lunes, enero 27, 2014

Nos dejó otro grande: Adios José Emilio Pacheco


Como la lluvia. José Emilio Pacheco lee versos de su poemario Como la lluvia. Mereció el Premio Cervantes y otros galardones internacionales.
Duelo. El poeta, escritor, traductor y ensayista mexicano murió a los 74 años.

”Con enorme pesar tengo que decirles que mi padre murió hace unos 20 minutos. Se fue muy tranquilo, se fue en paz, murió en la raya como él hubiera querido”, señaló Laura Emilia Pacheco, al dar a conocer el fallecimiento de su padre, el poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano José Emilio Pacheco.

Víctima de un paro cardiorrespiratorio, el autor de Las batallas en el desierto, falleció el domingo a los 74 años de edad. Laura Emilia Pacheco, quien siempre se mantuvo acompañada de su esposo Fernando García Ramírez, y del editor Marcelo Uribe, señaló: “El viernes terminó de escribir su ‘Inventario’, que escribió para un amigo querido, que era Juan Gelman. Eso es lo que hacía todas las noches. Se acostó a dormir y ya no despertó.”

Sin embargo, las agencias de noticias informaban ayer  que Pacheco había sido hospitalizado a causa de un golpe en la cabeza que recibió en una caída y su estado es delicado.

Nacido el 30 de junio de 1939, en la Ciudad de México, el también ensayista y traductor, ganador del Premio Cervantes en 2009, estuvo internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en Ciudad de México.

El autor de las novelas Morirás lejos (1967), El principio del placer (1972) y Las batallas en el desierto (1981), así como de los libros de poesía Miro la tierra (1987), Siglo pasado (2000) y Como la lluvia (2009), entre otras muchas obras, es miembro de la Generación de los cincuenta, que incluye a autores como Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol y Vicente Leñero. Entre los reconocimientos nacionales e internacionales de los que ha sido objeto destacan, además del Cervantes, el Premio Nacional de Periodismo por Divulgación Cultural (1980), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2001), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003), y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009).

José Emilio Pacheco estudió Filosofía en La Universidad Autónoma de México, pero él siempre ha comentado que obtuvo su verdadera preparación fuera de las aulas gracias a los paseos por la Ciudad de México con sus amigos entrañables, entre los que destacó Carlos Monsiváis (1938-2010)

Se dio a conocer en 1958, a la edad de 20 años con “La sangre de Medusa” , un cuento de escasas 20 páginas que le publicó su amigo Juan José Arreola en su colección “Cuadernos del Unicornio” .

 El fallecido Octavio Paz (1914-1998) escribió en el texto “Cultura y natura”, que “la poesía de José Emilio Pacheco se inscribe no en el mundo de la naturaleza sino en el de la cultura”.

“Cada poema de Pacheco es un homenaje al No, al tiempo, que para él es el agente de la destrucción universal y a la historia que para el escritor es un paisaje de ruinas” , puntualizo Octavio Paz.

 Para Eduardo Lizalde, se trata de obras que “muestran cómo es un escritor que conoce la historia de la literatura latinoamericana, española, mexicana e internacional y una persona crítica para la ejecución de su propia poesía” .

Mientras que para Hernán Lara Zavala, “son libros en donde vemos que su gran mérito como escritor es precisamente la enorme gama y abanico de intereses que tiene” .

 “También son libros –añadió Elena Poniatowska– donde se muestra el interés de José Emilio Pacheco por diversos temas como: la pobreza, Tlatelolco y la masacre del 2 de octubre. A mí me gustan sus novelas, son buenísimas” , opina la autora de Tinísima.

 José Emilio Pacheco también colaboró en la revista Estaciones y la antología de poesía mexicana Poesía en movimiento, prologada por Octavio Paz.   

Fuente: La República.pe

miércoles, enero 22, 2014

"La Piel en la oscuridad" de Alfredo Noriega



"Los animales husmean en la cocina, buscas qué darles
o cómo ahuyentarlos o cuándo estrujarlos. Se van con
los hocicos estilando. El color amarillo te alumbra el
rostro, las cortinas ajadas se ven feas pero van con el
piso de fórmica, tus pies descalzos, el invierno fuera,
esta ciudad en donde alguien se levanta, se ve en el
espejo, y ya no sabe quién mismo puso ese gesto en
su frente".

INVITADOS A LA PRESENTACIÓN DE:

La Piel en la Oscuridad

del escritor Alfredo Noriega

oportunidad de servirse un vino y departir con el autor.
Les esperamos: Viernes 24, 19:00. Alianza Francesa.
INGRESO LIBRE

domingo, enero 19, 2014

Poemas de Rodrigo Manrique


Rodrigo Manrique


*
Quieta es el agua del desvelo
Por un instante se hace visible
anónima y esquiva
se asoma cual camino de crepé
y un monólogo inútil sostienen
sus últimos huesos
un entreacto de sus caídas se suceden
como un alto río que sube y canta
pero su retórica de sepulcro
oculta y calla
Yo casi no soy nadie.







