cantidad de asuntos oscuros de su pasado. El diario The Star sacó a la luz su relación con una prostituta y Archer (siempre hacia adelante) lo demandó. Manipuló su coartada, pagó a un par de testigos y arregló las pruebas de manera que The Star fuera condenado a pagarle una indemnización millonaria. Pero el ambicioso Archer quiso seguir subiendo: se codeaba ya con Thatcher y John Major. Demasiado en el ojo del huracán para que no aflorasen los cadáveres sumergidos. Terminó apareciendo su exsecretaria explicando cómo le mandó destruir su agenda antigua y confeccionar una nueva cambiando las fechas para justificar su coartada en el asunto de la prostituta y todo se empezó a desmoronar. Fue condenado a cuatro años por perjurio y obstrucción a la justicia. Archer clamó contra la manera en que la injusticia se cebaba contra él. “Uno no sabe si es un caso de cinismo exacerbado o realmente llega a creerse sus propias historias”, afirma Ovejero.
Anne Perry
Éste es el caso más terrible de los muchos que relata Ovejero. Y, probablemente, el que esté expuesto de manera más compleja, porque el asunto se las trae. Aunque la historia es conocida (la película Criaturas celestiales, no especialmente memorable, hizo muy popular el suceso), él nos la cuenta desde el principio y desde diferentes puntos de vista. Todo se remonta a los años 1950, cuando se hacen amigas en un colegio de Christchurch (Nueva Zelanda) las adolescentes Julie Glamuzina y Alison Laurie. Juliet tiene unos padres que gozan de buena posición y rápidamente empatiza con Alison, cuya familia es de clase algo más modesta. Su relación se hace muy estrecha, al parecer incluso deriva en relación amorosa. Los padres de ambas deciden separarlas y Juliet va a ser enviada a Sudáfrica con la excusa de su mala salud. Pero, antes de que eso suceda, una tarde la madre de Alison se agacha en el parque a recoger un amuleto del suelo, recibe un contundente golpe con un ladrillo en la cabeza y es rematada en el suelo. Las autoras del crimen han sido Alison y Juliet. Tras un juicio muy mediático, las niñas ingresan un tiempo en prisión y son puestas en libertad con la condición de no volver a verse nunca más. Juliet se casó con Walter Perry y se hizo escritora. Las novelas (de crímenes, por cierto) de Anne Perry son muy populares y ella, una escritora muy bien considerada. Respecto a aquellos sucesos de adolescencia no ha aclarado mucho: “Anne Perry afirma haber olvidado casi todo lo que sucedió los días previos al asesinato y que sólo tiene recuerdos nebulosos del juicio”. El paradero de Pauline sigue siendo una incógnita.
texto ANTONIO G. ITURBE

sábado, diciembre 24, 2011

¡FELIZ NAVIDAD COMPAÑEROS POETAS!

¡FELIZ NAVIDAD COMPAÑEROS POETAS!

Que la unión, la paz y la alegría reinen en su hogar esta navidad, son los deseos sinceros de su blog amigo: CASA BARBIERI

martes, diciembre 20, 2011

"Las Orquídeas y los Sueños de Miriam R. Krüger"

