miércoles, marzo 30, 2011

Abril, mes literario

José María Arguedas y Celia Bustamante en 1939.

Abril, mes literario


Augusto Tamayo Vargas instauró abril como el Mes de las Letras en el Perú. El Centro Cultural Ccori Wasi lo celebra en homenaje a José María Arguedas, por el centenario de su nacimiento, y a Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura.


Este viernes 1 de abril, Edgar Montiel inicia el Mes de las Letras con la conferencia “La travesía del logos peruano: de Garcilaso Inca a José María Arguedas”. El martes 5, “La escritura de José María Arguedas en la dirección de ‘El zorro de arriba y el zorro de abajo’”, será dictada por Manuel Pantigoso. El viernes 8 se presentará el libro “Una mirada femenina a los clásicos”, de Sara Beatriz Guardia; el martes 12, “Arguedas y la literatura indigenista del Ecuador”, conferencia a cargo de Gabriela Falconí; y el viernes 15 de abril, la presentación del poeta Thiago de Mello, a cargo de Arturo Corcuera, y con la conferencia “La traducción al portugués de la obra completa de César Vallejo”, de De Mello.


El martes 19, el chileno Estanislao Pérez dictará la conferencia “José María Arguedas y el estudio de la cultura tradicional”. El martes 26 de abril, el francés Roland Forgues dará el discurso “Arguedas y Andahuaylas: el retorno del hijo pródigo”. Finalmente, el viernes 29 se presentarán los cuatro tomos de la colección “Palabra Viva”, de Forgues, quien también hablará sobre “‘El sueño del celta’ de Mario Vargas Llosa. Grandeza y tragedia de la condición humana”.


Cada jornada literaria contará, como broche de oro, con un concierto musical o vocal. Así, se presentarán: la Estudiantina de la URP (1 de abril), la Escuela Nacional Superior de Folclore José María Arguedas (5 de abril), la Rondalla de la URP (8 de abril), el Taller de Técnica Vocal de la URP (12 de abril), los Poetas abrileños (15 de abril), el coro de la URP (19 de abril), el Orfeón de Quenas (26 de abril) y el grupo Todas las Voces (29 de abril).


Todas las actividades culturales del Mes de las Letras Peruanas se realizarán cada martes y viernes de abril a las 7pm en el Centro Cultural Ccori Wasi (Av. Arequipa 5198, Miraflores).


El ingreso será libre.


Fuente: La Primera

lunes, marzo 28, 2011

Una botella al mar

Una historia que nos alienta a seguir la lucha, a 35 años del Golpe Militar
Una botella al mar

Carlos Aiub: Versos aparecidos

El hallazgo de un viejo cuaderno con renglones es la punta del ovillo de esta historia. Sobreviviente del saqueo militar, el cuaderno ocultaba un tesoro: una treintena de poemas de puño y letra de Carlos Aiub, militante del Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17), poeta, desaparecido. Ese cuaderno es diálogo, encuentro y pliegue en el tiempo con el autor de esta nota, Juan Aiub Ronco, hijo del poeta.


por: Juan Aiub Ronco


El secuestro y desaparición de sus tres hijos expulsó a mis abuelos paternos a un mundo ingrávido donde jamás volverían a hacer pie. Para sobrevivir en él, se aferraron al mecanismo menos inútil: conservar la mayor cantidad posible de objetos que habían pertenecido a Carlos (mi padre), Riqui y Marita. Esta acumulación garantizaba una presencia constante de los tres en el aire viscoso y gris que ya nunca dejarían de consumir en la vieja casa de Coronel Dorrego. Con obsesión de museólogos, archivaban o exponían sus juguetes, cuadernos escolares, sus ropas y disfraces, medallas, trofeos, diplomas, instrumentos musicales y millones de fotografías.

A los objetos que habían protegido inicialmente, pertenecientes a la infancia y juventud de sus hijos, se sumaron en junio de 1977 los que recibieron desde La Plata tras el secuestro de mis padres. Mi otro par de abuelos debió rescatar de la casa en ruinas todo lo que había sobrevivido al saqueo, hurgando como rescatistas sin esperanzas entre los escombros de un terremoto. Todo lo que resultó medianamente entero fue cargado en un camión de mudanzas y deportado a Dorrego, donde los Aiub aceptaron con agrado la posibilidad de velar por el patrimonio de Carlos y Beatriz hasta que pudiesen regresar.

Este culto a la conservación no se había iniciado tras la desaparición de sus hijos, pero fue cuando esto ocurrió que la colección material tomó el valor de la respiración para mis abuelos. No hubo otra cuerda de donde tomarse cuando comenzó el abismo. Fue, en principio, la garantía de un retorno seguro; luego, el alimento de una expectativa compañera que perdía intensidad con el paso del tiempo y, por último, la resignada prueba de que esos objetos tuvieron dueño, fueron propiedad, habían sido tomados o creados por extremidades vivas de las que ya no había señal, sólo resultados nulos de búsquedas desesperadas.

Años después, la muerte de mis abuelos nos puso a mi hermano y a mí, hacia el fin de nuestra adolescencia, ante el compromiso ineludible de decidir el destino que debíamos darle a los objetos acumulados y mantenidos por ellos durante tanto tiempo. Definitivamente, no estábamos dispuestos a cargar como caracoles los argumentos de nuestro pasado, arrastrándolos a cada lugar donde nos desplazáramos. Debíamos deshacernos de la colección y de la culpa con que esta acción cobarde comenzaba a perseguirnos. Nos vimos obligados a analizar, caracterizar, clasificar y decidir destino, no solo final sino también digno, de cada una de las pertenencias de mi viejo y sus hermanos, para sólo apropiarnos de lo indispensable, si es que a algo le cabía esa definición. Fue durante esos días de hallazgos y descartes, de encuentros y rechazos de la propia historia (y cuando parecía que ya nada nos encandecería) que dentro de una vieja caja flaqueada, junto a las ruinas de un ajedrez imantado, un banderín de River Plate y algunas revistas de historietas, se reveló ante nosotros el viejo cuaderno anillado, de paradójica marca Éxito, guardián amarillento de los treinta poemas escritos a mano por mi padre.