*

Con su soledad hecha de mármol
es necesario medir sus dispersos cantos.
Un secreto rio nutre sus vértices
cuya sabia antigua iluminaron las arenas
del tiempo
Hasta hoy la imaginada rosa
vuelve grata de su boca cuando calla y
nos condena a ser todos los hombres del poniente
Sus manos invisibles mienten eternidad
Su joven cuerpo trasluce renovados paisajes
mostrándonos:
un perpetuo retorno, como si la vida fuese marcada
por una sincronía de vuelos
y el otro,
el mío, el breve juego del viento.






*

Demasiada soledad para esta multitud de piedras
que la ciudad oculta
Demasiada agua para esta sed que en el apuro
olvidaste
Demasiada dudas sobre un sueño que se pierde
en la tormenta
Demasiada evidencia justificando un bosque de signos
que tu mirada delata
Aquí yace un muro que la tarde sostiene
Aquí yace la certeza, un instante, un renovado desdén
Aquí yace un sol dulce cansado de girar por mis dudas
Aquí yace un río de canciones en las quietas reservas de
mi cuerpo.







TRAVESIAS

Haber forjado largas travesías
por los lejanos juegos en la completa lucidez
quizás por aparente océanos
abandonado por astros.
Haber sido vastedad en la transparencia
sobre un vuelo sensación de gacelas
desgarrando de rojo el infinito.
Ahora, qué haré para conmoverme o recordarlo
hoy exijo una vida breve y confortable.
Bahía del amanecer, lugar donde perdí las palabras
devuélvenos, si aún los labios lo justifican,
los talismanes y el perfil callado de su verbo borroso.
Dado estos tiempos en las huellas del regreso
queda el caos como un oro invisible que la rabia olvida
y por sus calles un instante es un disfraz, en cuyo origen
jóvenes saurios esparcieron todas las enfermedades.
Sin embargo descendí por su tangente
como mensajero del equilibrio y la gracia
bebiendo el néctar secreto del amanecer.
Sólo entendí de estatuas de cristal y
luceros evocados por los perdidos templos.
Nadie se ocupa de la farsa que alimenta
la infancia del reloj.
Las victorias y las primicias son de las distancias.






BESTIA NOCTURNA

Como abandonar las fieras más puras
ocultas y coronadas de brillo
atrapadas en tu voz sin herirte
si el cazador tiene los ojos del bosque
y sueña la vastedad del mar en las pisadas
del retorno.
Volverás, como siempre, en aquellas
galetas olvidadas
o sobre caravanas de rigor ya fracasadas
decretando mi propia distancia.
Todas las sensaciones del cielo se abren
ahora que me sobra la mirada.
Tu voz de fiera contenida estalla
en un coro de arrebatos
y ciertas alas interminables despliegan
sus júbilos como ojos que agonizan
fijos en mí.
Donde estarán los acordes astrales
suspendidos en dulces esmeraldas
las guitarras pálidas con su aroma de adolecente
transparente y cándido.
Solo busco las verdes ausencias para soñarte,
dormir en los mil rostros, recobrar en un instante
las flores cautivas que el desamor olvida.
Es preciso arrancar estos velos y astrólogos
que colman mi cuerpo
y que la luz sea tal,
si el destino que interiormente ocultaba
es una fuente de perfecto fuego precipitándose
en este rumor de sombras
donde siempre naufragan las constelaciones




Rodrigo Manrique. Nació el 21 de mayo de 1964 en Lima. Estudió en la UNFV Lengua y Literatura, donde en 1990 fundó con unos amigos el grupo Noble Katerba. Actualmente hace estudios de psicología en la UNLP en la Argentina. Radica en La Plata.



viernes, enero 17, 2014

La Casa del Poeta Peruano inicia su año cultural

Foto


 Iniciando su año cultural,
 la Casa del Poeta Peruano,
lanzará el libro

DE BOHEMIAS Y CONTIENDAS/ Maribelina, 2014,

reciente antología personal del poeta José Guillermo Vargas,
Presidente Fundador de CADELPO.

Juntamente, se presentará la revista de Literatura y Arte,
 OLANDINA,
 en su versión 37
y que condensa el trabajo organizacional de la reconocida institución peruana.
La cita será el viernes 7 de febrero
 a horas 6.45 pm.
en el Club Ancash
sito en Horacio Urteaga 660. Jesús María, (Salón SECHÍN 2do. Piso).

 Será trasmitido en directo al mundo,
a través de su señal propia OLANDINA TV.

  Los esperamos.