"Las Orquídeas y los Sueños de Miriam R. Krüger"
por: Miguel Angel Zapata
En la poesía de Miriam R. Krüger reaparece con frecuencia el referente de lo cotidiano y la máscara del nombre. Cada poema es un descubrimiento, un vuelo por la sencillez, los espacios y el deseo de encontrar siempre el idioma preciso en cada textura. Es siempre el mismo engaño de la lirica tranparente, ya que detrás de cada cristal siempre hay una complejidad que nos aterra, y se requiere de una relectura minuciosa para poder ver más allá de la primera contemplación. El sentido es directo y las cosas se nombran y se explican sin aspavientos. En poesía es difícil ser prístino y oscuro al mismo tiempo. Pocos lo han logrado. Vallejo es uno de ellos: es sol (pugilato de piedras, lucidez), oscuridad (tiempo, desquicio humano, esperanza en la palabra poética), y tiempo humano irreverente en sus poemas europeos. San Juan de la Cruz podría ejercer ambos espacios sin dificultad: es decir, llegaba a despertar la emoción por lo divino en el lector, y al mismo tiempo abría una brecha de sombras inauditas. Fray Luis es también el poeta de la transparencia y la complejidad. Su música es leve pero suena debajo de un espesa lira. En los mejores poemas de Alfonsina Storni se puede sentir esa respiración difícil de la metáfora pero también el verso directo y el adjetivo no rebuscado. La rusa MarinaTsvetaeva ratifica este ejercicio dual: “Me gustaría vivir contigo/en algún pueblo pequeño/en un crepúsculo sin final/ entre el interminable sonido de las campanas”. Cada palabra tiene un sentido múltiple e infinito: pueblo, crepúsculo y campanas. Largo de explicar acá en este breve espacio.
Entonces lo que importa en realidad es cómo se va construyendo el resto del poema, y cuál es el arquetipo del corte final. Es lo que hace Nicanor Parra: el poeta chileno parece que al comienzo escribe un poema muy sencillo, fácil de leer, hasta por momentos grotescos o graciosos, pero mientras el lector se sumerge en el poema se encuentra con la profundidad de su voz original. Es difícil ser claro y oscuro en poesía, pero me parece que esta combinatoria es esencial en la poesía de altos vuelos. Miriam R. Krüger opta por utilizar una máscara, y al mismo tiempo escribe poemas de aparente sencillez: “En mis labios/hay un nombre que cuelga….”dice en un poema. Sus poemas son puentes levadizos, versos breves que están en una búsqueda constante, y que desean vislumbrar las esferas de la precisión, de ese ritmo y esa forma que rodean sus primeros cantos. Esto le permite decir por momentos que lo que escribe no es poesía, estableciendo de esta manera una autocritica a su propio trabajo poético. La poeta desea construir un juego de palabras, jugando con la vida y la muerte que después de todo es el acto sublime de la escritura: “Soy como una pieza/ que no encaja en su lugar” confirma este descontento y el deseo de vivir el instante como si fuere el ultimo. La máscara funciona con su alter ego, y lo que no se dice niega totalmente adrede la posibilidad de ser en el poema. Sus poemas van transcurriendo en busca de un crepúsculo, de una puerta, de una orquídea lila colocada junto a su corazón, para que escuche el nuevo devenir de sus palabras.

lunes, diciembre 19, 2011

PINCELADAS POETICAS (POETAS PERUANOS)


La Sociedad Peruana de Poetas
y
la Municipalidad de Jesús María
invitan a la presentación del libro:
PINCELADAS POETICAS (POETAS PERUANOS)
De la DRA. MARTHA CROSBY CROSBY
Comentarios:
JOSÈ BELTRAN PEÑA
ESPACIO MUSICAL
VINO DE HONOR
Fecha: Lunes 19 de Diciembre 2011
Hora: 7: 00 p.m
Horacio Urteaga 535 Jesus Marìa
La Dra. Martha Crosby, Presidenta Fundadora de la Sociedad Peruana de Poetas
y Enrique Ocrospoma Alcalde de Jesus Marìa,
agradecen su gentil asistencia
INGRESO LIBRE