El cuaderno terminaba así su primer cautiverio e iniciaba el segundo, ahora en mis manos. Había mucho por conocer de mi padre antes de sumergirme en su poesía. Casi todo. Muchas preguntas y pocos a quienes hacérselas. Mucha bronca todavía ubicada en lugares equivocados. Muchos legados por recibir, aun sin saberlos legados. Intentaba en vano, por esos días, descubrir alguna puerta que me expulsara fuera de mi historia, que me permitiera ingresar en alguna más confortable, y los poemas de mi viejo no me llevaban precisamente por ese camino. Es por eso que durante años –y mientras descubría que no existe renuncia posible a la identidad– recluí el cuaderno en una caja similar a aquella donde lo habíamos encontrado. Sabía que algún mecanismo latente en mí debía encargarse de liberar, tarde o temprano, la poesía sobreviviente. Finalmente, esa activación llegó hacia mediados de 2007 cuando, al cumplirse treinta años de la desaparición de mi padre, decidimos publicar Versos Aparecidos, el libro (y página web) que contiene los treinta poemas inéditos de Carlos Aiub.

*** Carlos, el mayor de los tres hermanos Aiub, nació el 17 de diciembre de 1949 en Coronel Dorrego, un pueblo rural al sur de la provincia de Buenos Aires. Allí vivió su infancia y juventud: fue alumno destacado en la escuela primaria y secundaria, jugó al fútbol (un nueve con más ganas que habilidad), fue un ferviente católico (monaguillo y miembro de Acción Católica), escuchó los Beatles, gritó los goles de River, coleccionó estampillas, jugó al ajedrez, leyó Sandokan y soñó ser algún personaje de El Tony o D´Artagnan.

Una vez terminados sus estudios secundarios, Carlos emigró a La Plata a estudiar Geología, carrera en la que se graduó tiempo después. Durante esos años, la facultad, la pensión y la realidad descubrieron para él que la iglesia no era herramienta suficiente para alcanzar los cambios legítimos con los que comenzaba a soñar. Se acercó al Peronismo de Base e inició su militancia barrial; allí conoció a Beatriz Ronco –Bea en sus poemas– quien fue su compañera, esposa y la madre de sus dos hijos. Juntos y en compañía de Riqui, eligieron al Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17) como nuevo espacio de lucha. Sería el nuevo y definitivo. El golpe de estado de 1976 hirió trágicamente a la historia del pueblo argentino y lo hizo con la misma intensidad en mi familia: el 9 de Junio de 1977, detuvieron en La Plata a Beatriz Ronco y a Ricardo Aiub; al día siguiente, a Carlos, de quienes jamás se conoció su paradero; un mes después en un operativo, asesinaron a Marita, a su esposo Rafael Caielli (militantes Montoneros) y a Claudio, el hijo de ambos de solo dos meses de edad; también en julio de ese año, secuestraron en Coronel Dorrego a María, la madre de los hermanos Aiub que, tras ser brutalmente torturada, fue liberada días después.

*** Carlos fue un apasionado de la literatura; aun graduado y siendo docente en el Museo de Ciencias Naturales, continuaba con su trabajo alternativo de venta ambulante de libros. Su compañero de ventas era un escritor que recorría La Plata a bordo de un viejo Citroën azul sobre el que pintaba a mano y en color blanco los aforismos de su autoría (La mano amiga, sobre el hombro alivia; recuerdo sobre un guardabarro). Juntos, deambulaban por pasillos de organismos públicos ofreciendo libros que cargaban o encargaban por catálogo. Se habían conocido años antes como vecinos de tablón en la feria de libros usados que se realizaba regularmente en la plaza San Martín platense, la pequeña Plaza de Mayo de esa ciudad, por donde pasa su historia política, donde años después marcharían las Madres, donde muchos años después marcharíamos los HIJOS.

A pesar de esta pasión de mi viejo por la lectura, no es mucho lo que quedó de su biblioteca, casi nada, solo un par de libros y algunos testimonios: A sangre fría, de Truman Capote y Otra vuelta de tuerca, de Henry James fueron recomendados como imprescindibles por él. Encontramos, tiempo después de la publicación de Versos Aparecidos, una antología de Paco Urondo que había pertenecido a mi padre, confirmando la sospecha casi obvia de que alguna vez había leído al poeta santafesino. Pero nada más, esto es todo. El resto fue destruido por el grupo de tareas al allanar la que fuera mi última casa paterna o gradualmente abandonado por mi viejo en mudanzas anteriores de las que no debían quedar rastros.

Insistir en conocer cuáles habían sido sus lecturas sólo era un intento más por descubrirlo como escritor, categoría de la que no había más pistas que el cuaderno hallado. Sólo eso y nada más. Ninguna persona cercana a él, al menos entre los vivos, conocía a este otro Carlos oculto, al poeta. Nadie, ni siquiera su amigo escritor de aforismos. Nada, ni una certidumbre, sólo el cuaderno. ¿Cuál habrá sido la real dimensión de la obra de mi viejo? ¿Sólo habrá escrito estos treinta poemas? ¿Serán estos una pequeña fracción de una obra mayor? ¿Hubiese querido hacerlos públicos? Estas son todas incógnitas de cuya respuesta nos privará por siempre la acción de la dictadura. No sólo el destino de los cuerpos nos fue y es aún negado, infinitas preguntas irresueltas como éstas, nos sobrevuelan día a día cargando de peso real, casi sólido, a sus desapariciones.

