lunes, febrero 27, 2012
Leante confiesa su admiración por las novelas "que encajan como puzles"
sábado, febrero 25, 2012
Poemas de Gloria Dávila Espinoza
UNA FUERZA LLAMADA LLUVIA
Escurre entre mis
manos
esgrime sus pasos
escoge ser flora,
fauna
tierra, luna, sol
y
a veces arco iris
escuda su sombra
entre
los verdes
cántaros de
heridas quimeras
y es sortilegio en
plenilunio
de su génesis
escapado
porque sabe que
mientras quiebre
el viento
su tibia sonrisa
serán tigres
blancos.
Camina
con alas de cóndor
y sus garras han
pulido
los cimientos de
la tierra
y las piedras
celosas
han alzado
banderas
llamándolo
con gritos
primitivos
en eras de
cíclopes
y hasta el mismo
cielo
se ha batido por
él
y ese su eco
fulgura
en el polvo de mis
pasos
tras la killa
la mamapacha
porque es pututo
cítara, acordeón
para tus sandalias
en tiempos
peregrinos.
Aquieto mis oídos
al compás de tus
ayeres
para ver si en el
ocaso
dibujas una vez
más
la copla de un
canto
para ser
por vez nona
viento,
aire
fuego
luz
y
sombra
de mis sombras
y una fuerza
llamada lluvia
por eterno.
LA MUJER DE ROJO EN SIETE COLINAS
I
Mujer frontera insurrecta de Saba
ya casi no me acostumbro a
tu parada de tren en mariposas
a tu estación de torpedos
estigmas de milagros
amuletos de fósiles
diluvios en hierros
soledad en viejos desiertos
travesía de buitres en acecho
bálsamo de calvarios
voy en silencios debajo de tules y cerbatanas habitadas
como cuando la noche te llama
para pintar tu blanca cabellera en una sombra
que arranca los cielos por doquier
redimiendo el oficio de liturgias
en lenguas de exultación.
II
No quiero llorar a cántaros
y entre el fuego eterno
me consumo para ser la Khalo
revolviéndome en el blanco espiral
hasta el hartazgo en pinceles de Rivera
en donde es posible soñar a complicidades de vértebras
y restando pienso arribar a tus manos-firmamento
e ir a la caza de anhelos pérfidos a cubrirme de tu negro coral
en tanto escalinatas y trenes vayan en marcha enredada
para ser lianas y no dudo que sea
la primera vez que duerma a campo abierto
ni tampoco la última estación de agoreros espacios
cubriendo mi única máscara pintada de sirenas.
III
Quiero cantar a mares para ser
tu Penélope en telares y arcos de saetas
o quizá tu Juana de Arco y nacer en Domrémy,
pero me sintetizo entre la gota fría de tus fuegos
regresando todavía más
a mostrar mi rostro fiero
para que el camino no trace mis nostalgias
de saberme sombría y ser a tus antojos
de miradas tu desértico arenal
en la que en tus labios
apenas sea el leve ronquido de sus cuerdas
gritando al torniquete de mis células
mientras una nube turbia
se pinta de amapolas consumadas
frente a tu asombro que no tiene fin.
IV
No quiero ser mujer color brisa en
Calcuta y
entonando galopes ir convertida a zumbido de moscas
abejas y enjambres
en donde sufre tu María Magdalena
que no es roca ni aire
apenas una gacela huyendo
de su caos y acaso no de su alma polvorienta
para no ser un accidente más en medio de purpúreos días de gólgotas.
V
Quiero ser Elena,
mujer de rojos espejos riendo a carcajadas
pero me diluyo en mieles lechosas de hielos pétreos y es posible que los pasos de un
caballo de madera se sumen a rieles de un tren
huyendo del mundanal pintado de ébanos
respirando abandonos y batallas
navegando en sospechas de ser musa traicionera y
porque hoy por enésima vez la Eva del paraíso ha vestido mi rostro
voy a escarbar tus rastros por eso ven y
visita tu fuente para dejarme convertida
en reflejos y escamas de peces, pelambres, pezuñas y cascos
aquellas que irán al acecho de tristes trashumantes
vestidos de cuervos sin piel.
VI
Roja mujer de esperanzas intentado ser
tu Cleopatra
curvando el mundo en cuclillas
preñada de raíces en bardos
para ser otoños y hojas caídas
de leyes extrañas a tus oídos
lunas vibrando en un escondite
de mudos estallidos de alquimias
quiero ser.