domingo, diciembre 18, 2011

"Aullido", de Allen Ginsberg, llega a España como novela gráfica

Su amistad y sus colaboraciones anteriores con Allen Ginsberg animaron al pintor y novelista gráfico Eric Drooker a aceptar la propuesta de ilustrar su poema "Aullido" para una película sobre el poeta. Ahora la editorial Sextopiso publica en España el texto como novela gráfica.
"Aullido y otros poemas" (1956) fue el primer libro de poesía de Ginsberg. Un texto que "se sobrepuso a juicios de censura y obscenidad para convertirse en uno de los más leídos de todos los tiempos" y al que los dibujos de Drooker "aportan una nueva dimensión", según un comunicado de la editorial.
Ahora el texto y las imágenes de esta "epopeya contra la sociedad deshumanizante" se presenta por primera vez como novela gráfica.
Fueron los cineastas Rob Epstein y Jeffrey Friedman, interesados en dirigir una película sobre la temprana obra de Ginsberg y su círculo de amigos -entre los que se encontraban Jack Kerouac y Nei Cassady- quienes propusieron a Drooker que participara en el filme con ilustraciones basadas en "Aullido".
Ginsberg y Drooker se admiraban mutuamente y habían colaborado ya en un clásico underground "Illuminated Poems" (1996). El ilustrador neoyorquino tenía entonces en su haber dos novelas gráficas "Flood! A novel in pictures" (1992) y "Blood Song: A Silent Ballad" (2002).
Ambos se conocían desde finales de los ochenta. El creador de "Aullido" coleccionaba los carteles de Drooker que decoraban el barrio que ambos compartían, el Lower Side de Manhattan, incluso antes de saber que eran suyos.
El poeta consideraba que Drooker con su trabajo "ilustró el estrés infraestructural de la ciudad, el deterioro de las casas, la mendicidad, el hambre satisfecha en basureros y el amargo sufrimiento de las familias marginadas, de los negros y la juventud".
Poco antes de colaborar con Ginsberg en "Illuminated Poems", Drooker leyó por primera vez "Aullido" y quedó muy impresionado, sobre todo por el poema titulado Moloch (una metáfora de la deshumanizada sociedad capitalista).
El artista reconoció en la revista mensual estadounidense "Current Biography" que lloró cuando leyó el verso "Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas" porque, dijo que "describía" el lugar donde nació su "paisaje natural", su barrio en Manhattan.
Su amistad y su trabajo previo con Ginsberg, fallecido en 1997, le animaron a aceptar el reto de ilustrar "Aullido" para la película de Epstein y Friedman y, durante dos años, dirigió un equipo de animación.
"Aullido", estrenada en cines de España este año y con James Franco en el papel de Ginsberg, mezcla ilustraciones de Drooker con recreaciones de una entrevista que el poeta concedió en su casa y del juicio contra su editor, el poeta Lawrence Ferlinghetti, por publicar un material considerado obsceno para la época.
Las ilustraciones de la novela gráfica "Aullido" forman parte de la animación diseñada por Drooker para la película y algunas de ellas se publicaron por primera vez como portadas de The New Yorker.
Fuente: (Agencia EFE)

viernes, diciembre 16, 2011

INVITACION A PRESENTACIÓN DE LIBRO "VIOLETA"

INVITACION A PRESENTACIÓN DE LIBRO
"VIOLETA"
Compendio de poemas del poeta Gustavo Valcárcel
El lunes 19 de diciembre 2011
a horas: 7:30pm
se realizará la presentación del libro
"VIOLETA"
que reune toda la poesía de Gustavo Valcárcel dedicada a su esposa.
El evento se desarrollará en el auditorio de la Derrama Magisterial,
ubicado en la Calle Gregorio Escobedo 958, Jesús María.
Organizan:
La Derrama Magisterial y Summa Editores.
La mesa estará conformada por:
Hugo García Salvatecci
Dimas Arrieta Espinoza
Gustavo Valcárcel Carnero
Harold Alva Viale
Mario tejada (Director del Centro Cultural de la Derrama)
Habrá un número de guitarra a cargo de Manuel Rodríguez,
acompañando el recital.
INGRESO LIBRE

miércoles, diciembre 14, 2011

Hijos de puta, 15 poetas latinoamericanos

El Grupo Editorial Hijos de la lluvia,
el viernes 16 de diciembre
se complace en presentar
la muestra de poesía latinoamericana,
Hijos de puta
15 poetas latinoamericanos.
La presentación estará a cargo de:
Walter L. Bedregal Paz
Coordinador y Director de la Colección:
Letras de la poesía latinoamericana
Darwin Bedoya
Selección y notas
Lectura de poesía:
Victoria Guerrero
José Yrigoyen
Miguel Ildefonso
Viernes 16 de diciembre,
19.00 p.m.
Bar Zela
Lima, Perú
INGRESO LIBRE

lunes, diciembre 12, 2011

RITO VERBAL Poesía peruana 2000 - 2010

Se presenta la muestra de poesía peruana RITO VERBAL
Poesía peruana 2000 - 2010
de Raúl Heraud
Comentan:
Hildebrando Perez
Miguel Ildefonso
Lugar: Casa de la Literatura
Día: viernes 16 de diciembre 2011
Hora: 6 y 30pm
Ingreso Libre
Habrá brindis de honor

sábado, diciembre 10, 2011

La poesía también tiene 'best sellers'