Penetrar en el cuaderno de mi viejo para transcribir su poesía con la intención posterior de difundirla resultó un viaje cifrado. Lo primero que los poemas dejan ver es su escritura exclusiva en letras mayúsculas y carentes de puntuación. La mayoría no poseen título, sólo unos pocos lo recibieron. Algo similar ocurre con las fechas, no todas fueron registradas por Carlos; contemplando aquellos que sí fueron fechados, resulta extraña la inexistencia de una línea cronológica dentro del ordenamiento espacial (el ordenamiento ha sido respetado en la publicación y sobre esa base, numerados): los poemas van y vienen en el tiempo, pasan por 1972, saltan a 1975 y regresan nuevamente a años anteriores. Junto a la incógnita de esta línea temporal rota, el cuaderno muestra una decidida utilización de la tinta (basta acariciar las hojas añejas para corroborarlo), con tachaduras y correcciones prácticamente inexistentes. ¿Cómo explicar la extraña ubicación de los poemas? ¿Cómo entender esa seguridad en la palabra? La única respuesta que ha calmado mi vocación de detective salvaje es que el cuaderno contiene un selección hecha por mi padre, un poemario construido para ser atacado en el orden por él establecido y de modo completo, como el mapa de un tesoro perdido (¿la revolución?), donde solo la resolución de cada pista permite avanzar a la siguiente. El cuaderno es una botella lanzada a un mar picado, cuyo mensaje no transporta las esperanzas de un rescate imposible, sino las coordenadas de una isla donde es posible perdurar en el tiempo y quebrar el olvido.

La poesía de Carlos Aiub es poesía herida por las esquirlas de una realidad feroz. Es poesía que sangra ante las evidencias de un mundo partido. Es poesía por momentos agonizante, donde la cercana posibilidad de la muerte no está siquiera seducida por la duda de una alternativa posterior, sino padecida como el vacío que no permitirá sintetizarse en el triunfo inexorable. Pero es también poesía armada, poesía fusil persiguiendo el vértigo y la intensidad de una transformación urgente. Es poesía íntima, reconociendo en su amor por Bea al motor necesario para el cotidiano andar dentro de la realidad viscosa. Y es, por sobre todo, poesía entrega, aquella que nos cuenta sobre sus hijos, flores y proyectos, temiendo una violenta imposibilidad de verlos crecer, pero confiando en la libertad como único posible legado.

*** El lenguaje escogido por Carlos prioriza la contundencia de la palabra por sobre formas estéticas complejas: las dudas por saber si alcanza sólo con el voluntarismo el ir de aquí para allá el odio y el amor juntos en cada palabra o en cada mirada/ si alcanza con el optimismo o el querer limpiar a medio mundo (…) –poema seis–. Estas incertidumbres a las que no consigue vencer marcan los límites de un universo íntimo, desde donde Carlos nos habla y se habla a sí mismo: los versos que aún intentás a golpes/ el amor y el odio juntos/ sin saber cuál es cuál a partir de algún momento(…) –poema dos–.

Sus versos están cargados de una melancolía extrema, refugio esencial donde recobrar fuerzas para permanecer en esa cornisa cuyos riesgos reconoce cercanos y decide no abandonar: y más allá de esas dudas seguir adelante / sabiendo que esta es tu vida ya y que no podrás salirte porque no querés salirte (…) –poema seis–; la tristeza es un pedazo de cielo tras la ventana pequeña de la celda/ es morir y no ver el triunfo (…) –poema doce–.

Pero la militancia es, a pesar de todo, alegría: (…) la alegría de nosotros en ellos…/ la alegría en esta guerra/ las partes lindas de la guerra sucia en la guerra larga/ la ofrenda generosa pura/ la ofrenda escamoteada quizá para mañana mismo…/ la pequeña zona liberada de mis sueños de estratega/ el marco de la guerra cotidiana…/ así simple mezclándose lo nuestro con el barrio, con los cumpas de la diaria militancia (…) –poema uno–.

Mi padre libró una guerra prolongada con el joven católico que fue y que parece no haber derrotado completamente: todo va cambiando/ hasta aquel niño que vino si vino/ y lo de la paz que trajo/ pensás basta del opio/ basta de esa paz de los sepulcros (…) –poema dieciocho–; pensar en Dios/ y muchas veces dudar (…) –poema tres–.

Su poesía encuentra lugar para honrar a los compañeros fusilados en la masacre de Trelew: Retomo la vida de ustedes inconclusa/ retomo la poesía aquella también inconclusa/ retomo mi propio camino entonces (hace tres años Trelew 22 de agosto)/ y busco (…) –poema diecisiete–. En otro de los poemas rinde homenaje a un compañero caído apodado "El Gordo", con quien recuerda haber compartido años de pensión y militancia estudiantil para luego tomar cada uno caminos de lucha diferentes. La publicación de Versos Aparecidos y su repercusión posterior nos permitió identificar al Gordo: se trata de Carlos Starita, militante del ERP que fuera abatido en un enfrentamiento relacionado con el secuestro del entonces director del diario El Día, de La Plata. Esta caída empuja a Carlos, una vez más, a reflexionar sobre la muerte y su cercana posibilidad: aquel Gordo es el de esta noticia que te cuento/ es el recuerdo que te trae la idea más concreta de la muerte –poema ocho–.

Las dudas que pesan en la palabra de Carlos parecen derrumbarse ante su mayor certeza, el amor por Beatriz, mi madre: a cuenta de tu permanente entrega de ternuras y sorpresas/ a cuenta de vos toda y de lo que buscamos/ es éste mi regalo más íntimo –poema diecinueve–; por lo que va a venir/ por lo que buscamos/ por todo eso Bea/ te quiero –poema veintiuno–.

Vuelvo una y otra vez sobre los poemas de mi padre en busca de nuevos rastros, convencido de que habrá más hallazgos. Sin embargo no puedo evitar detenerme, indefenso, siempre en los mismos versos donde mi padre se habla a sí mismo:

temés también tu olvido o algo así el qué pensarán de vos si te recordarán si tu nombre bautizará algo o servirá para algo temer el final que no te deje ver el final

De todas las consecuencias que trajo la publicación de Versos Aparecidos, tal vez la siguiente haya sido la más valiosa, la única capaz de atravesar la poesía de mi viejo, de desafiarla, de cerrar aunque sea una de las incógnitas que nos dejó su palabra interrumpida. Reproduzco la respuesta de una compañera de mi viejo a los versos de arriba. Ella estaba embarazada cuando secuestraron a Daniel (nombre de guerra de mi padre) y dice estar viva gracias al silencio de mi viejo ante la tortura: Carlos (Daniel), sí te recordamos. Memoria eterna, pasará de generación en generación. Sí, bautizaste, mi hijo lleva tu nombre, vos lo salvaste.