 INGRESO LIBRE
http://olandina.tv/

miércoles, enero 15, 2014

Argentina decreta tres días de duelo por muerte del poeta Juan Gelman




Argentina decreta tres días de duelo por muerte del poeta Juan Gelman




El Gobierno argentino dispuso hoy tres días de duelo por la muerte del poeta Juan Gelman, fallecido el martes en Ciudad de México a los 83 años y considerado un referente de la literatura en español.


"Esta mañana la presidenta (Cristina Fernández) firmó el decreto respectivo, que dispone la bandera a media asta hoy miércoles 15, mañana jueves 16 y el viernes 17 de enero", informó el Ejecutivo a través de su página web oficial.


El secretario de Cultura argentino, Jorge Coscia, subrayó la importancia de Gelman para la poesía en castellano y le reconoció como un escritor que "marcó a fuego la literatura del continente".


"Como funcionario y como hombre de la cultura, despido con pesar, inevitablemente, a Juan Gelman", señaló Coscia el martes por la noche tras conocer la noticia de la muerte del poeta.


El secretario de Cultura agradeció "su incansable búsqueda de un país mejor, más justo, libre, digno".
Nacido en Buenos Aires en 1930 en el seno de una familia de emigrantes judíos ucranianos, Gelman es considerado un innovador por su capacidad para reinventar el lenguaje poético y aunar corrientes estéticas sin relación aparente.


Escritor incansable contra el olvido, su vida y su carrera fueron marcadas por el asesinato de su hijo y su nuera y la desaparición de su nieta a manos de la última dictadura militar argentina (1976-1983).


Tras décadas de lucha, Gelman conoció en el año 2000 a su nieta, Macarena, quien había sido entregada a la familia de un policía en Uruguay.


Premio Cervantes 2007 y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005, el poeta argentino falleció en su casa de la capital de México, donde vivía desde hacía dos décadas, a consecuencia del síndrome de mielodisplasia que padecía.


Fuente: EFE

viernes, enero 10, 2014

Muere Amiri Baraka, el beatnik negro



Amiri Baraka, escritor, investigador y activista afroamericano, murió ayer a los 79 años en Newark, en Nueva Jersey, la ciudad en la que nació con el nombre de Everett LeRoi Jones.

Baraka es conocido en Europa, sobre todo, por 'Blues people', una monumental historia oral de la música negra en Estados Unidos. En España hubo una edición en 2011 ('Blues people: música negra en la América blanca') a cargo del sello Nortesur. Menos conocida es su poesía, que no se ha publicado nunca en nuestro país. En Estados Unidos, se le suele considerar el hermano afroamericano de la Beat Generation. De hecho, conectó con Ginsberg, Burroughs y compañía a través de Hettie Cohen, su primera mujer, con la que fundó Totem Press, una de las editoriales que cobijaron a los beats en su gran momento.

Pero lo que de verdad destaca en su currículo es su papel como agitador político, sobre todo, en los años 60 y 70. Muy en resumen, Baraka trató de agitar políticamente el arte afroamericano, dirigirla hacia el activismo político. Empezó en el 'nacionalismo negro', derivó hacia el comunismo de inspiración cubana, indagó en la cultura original africana, participó en los famosos disturbios de Newark de 1967 (los de la 'Pastoral americana' de Philip Roth), tuvo al FBI detrás de su pista y se acabó enfrentando con muchos de sus compañeros de filas a los que casi siempre terminaba llamando "capitulacionistas".

En 2011, después de los atentados de Manhattan, escribió un poema que sugería que Israel estaba en la trama. Muchos recordaron entonces que Hettie Cohen, su ex mujer, es judía. Como no pudo demostrar nada, aquellos versos quedarán para siempre en su debe.

fuente: El Mundo

domingo, enero 05, 2014

Reina María Rodríguez, más allá de la poesía

 
El Premio Nacional de Literatura es en ella afirmación de una individualidad, de un proyecto, de un horizonte intelectual y de comportamiento dictado por el tejer cotidiano de actos y juicios, de discusiones y asunciones, de resignación y coraje.
 
Para los que conocemos a Reina María Rodríguez desde la universidad, su Premio Nacional de Literatura nos ha sorprendido en el sentido de las muchas veces que ella lo ha rechazado. Algo está cambiando en Cuba para que ella, al fin, lo acepte. Y no queremos pensar que está enferma de gravedad, usual en la entrega de este malhadado premio, otorgado por décadas a personalidades que estaban con un pie en la tumba.
 
Ha dicho el jurado: "Por su trascendente obra que ha llenado un espacio imprescindible en el panorama de la poesía cubana contemporánea, con alta calidad estética, ética y conceptual… Su lírica ha sido capaz de aunar lo mejor de la gran tradición poética cubana y occidental contemporánea y mantiene hoy su vitalidad y sostenido crecimiento".
 