Piensas en lírica e inmediatamente viene a tu mente aquello de "Malos tiempos para...". Y sí, quizá sean malos tiempos para todo, pero no especialmente para el verso.
Resulta que los señores del Nobel, que bendicen con su fallo anual a quien ya se ha bendecido previamente con su trabajo de premio, han posado esta vez sus ojos, para el galardón literario, en un artista de los versos. Esta tarde Tomas Tranströmer recibe el Nobel de Literatura. Es el primer sueco que lo logra en 37 años. Es profeta en su tierra. En lo literario y en lo económico. Porque resulta que vende como nadie, y no solo libros: un sujetalibros metálico con su silueta es de lo más solicitado como regalo navideño en Estocolmo.
Quién se lo iba a decir a Tranströmer cuando pasaba sus días entre rejas, atendiendo como psicólogo a presos en las cárceles suecas. Y quizá por esa formación profesional su vocación artística, la poesía, se articula en torno al compromiso con lo personal y a la atención a lo cotidiano.
Me lo explicaba el poeta Carlos Pardo, el prologuista de uno de sus últimos títulos en castellano, "El cielo a medio hacer" (Ed. Nórdica), cuando, días después de la concesión del Nobel, le pregunté por el nuevo galardonado. Sus líneas en el prólogo no dejan lugar a dudas: "Digamos que se concentra en el mundo para eliminar todo aquello que molesta a la percepción, empezando por un estorbo conocido: el propio poeta. Pero al desaparecer Tranströmer, encuentra su propia vida. Me explico: suele llamarse sencillez a una fórmula asumida en la que alguien digiere por nosotros y lo devuelve en forma de reflexiones. No es su caso. Tranströmer se limita a recoger y limpiar un puñado de imágenes sanadoras".
Otro poeta español, Antonio Lucas, ha sido uno de los más firmes apostantes por el Nobel a Tranströmer. De hecho, horas antes de conocerse el galardón, Lucas hacía la quiniela ganadora en el diario El Mundo y se adelantaba a la evidencia. Después lo explicaba así: "Le tocaba por demasiados motivos. Esencialmente por el único que importa, porque es un excelente escritor que viene de la sorpresa y del manadero de los clásicos. De la imagen que estalla con delicadeza y del compás latente de Horacio".
Junto al inefable Nobel, este año otro de los grandes galardones literarios, el Cervantes, ha recaído en otro poeta: Nicanor Parra, máximo exponente de la antipoesía, ese movimiento que desafía la tradición del verso apoyándose en el lenguaje de lo cotidiano, alejado de esa elevación a menudo artificial de lo sublime. Y cabe preguntarse así si acaso la poesía vive un momento de esplendor. O si lo ha vivido siempre, pero resulta que ahora se habla de ella y, por tanto, se vende. O si, en último término, vender es lo importante para un poeta.
Presumo que no. Y me zambullo en una estrofa de Antonio Lucas:
"Así también el poema:
un corazón tendido,
un festín de desamparos,
un idioma exacto,
casi un pájaro, Ezra.
¿De qué ha servido?"
Antonio Lucas, "Los mundos contrarios" (XXX Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla), Ed. Visor.
fuente:diariocritico.com

jueves, diciembre 08, 2011

TRES RENOMBRADOS ESCRITORES PRESENTAN SUS LIBROS EN AYACUCHO


Este 9 de diciembre, Ayacucho se viste de alegría, por una parte celebramos el 187 aniversario de la batalla de Ayacucho, último episodio bélico de la libertad americana y por el otro llegan otro tipo de libertarios los poetas y literatos que nos visitan para presentar su libros y hacer una serie de actividades, todo esto organizado por el Centro de estudios para la Investigación de la Cultura Ayacuchana (CICA).
El 8 de diciembre desde las 3 de la tarde empieza la fiesta con la inauguración de una pequeña pero sustanciosa exposición-venta de libros, en el atrio de la Iglesia San Agustin. El día 9 de diciembre a las 5.00 de la tarde los poetas Filonilo Catalina y Leoncio Luque, además del narrador Jorge Monteza presentan sus libros “Estigma”, “Exilio Interior” y “Sombras en el Agua”; y repiten el plato en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSCH a las 7 de la noche. El 10 los escritores se presentan en lugares escogidos por el CICA para ese fin, al aire libre y con participación espontánea de la ciudadanía.
El final de la fiesta es en el Musquy Away a partir de las 7 de la noche, todo esto como preparativo para el próximo Festival de la Poesía los días 25, 26 y 27 de enero en Ayacucho.