*** No me pertenece ni un solo recuerdo de mi padre, carezco absolutamente de ellos. Ni uno solo. Por más que lo intente y me lo reproche, no puedo recuperar ni una sola escena; sólo tenía 64 días de vida cuando lo secuestraron. He intentado apropiarme de algún recuerdo ajeno pero el experimento no funciona. Tampoco logro conformarme con los recuerdos de sus fotos, el hecho de volver a verlas infinitas veces no me permite entrar en ellas, a pesar de los intentos, no logro penetrarlas. Mi memoria sobre él sólo tiene dos dimensiones y borde blanco, son siempre las mismas imágenes detenidas contra las que he corrido una carrera desigual hasta finalmente superarlas en edad. No logro dotar de volumen su cuerpo, ni mucho menos asignarle movimiento. Sin embargo, y a partir de la aparición de los poemas, comencé a recordar la voz mi padre. Recuerdo una voz que nunca escuché, o que sólo escuche un puñado de días. Recuerdo sonidos y palabras en extremo cercanas que no responden mis preguntas (lo he intentado) ni me marcan caminos (también lo he intentado). La voz que recuerdo sólo recita los versos que le pertenecen, y es en ellos donde debo buscar el encuentro inconcluso con mi padre. Alcanzar por fin ese diálogo postergado es hoy un triunfo mínimo pero posible.


Fuente: Revista Sudestada

sábado, marzo 26, 2011

La Poesía y la Lectura

El día de ayer se inaguró con gran éxito los café literarios de la biblioteca pública de Lima. La biblioteca del Perú nuevamente promueve la lectura a través de recitales de poesía y conversatorio. Esta vez los poetas invitados fueron, Giuliana Llamoja y Johnny Barbieri, quienes compartieron sus experiencias lectoras y poéticas con el público asistente, logrando el acercamiento del autor al lector. Aquí algunas fotos.
Pedro Perales en la presentación de los poetasJohnny Barbieri iniciando la lectura
Barbieri leyendo poemas inéditos
Giuliana Llamoja iniciando su lectura
El público asistente
Giuliana leyendo textos inéditos
el agradecimiento a cargo de Gabriela Morales Directora Ejecutiva de Servicios públicos
La foto para el recuerdo
Giuliana Llamoja
Los poetas con los organizadores, Gladys Lizana (Directora de Bibliotecas Escolares y Especializadas), Gabriela Morales y Pedro Perales
foto para el álbum de la biblioteca
Ulises Cámara, William Gonzales, Giuliana Llamoja, Johnny Barbieri y Pedro Perales

miércoles, marzo 23, 2011

"Hay cosas que sólo la novela puede decir"

El escritor Juan Gabriel Vásquez recibió, con la novela ‘El ruido de las cosas al caer’, el premio de novela Alfaguara 2011.

"Hay cosas que sólo la novela puede decir"

Por: Angélica Gallón Salazar

El escritor y columnista de El Espectador echa un vistazo a los rastros del narcotráfico con su obra 'El ruido de las cosas al caer', que acaba de ganar el premio Alfaguara de novela.

La imagen del hipopótamo de la hacienda Nápoles, abatido por el Ejército, de alguna forma inaugura esta novela. ¿Por qué esta imagen ha sido tan fuerte para la conciencia colombiana?

Lo que me pasó a mí fue que con esa figura del hipopótamo sentí que con un retraso injustificable, inexplicable, se cerraban esos años 80 y la experiencia de crecer en una Bogotá durante la guerra contra los carteles de la droga. El miedo y la incertidumbre tuvieron una especie de coletazo muchos años después con la imagen de este hipopótamo muerto. Pero más allá de mi experiencia, creo que impactó tan fuerte en la conciencia de los colombianos por la misma razón por la que la hacienda Nápoles nos fascinó siempre, era una especie de lugar mágico, mitológico, de alguna manera fuera de todo lo esperable y predecible en Colombia, un lugar que apelaba a cierta inocencia y que al mismo tiempo sabíamos que estaba construido de la forma menos inocente.

¿Cuál es el tema central de esta novela que recibe el Premio Alfaguara, ‘El ruido de las cosas al caer’?

Me fui dando cuenta de que el lugar que ocupa la traición en Los informantes, lo tiene el miedo en esta novela. Este es un examen desde muchos puntos de vista de la manera como el miedo contaminó nuestras vidas y cómo aprendimos los colombianos a vivir eso, sin advertir que eso tendría consecuencias profundas en nuestra sociedad y en la manera como nos relacionamos con la gente.

Ha señalado que en esta novela no hay armas ni violencia, no hay imágenes de las drogas, ¿por qué esta decisión?

No hay coca, no hay pistolas, no es un thriller, no es una narconovela —que por otra parte es un género que respeto, sobre todo en las obras de Hélmer Mendoza o Yuri Herrera—. Pero no quería hacer eso. Quería perseguir mis propias obsesiones. En esta obra hay realmente una mirada fuerte y compasiva sobre las relaciones de pareja y la forma como las condiciones externas nos revelan el peso que la historia tiene en la vida privada.

¿Cómo fue el ejercicio de documentación?

Fue muy azaroso y tuvo algo de pequeña aventura periodística, porque el primero de los documentos que construyeron la novela me llegó a las manos en 1999 y fue la grabación de la caja negra de ese vuelo de American Airlines, que se estrelló cerca de Cali, en 1995. A partir de este documento otros materiales fueron llegando a mis manos, por ejemplo, las cartas de un norteamericano que vino con los Cuerpos de Paz a finales de los 60, y así, poco a poco mezclando investigación consciente y entregándome al azar se fueron armando los personajes. Si no fuera tan largo ese proceso, tan dispendioso y tan poco práctico, sería la manera más fácil de escribir una novela, porque casi que los personajes se van construyendo solos.

Ha dicho que nuestra época les ha declarado la guerra a los matices, ¿cómo hace para mirar un pasado doloroso con matices?

Es parte de una ética de la novela que heredamos desde Cervantes. Él fue el primero en decir este aparato nuevo no está hecho para juzgar, ni emitir juicios, ni absolver a nadie. La neutralidad de la novela es una de las grandes virtudes del género. Las buenas novelas se acaban revelando contra todo deseo del autor de mandar un mensaje, una moraleja.