VII
Ejercito hoy ser las raíces de tu árbol
en escamas
tu explosión de miradas
en pugna por ser:
mujer árbol
mujer río
mujer sol
mujer manos
para tus pocos cartuchos blancos que erigen hoy paz consumada
que en retornos de casas
luceros y caminos
de ausentes diálogos sumada
para ser agua que no reste la vida a cuenta gotas.
VIII
Mujer hormiga
mujer pájaro
mujer catarata y fuego
mujer ceniza y tiempo
mujer útero de estrellas
mujer bandera y patria
mujer frontera sin hito
mujer flagelada por el hambre
mujer antorcha de
caminos
mujer maíz y sed
mujer en procura de la inmaterial fábula
de postulados parmenídeos
camino en tus sandalias que nunca se gastan
para ser tu rapsodia y antologías de
escalinata a parodias
volviendo a tu estoicismo retorno
en esta fragua del logos universal.
IX
Quiero ser tu Catalina,
mujer-hamaca de pieles y arco iris
abanico de torrentes escarnios
para que juegues con tus dados perdidos
y resumes diciendo
ésta es tuya y la otra también
y tus dinastías hayan perdido su color
y mis blancas pieles se tiñan de batallas
en manos de alfareros
por marcar los pasos del mundo
sin medir el termómetro de tus
fanegas y arrobas de suspiros
debajo de una puerta cerrada
para ser catequizada estratósfera
porque tú eres mi cáliz, mi fe y mi cruz
te persigo en el olvido del tiempo inmutable.
GLORIA DÁVILA ESPINOZA. Huánuco1961. Es políglota: alemán, inglés, portugués, y es quechua parlante. Doctoradoen Ciencias de la Educación, Postgrado en Educación, Mención Investigación yDocencia Superior, Universidad Nacional Hermilio Valdizán, Profesora de Lengua
y Literatura Es poetisa, narradora, declamadora, teatrista, promotora cultural.
Ha publicado en total 6 libros entre poesía, cuentos y novelas: “Redobles de Kesh” Colibrí Amaro, 2005, Kantos de Ishpingo, Manoalzada Editores, 2007, La firma con Lulú Editores en España 2009, y también en Perú el 2010, con Arteidea Editores, Danza de la Noche, Arteidea Editores 2010, La firma, Lulú Editores, España 2009 y Arteidea 2010, El hijo de Gregor Samsa, Arteidea Editores, 2011 y La casa del demonio, Manoalzada Editores.
Ha sido publicada en importantes antologías, revistas, diarios, y en páginas en Internet dentro y fuera del país como en Israel, Arabia, París, Rumanía, Suecia, Finlandia, Estados Unidos, México, Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, Brasil, Italia, El Salvador, Chile, Perú. Y traducida: al alemán, inglés, francés, rumano, catalán y recientemente al coreano.
Ha viajado por Europa, Centroamérica y casi toda Sudamérica y próximamente viaja al Asia (Korea del Sur) invitada por la Universidad de Seul.
viernes, febrero 24, 2012
Poemas de Rafael Garrido Espinoza
I
Pongo en el trayecto la necesaria sed de morir
en las carreteras
viendo pastar el odio por fantasmas de cuero,
de piel en danza que arremete infeliz y nada cuenta el
alba
y todo enumera el pasaporte del sol,
del otro sol también muñeca con garza de motor
sobre la piedra ancha,
para calentar la tierra,
muñeca que se quiebra hábil,
que hace un círculo polar sobre el billete que hiede
sobre el cauce extramural de la paciencia.
Nada viene bien en la rutina lenta,
agria y a la vez veloz como si huyera de la deuda del silencio.