Fuente: http://ayacuchohoy.com/magazine/

miércoles, diciembre 07, 2011

Presentación del libro EL PEZ DE ORO de Churata

PRESENTACION DEL LIBRO
EL PEZ DE ORO
DEL ESCRITOR GAMALIEL CHUCHATA
Presentan:
JOSE LUIS AYALA
MAURO MAMANI MACEDO
DORIAN ESPEZUA SALMON
RICARDO GONZALES VIGIL
Día:
VIERNES 09
Lugar:
CASONA DE SAN MARCOS
Hora:
7pm
INGRESO LIBRE
HABRÁ BRINDIS DE HONOR Y LA BANDA DEL CCSM

lunes, diciembre 05, 2011

4 poemarios en la 1ra Feria del Libro de Comas

Celebrando los 50 años de fundación del Distrito de Comas, y en el marco de la 1ra Feria del Libro y la Cultura "Arte e Identidad" realizándose desde el sábado 3 al miércoles 7 de diciembre, de 9:00 am a 6:00 pm, en la Av. El Maestro Peruano (Referencia frente UGEL 04), paradero politécnico, Comas. Entre otros se presentarán cuatro poemarios:
Martes 6 de diciembre
Hora. 2:00pm
"Exilio Interior y otros poemas devastados" de Leoncio Luque Ccota
Presenta: William Gonzales

Hora. 5:00pm
"Corazón de abril" de Johnny Barbieri
Presenta: Leoncio Luque Ccota

Miércoles 7 de diciembre

Hora. 2:00pm
"Camino a Grimanesa" de Pedro Perales
Presenta: Johnny Barbieri

Hora. 5:00pm
"Jamás Tanto cariño doloroso" de William Gonzales
Presenta: Johnny Barbieri