¿Por qué es tan importante la idea de su generación, por qué tanta conciencia de su tiempo?

Lo que me sucedió con esta novela fue darme cuenta, con pasmo y fascinación, de que mi generación es absolutamente contemporánea de la droga como negocio. Soy del 73, pero por conveniencia mi narrador nace en 1970, el año en el que Richard Nixon por primera vez habla de la “guerra contra las drogas”. En 1969 Nixon ha mandado a cerrar la frontera con México para que no entre más marihuana y es el año de la famosa Santa Martha Golden. En esos años nace también la DEA, ¡que es contemporánea mía! Compartir una generación con este negocio me llevó a preguntarme en la novela, ¿qué implicaciones tiene esto? ¿Nos dice algo de nosotros mismos como generación? ¿Algo sobre la anterior y las venideras?

¿Cuál es la función que le ve a la novela?

Es un poco como dice Milán Kundera. “La única razón de ser de la novela es decir lo que sólo la novela puede decir, es decir, la ética del novelista consiste en usar la novela para decir cosas que no se pueden decir de otra manera. Esa es la única regla. Y esto tiene que ver con una de las cosas que mejor hace la novela y es iluminar ese cruce de caminos entre los destinos privados y los grandes movimientos históricos.

¿Cómo recibe este premio?

Voy a poder escribir el primer libro con total tranquilidad, y esa experiencia no la conozco, porque me ha tocado trabajar en traducciones, dictar clases, hacer periodismo. Pero lo más importante es que soy consciente del tipo de literatura que escribo y tenía asumido que mis lectores eran de un margen limitado. Esto lo que hace es permitirme, sin modificar ni un milímetro mi idea de la literatura, sin hacer concesiones, llegar a un número muy amplio de lectores.

Fuente: El espectador.com

lunes, marzo 21, 2011

Café Literario en la Biblioteca Pública de Lima

Continuando con las actividades del
Café Literario en la Biblioteca Pública de Lima

Se presenta esta vez

Tema: La Poesía y La Lectura

Poetas Invitados:

Giuliana Llamoja
Jorge Castillo zubiaga
Johnny Barbieri

Presentador: Pedro Perales

Día: Viernes 25 de Marzo
6:30 pm

Lugar: Hall de Intelectuales
(Segundo Piso de la Biblioteca Publica de Lima)
Av. Abancay - Lima

INGRESO LIBRE

domingo, marzo 20, 2011

III FECHA CICLO RECITALES ¨POEMAS DEL JUEVES¨

III FECHA CICLO RECITALES ¨POEMAS DEL JUEVES¨

Para esta noche estan invitados los poetas:

* Joe Montesinos
* William Gonzales
* Johnny Barbieri
* Edwin Calle Godos [Piura]

* Efrain Altamirano [Performance Musical]
Y el joven músico
Manuel Cesar Gonzales Ynuma.

Quedan cordialmente invitados a pasar una noche poética
y musical en pleno corazon de Barranco.

NO falten!!!

Hora :
jueves, 24 de marzo · 6:30 pm - 9:00

Lugar :
GLORIETA DEL PARQUE PRINCIPAL DE
BARRANCO

jueves, marzo 17, 2011

Gabriel Celaya, cien años de poesía ética y combativa

Gabriel Celaya, cien años de poesía ética y combativa


¿Quién no recuerda este verso de Gabriel Celaya? El poeta vasco hubiera cumplido mañana cien años. Un centenario que puede servir para arrojar más luz sobre la vida y obra de uno de los autores más significativos de la poesía social de la posguerra española.

Rafael Gabriel Mujica Celaya, más conocido por Gabriel Celaya, nació un 18 de marzo de 1911 en Hernani (Guipúzcoa) y murió en Madrid el 3 de abril de 1991.

Una vida dedicada al compromiso, a la defensa de la libertad y a la palabra poética desde diversas perspectivas, desde la vanguardia y el surrealismo, la poesía social o la órfica más metafísica y en conexión con la naturaleza.

Eso si, siempre acompañado de su mujer Amparo Gastón (Amparitxu) a quien conoció en 1946 y de la que no se separó hasta su muerte, y con quien emprendió diferentes procesos literarios, como la creación de la mítica colección de poesía "Norte", situada en San Sebastián, y donde publicaron Camilo José Cela, Miguel Labordeta, Leopoldo de Luis, Ricardo Molina, Paul Eluard y William Blake.

Un siglo de poesía que el centro cultural Koldo Mitxelena, en San Sebastián, ha querido recordar y para ello está desarrollando diversas actividades sobre el Premio Nacional de las Letras y autor de "La gaviota", "De claro en claro", "El corazón en su sitio", "El hilo rojo" y "Marea del silencio", entre otros muchos títulos.

Así, Félix Maraña, José Manuel Martín Medem, Carlos Aurtenetxe, Antonio Chicharro, José Esteban y Tachia, que dará mañana un recital de poemas, son algunas de las personalidades que abundarán en la obra de este poeta que tras estudiar el bachillerato en San Sebastián se trasladó a Madrid, donde estudió ingeniería industrial.

Celaya en esa época vivió en la Residencia de Estudiantes, en la Colinas de los Chopos, por donde pasaron también Lorca, Buñuel y Dalí. Y tras su regreso a San Sebastián y trabajar un tiempo en la industria familiar dejó la ingeniería, en contra de la opinión familiar, por la poesía, su pasión.

"Era un sitio fabuloso. Todos éramos libres, pero nos imponíamos un orden. Era un sitio fantástico encontrarte en los jardines con Juan Ramón o Unamuno. Es lo que más agradezco a mi padre, que me hubiera llevado a la Residencia de Estudiantes", explicó Celaya en una entrevista en televisión, en el programa "A fondo", de Joaquín Soler Serrano.

Y fue un hacedor de versos "como balas" que luego han interpretaron muchos cantautores, entre ellos Paco Ibáñez, por escenarios de todo el mundo.