Sobre el arco del levante me aproximo incierto para tener un tiempo aparte
para respirar;
alma la luz su perfil sereno
como la palabra en río,
espuma maternal abriera un poema en el papel de la yerba digerible,
soy yo alejándome en cuatro vientos ahora dulces,
como el caramelo que llevan aquellos infantes en su caja mágica
que hará crecer la mesa,
la pata de sus sien hasta la profundidad de una sonrisa,
diría desmella,
cojín del cariño prematuro por el tiempo que se demora de adobar el pan en un carro
prematuro
como para que me refresque en la brisa de ese otro cielo y ya no vuele lejos
como si me fueran a matar,
así regreso sobre un balcón antiguo
que aún debe contener un millón de brisas desde el océano viejo,
así viajera la brisa aunque el Callao apunte desde lejos su timbre cariñoso,
me parece este vuelo ahora que doblemente vuelo con la palabra,
alzo el acento del corazón y canto,
dondoneo,
ausculto el abrego,
el cierzo,
reunión de besos en la nube alta
aquellos besos muertos que no nacieron nunca alzan su palma,
iluminan su mirada con su lágrima esbelta,
amable,
de cortina ondosa,
su estación que volverá con otro pecho desasido y luego ciego y luego mil,
no importa que los miren,
también volarán en su trayecto dándose infinitos en su aureola
a ver si le escribo en el idioma que difícil se hace de alcanzar.
Debería estar en mi alma
en el libro de mi alma,
en la historia de mi alma es lo que pienso a veces,
volver a ver en mi alma a la mujer que cosió mi alma
a su día de mayo
con todo el cenicero de su alma,
verla entonces antes que nada desfilando en sus ojos su
corazón marcial
por el amor tamboril,
elemental amor en la orilla de la tierra
creciendo como mito religioso en mi
beso primitivo,
serle siempre un
buen lugar donde llegue la lluvia,
es lo que pienso a veces en este vuelo estival
para que nada
acuse la poesía de mi avistamiento.
Haber aprendido a volar cuando todos se hunden en la
tierra,
vienen bajando lento
estertóricos,
con fiesta por no saber
volar tal como yo
en la despedida piramidal que hizo una pena de años luz
alrededor del amor.
Soy un ave, una paloma, un pájaro
cuando no quiero permitirme la palabra vieja naciendo de mi pena,
de mi luz no especificada,
de mi razón con pica-pica reventada,
aun subo en combi para mirar el mundo,
aún tengo corazón para poder brindar en la Universitaria,
entre los parques peripatéticos,
dando y cavando una idea bajo la rampa de los sueños,
sueños sin forma pero llenos de alma,
farmacéuticos de alma esquinados
de yerba,
sensibilidad en el
segundo
en
que el semáforo
hace pasar el
vómito de la impaciencia.
II
Que ya he venido y ya no estoy aquí,
que ya es muy tarde y hace frío en tu despertador,
que el tiempo es un mal profesor en los zapatos,
que ya debería dejar
de pensar en la glorieta de las camas, que estoy herido,
que tengo treinta años multifrénicos,
que me llamo Fablo en las campanas,
que me llamo Fablo
entre las torres, que vengo de regar mi mar menos un día,
que es noviembre
secular más un cigarro
que quisiera una bella fogata,
que la docente noche
me pulula,
que he escrito un
libro abandonado, digo el libro…
que no tendí mi cama
hoy,
que estoy afuera
estando dentro
que cargo la cruz de
mi confín,
que hoy he atardecido
en los acentos,
que me salió una
arruga en la vocal,
que hoy no ha comido
mi pasado,
que formo una escala de promesas,
que fotocopio una
plaza con sus penas más una meretriz con sus dos penas,
y alero andando el
baptisterio inflama la zona yugular de un salmo santo
que tengo un
cartesiano pájaro en mi luz,
que tengo un
cartesiano pájaro en mi sombra,
que mejor viniera
para ya no venir,
que mejor me fuera
para ya no irme,
que tengo miedo ser
un tiempo aparte,
que me río mucho de mi devenir,
que ya está
oscureciendo el día,
que ella ya no está en mi sombra,
que ya me he ido y aún estoy aquí,
que ya me he muerto y
me entristecen los entierros,
que me confundí con otro,
que bebo y boto la
espuma de mi Dios,
que me persigno en silencio,
que pienso llorar
para mañana,
que pienso reír para el ayer,
que estoy crucificado,
que estoy crucificado
en un adiós sin nombre,
que subo en ascensor
al campo libre,
que respiro con gotas,
que acudo a conferencias,
que nada es verdadero
en la gramática del tiempo,
que le escribo por
correo electrónico a mi nuez,
que vienen bajando
los fondos a mi fondo,
que he cortado la
cola de una nube con mi alfalfa,
que he sugerido a la