INGRESO LIBRE


domingo, diciembre 04, 2011

Nicanor Parra: la hora de la parranda

“¿Viste lo que twitteó Piñeira?”, la pregunta va dirigida al escritor chileno Alejandro Zambra. “No”, contesta, así que la entrevistadora reproduce a su modo los 140 caracteres del mandatario: “Nicanor sigue la senda de la gran familia Parra cuya creatividad, talento y bla, bla bla nos llenan de orgullo a todos los chilenos”.
Claro que a Zambra no le extrañan esos ‘gestos apropiacionistas’ que corrieron como pisco apenas se supo, el jueves pasado, que Parra obtuvo el Cervantes. Sí: el mismo artista que, hará 5 años, inauguró aquella polémica muestra “El pago de Chile” en la que todos los presidentes colgaban, ahorcados, en el Centro Cultural La Moneda.
Chile está feliz: entre muchos, el novelista Antonio Skármeta (el de “El cartero de Neruda”, otro coterráneo) no ahorró palabras para saludar al antipoeta, a quien le había dedicado ya su libro “El baile de la victoria”.
“Merecidísimo”, se oye por toda la red, entre España y América Latina.
Todos salieron a brindar, menos el mismo Nicanor que, cuando recibió la llamada de su nieto Tololo, soltó una desconfianza: “No lo creo”. Capaz que se acordó de ese otro premio, el que amagaba con su nombre desde los ‘70, y del que al final se hartó: “Creo más en el Kino que en el Nobel”.
El orgullo de ser anti
Amerita hablar de Parra. El escritor y artista visual acaba de recibir, a los 97, el mismo galardón que de este lado de la Cordillera recibieron Borges, Sábato, Bioy Casares y Juan Gelman.
Bolaño ya lo sabía, en 2001: “Sólo estoy seguro de una cosa con respecto a la poesía de Nicanor Parra”, escribió como prólogo a sus Artefactos. “En este nuevo siglo: pervivirá”.
¿Qué alentaba esa intuición de Bolaño? Versos tomados al azar. “Es un error creer que las estrellas puedan servir para curar el cáncer, dijo Parra. Tiene más razón que un santo. A propósito de escopeta, les recuerdo que el alma es inmortal, dijo Parra. Tiene más razón que un santo. Parra también es crítico literario. Una vez resumió en tres versos toda la historia de la literatura chilena. Son estos: ‘Los cuatro grandes poetas de Chile/ Son tres/ Alonso de Ercilla y Rubén Darío’.”
El autor de Los detectives Salvajes había entendido, de entrada, la revolución de Nicanor. Una poesía a prueba de todo molde: el estallido en el que se conectan el absurdo existencial y el humor inteligente. Con la fuerza de un slogan. Es cierta esa otra frase de Bolaño: “Parra escribe como si al otro día fuera a ser electrocutado”.
Parra le quitó así esa gran mochila de opereta a la vanguardia y le sacó un pasaje directo a lo profundamente humano.
Con su antipoesía, se despegó de Vicente Huidobro, de Pablo de Rokha y, sobre todo, de Pablo Neruda. En ese despegue ilustró su propio modus: "Durante medio siglo/ La poesía fue/ El paraíso del tonto solemne./Hasta que vine yo / Y me instalé con mi montaña rusa./ Suban, si les parece. /Claro que yo no respondo si bajan/ Echando sangre por boca y narices.
Vuelos y derivas
Aterricemos: hijo de un maestro de primaria y de una costurera que tarareaba el folclore, Nicanor Parra nació en San Fabián de Alico en 1914.
Estudió física y matemática. Fue profesor de mecánica. Viajó a Oxford para aprender cosmología.
La poesía fue su constante. Ya en 1952, junto a Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky y otros, se aventuró a la poesía-mural “quebrantahuesos”, hecha con recortes de diarios.
Dos años más tarde, cortó la lengua en dos: “Poemas y Antipoemas”, su segundo libro.
Demostró que se podía cambiar el paisaje de la poesía en español. Dejó entrar el habla callejera, el ‘yo’ antiheroico, la ironía, el sarcasmo. Después vendrían: “Versos de salón”, “Canciones rusas”, “Obra gruesa”, “Artefactos” y “Sermones y prédicas del Cristo de Elqui”, en una larga parranda que combinó con la imagen y los objetos.
Ahora se espera la edición del tomo dos de sus “Obras completas & algo +”; ha dicho que no escribe más, que sólo recopila los trazos de los niños.
La risa que eriza
Allendista moderado en otros tiempos, socialista escéptico, chúcaro definido, siempre sostuvo que el enemigo mayor es el “Tonto solemne” de derecha y de izquierda.
Unos lo han rebajado a la risa; otros lo han tratado de oportunista, hasta de hippie viejo. Su historia con la Revolución Cubana se volvió compleja. La frase -“yo me animo a relativizarlo todo”- no cayó bien en los agitados ‘60s.
Y menos bien cayó, una década después, su visita a Washington, y esa foto en la que se le vio tomando el té con la esposa de Nixon en la Casa Blanca.
Criticó, tras el Golpe, la Dictadura de su país. En su obra “Hojas de Parra” se atrevió a reclamar por los derechos humanos. Le costó incendio y amenazas. Y finalmente se levantó la puesta.
Pero no se ató tampoco a la izquierda chilena: "No soy yo/ son ustedes los que se quedaron atrás/ socialistas y capitalistas del mundo uníos/ antes de que sea demasiado tarde".
Quizá su revancha, para con unos y otros, fue la corrosiva muestra de 2006, en la que colgó a todos: desde O'Higgins a Pinochet. Allí también exhibió sus poemas y antipoemas, dibujos, videos y esas típicas bandejas de empanadas, sobre las cuales escribe y dibuja suerte de letreros.
Hoy, en su casa de Las Cruces, escucha tangos de Gardel y lee a Omer Emeth. Vive de cara al mar. Aún maneja su escarabajo y mantiene, en el cajón, su versión de Hamlet que, dice, sólo publicará por un millón de dólares.
El año que viene, Ediciones UDP reeditará Obra gruesa (1969) y lanzará Los 17 impajaritables, una colección de los mejores poetas hispanos seleccionados por Parra.
Fuente: Los Andes