Un poeta al que de pequeño le llamaban "cascabel" por lo extrovertido y alegre que era y que debe ser recordado no solo como uno de los representativos del siglo XX, por ser un ejemplo del poeta de una época, de su tiempo, sino como un ensayista y teórico de la poesía.

Durante un homenaje que las instituciones vascas le rindieron en 1984 señaló: "Siempre me han hecho más caso fuera que aquí, y a mi, la verdad, eso me ha dolido un poco; además, he advertido cierta hostilidad a mi persona".

Ese mismo año se vio obligado a vender su biblioteca personal de 1.200 volúmenes a la Diputación de Guipúzcoa por diez millones de pesetas. Con este motivo la Diputación organizó unas jornadas de homenaje a Celaya y editó su libro "Trilogía vasca".

Este centenario es una oportunidad para retomar la obra de este poeta donostiarra que luchó contra el destino que le había marcado su familia y que publicó más de cien títulos.

Mañana la Biblioteca Municipal de San Sebastián acogerá un recital poético dedicado al escritor.

"Maldigo la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales/que, lavándose las manos, se detienen y evaden/Maldigo la poesía de quien no toma partido", dejó escrito.

Fuente: ABC

lunes, marzo 14, 2011

POETAS EN SU CAFE EN MAGDALENA DEL MAR

POETAS EN SU CAFE EN MAGDALENA DEL MAR

El miércoles 23 y viernes 25 de marzo a horas 6.00 p.m. se llevarán a cabo dos eventos culturales en el programa Poetas en su cafe. El primero se realizará en la cafetería Elitess (Jr. Castilla 529 Parque Tupac Amaru) con la participación del poeta José Luis Ayala y la presencia del cantautor Julio Humala. Cortesía: Café gratis.

El segundo evento tendrá lugar en la Casa Iturry (Jr. Ayacucho 881) con la participación de la actriz Helena Huambos interpretando el cuento Doña Caytana cuya autorìa corresponde a José Maria Arguedas; luego, la participación de la Compañía Internacional de Danzantes de Tijeras Hermanos Chávez. Brindis. La dirección y conducción a cargo del poeta Carlos Zúñiga Segura.

INGRESO LIBRE

domingo, marzo 13, 2011

José Luis Ayala y las frecuencias insondables en el diario La Primera


José Luis Ayala y las frecuencias insondables en el diario La Primera

Escribe: Fernando Chuquipiunta Machaca

Jose Luis Ayala Olazával (Huancané, 1942), reconocido escritor de la llamada Generación del 70, integrante de la Promoción Intelectual “Carlos Oquendo de Amat” (PICOA) y afincado en Lima desde hace varios años, estará este 15 de abril en esta localidad para presentar el libro Apu Puqupaqa (Editorial OTV, 2010) en las instalaciones de la Institución Educativa Secundaria “César Vallejo” de la provincia de Huancané. Una impecable edición que nos permitirá -sin duda alguna- sentir el amor por la tierra que nos vio nacer. A pocos días de la presentación, José Luis Ayala, conversó con quien suscribe esta entrevista, en especial, sobre los insondables escritos en el diario La Primera.

¿Por qué ha dejado el periodismo cultural?

He trabajado tres años en el diario La Primera y francamente, he dejado de escribir mis libros. Me sentí mal en un examen que hice estando en Puno. Además que me tomaba mucho tiempo, una página diaria era un trabajo agotador. Sin embargo, ha sido una experiencia formidable. Las páginas culturales de los diarios de Lima, están marcadamente estratificadas y tienen sus propios criterios de discriminación o halago de amigo a amigo.
Ahora sí conozco el poder mediático mejor que antes.

¿Qué ha escrito desde que no trabaja en La Primera?

He entregado a una editorial El pez de oro de Gamaliel Churata para una edición crítica, con una refonemización adecuada, alimentada por la explicación inherente a la cosmovisión andina. Además aparecen textos en los que Churata explica cómo debe entenderse su libro. He concluido y entregado a una editorial un libro que se llama: “Diccionario de la cosmovisión andina”. En dos meses debe estar impreso un libro que escribió Fernando Túpac Amaru Bastidas, quien permaneció preso desde los once años hasta su muerte. Lo he reconstruido en base a los documentos que hay en el Archivo de Las Indias y a las cartas que escribió, las que se publicaron en algunos libros de historia.

¿Qué libro escribe ahora?

He decidido trabajar seis libros referentes a Churata. Los textos proceden de todo cuanto escribió en Puno, Potosí y La Paz (Bolivia). Lo más importante es que cuento con el apoyo de sus hijos llamados Amarat y Estrella. Pero además escribiré ensayos sobre la realidad peruana, tengo varios libros inéditos que ahora voy a tratar de publicarlos, entre ellos uno de teatro.

¿Qué piensa de la crítica literaria?

Es muy importante porque orienta, señala virtudes y desaciertos. Hay crítica académica, periodística, parasitaria y también una especie de esperpento que pretende analizar pero no se le entiende. En mi caso concretamente, la crítica que he escrito se ha referido siempre a los mejores libros, esa es la única condición que se exige aquí o en cualquier parte donde se publican y leen libros.

¿Se sienta más poeta o novelista?

La poesía abarca toda la literatura, está en la prosa, en el ensayo, el teatro y en los propios actos de la vida. Creo entonces que se puede escribir poesía y alimentar los cuentos y novelas con poesía, para que tengan un mayor aliento literario.

¿Cómo quiere que los recuerden?

Como lo que soy, como un escritor versátil, comprometido con proceso de descolonización de la cultura. Si algo podría reclamar es el hecho de tener una vocación literaria inquebrantable. Sé que funciona la teoría del bien limitado. No hay por qué tratar de demoler para erigirse de juez y parte. Lo único que al final queda son los libros, no las agresiones ni la envidia siempre infecunda y provinciana.

sábado, marzo 12, 2011

Rafael Alberti íntimo y erótico al descubierto

La concejala de Cultura de Valladolid con la viudad de Alberti

Asución Mateo, viuda del artista, presentó la muestra con más de cien obras
Aparecen dibujos 'inéditos' del poeta-pintor de la generación del 27

Rafael Alberti visualizaba sus versos antes en dibujos y desde su juventud le acompañó el deseo de trazar líneas en el espacio. "Aunque no es considerado pintor, él comenzó pintando, pero la poesía lo enamoró y por eso existe el poeta genial que conocemos", explicó su viuda, María Asunción Mateo, encargada de inaugurar una muestra sobre el andaluz universal en la sala Pasión de Valladolid.