Esta última consideración apunta, muy solapadamente, a que de los 18 candidatos para premio, algunos autores no se mantenían activos, puestos a vivir de sus glorias pasadas. Pero no hay que ser tan mal pensada. ¿O sí?
 
Del  jurado es también esta frase: "en sus textos se puede observar una vocación de búsquedas y renovaciones además de un compromiso constante con la literatura y la sociedad cubana, lo que le ha valido un gran reconocimiento nacional e internacional".
 
Lo que no dice el jurado
 
Es que Reina es más, mucho más: es  un mito nacional, una leyenda viva de la llamada república de las letras, un ser cuya influencia alcanza a casi cuatro generaciones de narradores, poetas, artistas plásticos, músicos… La novia ideal de muchos de ellos, también la amiga,  la hermana, la madre. Para las jóvenes que se acercaban a la poeta, celosas, ansiosas por acceder a la literatura, los embarazos de Reina, uno tras otro, con sus enormes barrigas, persiguiendo ojos azules, les hacían pensar que,  simplemente, estaba loca.
 
El alternativo grupo Paidea, La Azotea de Reina, en su casa de la calle Ánimas, y luego su Torre de Letras, en el Palacio del Segundo Cabo, en La Habana Vieja, hasta su última y molesta mudanza para la azotea del Instituto del Libro, han sido, cada uno en su momento, el único, solitario lugar de resistencia contra la mediocridad, la incultura, la estulticia intelectual (y de la otra), de los años 70, 80; un espacio de esperanza y redención, en los 90, y así sigue en la primera década del siglo XXI, escuchando, apoyando, velando porque se publiquen libros valiosos, tanto de autores nacionales como extranjeros, en su original colección de 150 ejemplares cosidos a mano, según el método japonés kangxi.
 
En la colección Torre de Letras, dirigida por Reina María Rodríguez, han aparecido títulos como  El contragolpe (y otros poemas horizontales) del poeta de Alamar, el inefable Juan Carlos Flores; Semovientes, antología poética de José Kozer, con prólogo de Gerardo Fernández Fe o Las quebradas oscuras (antología personal, 1984-2002), de Jesús David Curbelo, entre otros, sin olvidar la excelente El arcano o el arca no, poesía argentina de fin de siglo, selección y prólogo de Daniel Muxica.
 
Junto a Reina María Rodríguez, a la par con ella, crecieron muchos de nuestros mejores narradores y poetas de la segunda mitad del siglo XX. A saber, casi todos los escritores pertenecientes al grupo Diáspora, los de Cacharros, poetas como Pedro Marqués de Armas, Rogelio Saunders,  narradores como Antonio José Ponte, Jorge Alberto Aguiar, entre tantos que hoy son reconocidos en este premio,  qué duda cabe.
 
Solo los que comenzaron a escribir en el 2000, la llamada Generación Cero, escapa un tanto a su influencia, la respetan ─al César lo que es del César─ pero no se arropan bajo su reinado: pertenecen a la era digital, poco tienen que ver con los del pensamiento analógico. Comparten, sin embargo, preocupaciones básicas, recorridas todas por esa gran preocupación común: Cuba.
 
El mundo de Reina
 
Observadora implacable, su poesía, aparentemente de puertas adentro —la azotea,  la habitación, un rincón en la escalera, lugares donde la gente se ama, construyen casas, crean hijos— también es de la calle, de los transeúntes, de personas y personajes.
 
Son señas personales suyas la melancolía, la nostalgia, la confusión: "perdí a muchas personas cercanas y sé que hay que escribir sobre la muerte". Su poesía ha ascendido, por etapas, que van de lo coloquial de Una casa de Ánimas (1972), Cuando una mujer no duerme (1980), Para un cordero blanco (1984), a los delirios ─¿posmodernos, de filosofía budista?─ de Te daré de comer como a los pájaros (2000).
 
Celebremos la aventura de escribir con verdad, la exploración ética que involucra, íntegramente al autor y se da con plenitud en la obra de Reina María Rodríguez: afirmación de una individualidad, de un proyecto, de un horizonte intelectual y de comportamiento dictado por el tejer cotidiano de actos y juicios, de discusiones y asunciones, de resignación y coraje.
 
Cuando todos se iban, Reina permanecía impertérrita en su azotea, con absoluta conciencia de sí misma, fiel a lo soñado con razón y vocación. Sustos, malos ratos, amarguras de todo tipo no han faltado donde gobierna la doble moral con impunidad abrumadora. También alguna vaga piedad hacia sujetos indeseables. La intensidad de lo vivido nadie se la escamotearía.
 
Celebremos, pues, este premio, que nos honra a todos, celebremos el privilegio de contar con su talento, su valentía. Esperemos que siga siendo libre, que nada la ate, ni circunstancial ni "oficialmente".
 
¡Felicidades, poeta!

Fuente: Diario de Cuba