jueves, diciembre 01, 2011

Nicanor Parra gana el Premio Cervantes 2011

El fallo de este premio, que está dotado con 125.000 euros (168.000 dólares), fue hecho público por la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde, en una rueda de prensa en la que explicó que la decisión del jurado se produjo por mayoría tras ocho votaciones.
Nicanor Parra Sandoval se convirtió este jueves en el tercer chileno galardonado con el Premio Cervantes, máximo galardón literario de la lengua castellana, que a sus 97 años es un reconocimiento definitivo a la “antipoesía”, con que ha desconcertado al mundo durante casi seis décadas.
Aunque su primer texto poético data de 1937 (”Cancionero sin nombre”) no fue hasta 1954 cuando los “Poemas y Antipoemas” del autor chileno, nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, causaron el asombro y el rechazo de los puristas amantes de la poesía clásica.
Parra, convertido hoy en un icono de varias generaciones, ha seguido la huella de sus compatriotas Jorge Edwards, quien ganó el Cervantes en 1999, y Gonzalo Rojas, laureado en 2003.
Mayor de nueve hermanos artistas -entre ellos la folclorista Violeta Parra-, Nicanor llegó en 1932 a Santiago, estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos.
También residió en Inglaterra, donde cursó un doctorado en Cosmología en Oxford, pero su estancia allí sólo le acercó más a la poesía; pese a ello, esta universidad le distinguió en 2000 con el “Honorary Fellow”.
Admirado por Bob Dylan, Allen Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es un profundo devoto de clásicos como el propio Cervantes, Shakespeare y Dante y -según confesó una vez a Efe- de Gonzalo de Berceo.
En este último, Parra creyó encontrar un remoto referente de la antipoesía, pues utilizó “el lenguaje del pueblo” en su creación literaria.
Utilizar el “lenguaje del pueblo” es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática, que pone al hombre común enfrentado a sus dilemas de la vida corriente.
La antipoesía es la poesía de lo cotidiano en su forma y en su fondo y Parra lo dejó en claro ya en 1954, cuando proclamó que “durante 50 años la poesía han sido el paraíso del tonto solemne”.
Preguntado después del éxito de “Poemas y Antipoemas” si buscaba ser el mejor poeta de Chile, respondió: “No, me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra”, en alusión a Pablo Neruda, que en ese entonces ya vivía en esa localidad de la costa central de Chile.
También aludió a otros poetas chilenos cuando proclamó: “No a la poesía de pequeño Dios (por Vicente Huidobro), no a la poesía de toro furioso (por Pablo de Rokha), no a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)”.
Pese a esas arremetidas contra sus pares, Parra vive ahora en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, donde vivió y está sepultado Neruda, y Cartagena, donde vivió, murió y está enterrado Huidobro.
El hombre que definió su poesía como una montaña rusa donde quien se sube baja echando sangre por las narices ganó en 1969 el Premio Nacional de Literatura y publicó “Obra Gruesa”.
La izquierda chilena rompió con él por tomar té en la Casa Blanca con la esposa de Richard Nixon mientras él se declaraba ecologista y producía sin cesar nuevos volúmenes, entre ellos sus “Artefactos” (1972).
“Sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1977), “Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1979), “Chistes para desorientar a la policía” (1983), “Coplas de Navidad” (1983), “Poesía política” (1983), “Hojas de Parra” (1985) “Poemas para combatir la calvicie” (1993), son otras de sus obras.
También “Páginas en blanco (2001), “Lear Rey & Mendigo” (2004), “Obras completas I & algo +” (2006) y “Discursos de Sobremesa” (2006).
Un largo camino poético, en el que alguna vez se declaró agotado (”Yo quería seguir poetizando,/ pero se me terminó la inspiración”) o desencantado (”Ya no me queda nada por decir,/ todo lo que tenía que decir,/ Ha sido dicho no sé cuántas veces).
Pero a despecho de lo anterior, convertido según el crítico Harold Bloom, en uno de los mejores poetas de Occidente, ha seguido creando.
Mientras tanto, afina los últimos detalles de su “Anti Museo”, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: “Cacha la hueá” y “El Marica de Shakespeare”, títulos en la línea de sus “artefactos”, verdaderos misiles poéticos (”Si los maricones volaran/ no se vería la luz del sol”; “Cuba sí, yanquis también”).
Trabaja además en una traducción de “Hamlet”, que seguirá a “Lear, rey & mendigo”, que ha merecido el aplauso unánime de la crítica, además de publicar un nuevo tomo de sus “Obras Completas & Algo Más” (Galaxia Gutenberg).
Mientras huye de las entrevistas pero conversa con vecinos, recibe amigos o conduce un viejo Volkswagen escarabajo, Parra ha debutado en el cine en 2010 como protagonista del documental “Retrato de un antipoeta”, de Víctor Jiménez, quien le siguió cámara en mano durante diez años.
“Antes de ver este documental yo pensaba que era guapo”, dijo tras ver el filme el poeta, alejado de la descripción de sí mismo que hizo en “Epitafio”:
“De estatura mediana (…). Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una nariz de boxeador mulato (…). Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!”.
Fuente: EFE