Una colección de 60 dibujos, 4 grabados, 20 fotos y 18 libros con material inédito que permite el acercamiento al Alberti más oculto y erótico, con color, alegría y los sensuales cuerpos femeninos como protagonistas.

Sinuosas líneas que cuelgan en la sala municipal hasta el próximo 1 de mayo en este 'Diálogo de Venus y Príapo'.

Pintó las "cosas más peregrinas", apuntó Mateo. "Camisas, vestidos, el capote de Luis Miguel Dominguín, cajitas, puertas y cortinas". Hasta Valladolid se han desplazado desde colecciones privadas y obras de la Fundación Alberti (Diputación de Cádiz) las imágenes con colores vivos que se mezclan con otras de tonos oscuros, reflejo de la vida misma, "con su amor y dolor, con su libertad y sufrimiento".

Su primera esposa María Teresa León lo acompañó 50 años y Asunción "lamentablemente sólo veinte". "Pero veinte años que han marcado, como comprenderán, mi vida".

Dos décadas al lado del "poeta pintor" de la generación del 27 y que le permiten hoy en día hablar del emblemático artista, que en la adolescencia pasó por una de sus más impactantes experiencias vitales: descubrir el Museo del Prado.

"¡El Museo del Prado! ¡Dios mío! Yo tenía / pinares en los ojos y alta mar todavía / con un dolor de playas de amor en un costado, / cuando entré al cielo abierto del Museo del Prado".

Los versos que recitó Asunción Mateo dejan patente la admiración de Alberti por la pintura con "la declaración más emocionante que se puede hacer a un museo". La viuda recordó que durante la Guerra Civil, Rafael y Teresa "salvaron" cuadros del museo madrileño como el Carlos V, de Tiziano, o incluso Las Meninas, de Velázquez. "Siempre recordaba la emoción de ver esos cuadros después en el museo cuando regresó a España tras el exilio", señaló su compañera, que destacó la preferencia del artista por los pintores italianos, además de por Goya y Velázquez.

Su pasión por la pintura le llevó a asumir con "gran ilusión" la entrada en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, una ocasión para la que no dudó en colocarse un chaqué. En cambio para recoger el Premio Cervantes no se vistió de gala. "Esto ayuda a entender lo que era para él la pintura".

Tampoco aceptó nunca una silla en la Real Academia de la Lengua, a pesar de que su "gran amigo" Dámaso Alonso se lo pidió en varias ocasiones. "Le decía, ‘pero Dámaso, si yo tengo hasta faltas de ortografía’, además bromeaba diciendo que allí los académicos eran muy serios, aburridos y mayores", relató Mateo.

"Estoy absolutamente segura de que Rafael hubiera estado encantado de mi presencia aquí. Quería mucho a Rosa Chacel, a Delibes... y qué decir de Valladolid".

El alcalde de la ciudad, Francisco Javier León de la Riva, destacó que con esta muestra, Alberti regresa a la capital 83 años después de que visitara Valladolid para presentar sus versos en el Ateneo en compañía de "grandes amigos" como el poeta Jorge Guillén o el doctor Pío del Río Hortega, con quienes paseó por el Campo Grande y "se cruzaron con un niño llamado Miguel Delibes".


Fuente: El Mundo.es

jueves, marzo 10, 2011

“Lo que los ciegos ven” de Carlos Vásconez


El primer lanzamiento internacional del año: “Lo que los ciegos ven” de Carlos Vásconez, de la editorial Cascahuesos editores.

Se complacen en anunciar que ya se encuentra en prensa la octava publicación internacional (a la vez, la primera de narrativa), se trata del libro de cuentos “Lo que los ciegos ven” de Carlos Vásconez, uno de los escritores jóvenes más interesantes que ha aparecido en los últimos años en el vecino país de Ecuador. El libro contiene 19 cuentos, la mayoría de ellos no muy extensos, lo que hacen de Vásconez un escritor talentoso que se perfila como uno de los grandes cultivadores del relato corto.

Sobre el autor:

Carlos Vásconez nació en Cuenca, Ecuador, en 1977. Ha publicado, los libros de relatos Trabajos de dominio público (2004) y Versiones heroicas (2006); las novelas El violín de Ingres (2005) y La raza extinta (2007); además de dos libros conjuntos entre escritores noveles cuencanos: Aunque bailemos con la más fea (2002) y Nadie nos quita lo bailado (2004). Es Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Miembro del Colectivo de Creación Literaria Salud a la esponja (y continuo animador de su revista homónima), y Miembro Honorario del Círculo de Escritores de Venezuela desde el año 2008. También es editor de Línea negra, línea editorial de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Sus cuentos aparecen en revistas y periódicos de diversos países y han sido traducidos al inglés y al francés, siendo antologado en Estados Unidos y Canadá. Es además autor de numerosos ensayos de literatura y cultura popular en su país. Entre otras actividades, ha dirigido el rotativo literario La columna del invertebrado, permanentemente promueve y participa en varias actividades relacionadas con exposiciones de arte contemporáneo, recitales y lecturas públicas.

lunes, marzo 07, 2011

CÉSAR TORO MONTALVO - ASTRONOMÍA

CÉSAR TORO MONTALVO - ASTRONOMÍA
40 Años de Poeta

Martes, 15 de marzo · 19:00 - 23:00

Lugar: CLUB DE LA UNIÓN - Jr. de la Union Nro. 364 Alt. Plaza de Armas de Lima-Perú

POETAS INVITADOS:

* Arturo Corcuera * Germán Carnero Roque * Jorge Pimentel * Tulio Mora * Winston Orillo * Ricardo Silva-Santisteban * Marco Martos * Reynaldo Naranjo * Enrique Verástegui * Gustavo Armijos * Rosella di Paolo * Jorge Espinoza Sánchez * Raúl Heraud * Carmen Ollé * José Beltran Peña * Carlos Zúñiga Segura * José Luis Ayala * Graciela Briceño * Juan Cristóbal * Jesús Cabel * José Carlos Ramos * José Pancorvo * ... Cecilia Molina * Harold Alva Viale * Víctor Escalante * Manuel Pantigoso. Santiago Riso * Raul Jurado Párraga * Jorge Solís León * Omar Aramayo * Luís Morón Hernández * Javier Huapaya. Cesar Reyes Campos * Gladys Flores * Cesar Angeles Caballero * Luis Tapia * Daniel Ruíz de la Cruz * José Campos Davila * Manuel Jesús Orbegoso * Eloy Jáuregui * Humberto Pinedo * Juan Benavente * Carlos Heraud * Jhonny Barbieri * Leoncio Luque * Miguel Ildefonso * Juan José Soto. Áureo Sotelo * Gonzalo Bulnes Mallea * Dora Bazán * Juan Marcial Tejada Manrique * Domingo de Ramos. Jesús Salazar Paiva * Pedro López Ganvini * Joan Viva * Aníbal Cueva García * Eduardo Arroyo * Eduardo Rada. Giovanna Guzmán Montalvo * Jorge Luís Obando * Paolo Astorga * José María Gahona * Jorge Ita Gómez * Miguel Ángel Guzmán * Cesar Pineda * Antonio Sarmiento * Eduardo Vilchez *Dianderas * Rashell Díaz Castillo * Roger García Clavo * Miguel Brenner * Carlos Bayona Mejía * Elí Martín (+) * Dimas Arrieta * Denis Castañeda.

INGRESO LIBRE

sábado, marzo 05, 2011

Nuevos poemas de Jorge Palma

Nuestro buen amigo el poeta uruguayo Jorge Palma nos envía algunos nuevos poemas de su libro "Palestina y otros poemas" aquí publicamos algunos.

Sólo son truenos
(recuerda Hassin)

La vida nada tiene que ver con eso.
Te dirán, sin mirar más allá
de sus manos, que no vale la pena,
si al fin, y para qué...

Mi madre, que era analfabeta
ponía su cuerpo junto a las ventanas
y cantaba tan alto como le diera
la voz, para tapar el sonido
de las bombas cayendo en el huerto.

Mi madre no mentía. Sólo lo hacía
para que durmiéramos sin temor.

Cuando temblaba el cielo
y se sacudían los olivos
y las cobijas, ella sólo decía:
“Son truenos, mi niño, sólo eso”.

Pero la vida,
la vida no tiene nada que ver.
¿Cuántos seremos hoy?

Las calles están repletas de ausencias
y los muertos sin sepultura
reclaman.

Nadie se anima a mirar la calle
donde cayó la muerte.
Tampoco nadie se anima a contar
los parientes dentro de cada casa.

En el silencio enlutado
álguien ha dicho: “¿Cuántos
de nosotros seremos hoy?”

Incertidumbre y dolor.
Oscuridad en las cocinas
donde nadie prueba bocado,
ni se anima a contar
con los dedos temblorosos
de una mano.



Los niños del cielo
(conversación)

- ¿Qué haces Hassin?

- Cuento ataúdes. Pero siempre pierdo
la cuenta. Son muchos.

- ¿No te aburre?

- No. Si los coloco en hilera, uno
sobre otro, sobrepasan las nubes.

-¡Tanto!
- Podríamos tocarlos con los pies...



¿Cuántos seremos hoy?

Las calles están repletas de ausencias
y los muertos sin sepultura
reclaman.

Nadie se anima a mirar la calle
donde cayó la muerte.
Tampoco nadie se anima a contar
los parientes dentro de cada casa.

En el silencio enlutado
álguien ha dicho: “¿Cuántos
de nosotros seremos hoy?”

Incertidumbre y dolor.
Oscuridad en las cocinas
donde nadie prueba bocado,
ni se anima a contar
con los dedos temblorosos
de una mano.



El olivo

Hablemos del fruto:
tu hueso encierra la semilla
de la que todos comemos,
y añoramos como a una madre
estando lejos.

Refugio,
bandera vegetal, donde
se hunden las raíces
de la historia.

Así de simple y poderoso.



Pañuelos

El cielo está cubierto
con pañuelos de luto
y no se ve el sol.
¿O son nubes negras
que no dejan ver el cielo?

viernes, marzo 04, 2011

La Conquista del trigo : Primer Festival de Poesía Romántica y Aventurera

La Conquista del trigo : Primer Festival de Poesía Romántica y Aventurera

Mesa de Homenaje

*Rosa del Carpio
*Ernesto Montero Campos
*Viviana Gómez

Recital Poético

*Jorge Luis Roncal
*Roger García
*Eva Velásquez
* William Gonzales
*Pier Azaña
*Helmut Jeri
*Isabel Reyes
*Claudia Monteza
entre otros

Concierto de trovadores

*Margot Palomino
*Norecomendable
*Hans Gamarra
*Lo malo de ser bueno,
entre otros

FECHA :Sábado 5 de marzo a las 3:30 p.m
LUGAR :Sindicato de trabajadores de Telefónica del Perú,
av.Mariano Carranza 498 ( frente a canal 4) - Santa Beatriz

ENTRADA LIBRE

martes, marzo 01, 2011

Homenaje a Carlos Eduardo Zavaleta

7 DE MARZO, NACE:
CARLOS EDUARDO ZAVALETA

HOMENAJE

SÁBADO 5 DE MARZO,2011, 7.00 P.M.

PROGRAMA

1. Palabras de saludo, bienvenida y presentación
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN Presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra

2. Carlos Eduardo Zavaleta, vida y obra.
ANTONIO GONZÁLEZ MONTES

3. Lectura dramática de “Eclipse de una muchacha”
ANA MARÍA CÁRDENAS

4. Testimonio y lectura de textos inéditos
CARLOS EDUARDO ZAVALETA

5. Entrega de Diploma de Honor
CÉSAR VALLEJO YNFANTES

ACTIVIDAD:
SÁBADO 5 DE MARZO,2011, 7.00 P.M.

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores. Lima. Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.

Se agradece su gentil asistencia