tarde una inyección de pelotas con la amada que perdí,
que ofrezco mis amigos cronológicos carameleros
metodológicos la madre, su barbecho, el burro amigo de mi pan, y el pan canasta
de su verso vendedor de las estrellas,
que estoy enamorado,
que estoy enamorado
de su girasol eterno, consabido, meditado de su emoción concreta en la hora
próxima: metálica, seráfica,
que estoy enamorado
de aquel cabello que le cubre el rostro fumándose el tiempo cenicero
recortándose la puerta de sus besos,
que ando junto con el
día en los 24 disparos del creador,
que le consuelo al día por su muerte,
que él me consuela por la mía,
que es necesario
caminar de alma la mañana en su pupila, de alma la esquinada directriz,
que quisiera tener alas en mi sien,
que desapareciera los
pasos que construyeron el templo de mi espina verbal
y gotearía el ocaso
de mi brisa, cual nafazolina acelerante en el orificio nasal de mi estación,
que lacto la ausencia
del odio en mi cosecha
que me circunscribo
en una esquina de la tarde
que todo se lo llevaran ya para ya no estar allá
y que todo lo trajeran ya para venir aquí,
que nada, nada es
sentimiento sin la tierra mojada, sin la yerba santa,
que la pena es viento
de la vida seca, río del alma de la eterna víspera,
que no he venido y me
recuerdan tanto, me dan un beso, calurosa palma,
que ya he venido y ya no estoy aquí,
que ya he venido y estoy en el olvido,
que tengo miedo de no sabe vivir,
que tengo miedo de no poder morir,
que fuera mejor que
lo dejaran todo y después ya veremos, dílo tú,
querido César…
III
Habrá un día en mi vida donde ya no
estaré.
La vida tendrá un número quince y el
sol lloverá de colores.
Una hormiga arrastrará una queja
lindísima acharolada de pan y división materna.
Todos los días sonará una oración para
mi ausencia.
En la ventana errante se desnudarán
los daños y le crecerán alas de cuervos.
Habrá un día en mi vida donde ya no estaré.
La TV lucirá más jovial.
Ese día seré más feliz que ahora.
La queja lindísima será linda.
En el espejo aquel se chorreará este
muro que me aleja de todos,
y la gente que me quiere me querrá
para siempre.
IV
Hubiese
volado un poco más el paisaje de tu beso,
hecho
comprimido contra los demás vuelos que derraman plumas de agosto
y
cuentan a rayar su símbolo elevado,
su
diapasón con ojos azules, avizores desde un teclado cornucopiano,
levemente el beso lento
afloradamente
de chiste pueril que busca otro juguete universal
aunque todos nos digan que falta para navidad.
Hubiese
visto esa cordillera tibetana en tu romance latino,
estar en ese cielo un rato más
cómo
sería cinco segundos más tarde saliendo de tus dedos ojivales,
aquella traducción de la mezquita de junio,
de tus palabras cuánticas, con figuras de paseos a la manera de un presagio
en ritmo de quien dijera felicidad
no maldecir los congresos de tanta tinta como primera regla
y
hacer una raya con la regla sobre el más allá de la política peruana
y
el pensamiento amoroso de tu beso que lleva rama fresca,
hojas que juegan a las cartas y otro límite
y
amar para hacer otra política interpretando primero lo que hubiese pasado
volando un poco más en el trayecto de tu beso.
V
A ese interminable color de la sombra le fuera dado
el rosado de tu boca para que ya no siga a las cosas.
Dar de cada elemento tuyo una nueva combinación al
mundo
para que ya no sea mundo,
para que sea algo más que un hogar con fuego,
para que sea fuego y tu beso,
para que sea necesidad sin conceptos esqueléticos.
Venir de ayer una mirada con agua,
con una montaña de horas de haberte esperado,
tú navegas en las palabras que enterraron otros soles,
tú comienzas a
ser al alba y te envidia la mañana,
andas con un aire de cábala,
vuelves,
desabotonas tu camino
bronceas el brazo de tu vacío.
A ese corazón que no has utilizado yo lo llevo siempre
conmigo.
Le ha nacido un espacio preciso para enterrar el alma.
Y tu alma pasea con olor a juego,
rauda la tarde con que armas tu tiempo,
en una política de plumas con números futuros de
calendario.
Entre atrapar el sueño fugitivo que alfombra tu yerba
y le da sombra a tu raíz;
entre labrar y cincelar lo abstracto
y la patria de tu boca,
se abre una panamericana sin punto cardinal
donde se va al silencio de mi literatura.
Rafael Garrido Espinoza, Lima, 1972. Estudió Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Integró La Mano Anarka, un grupo nihilista de resistencia contra la dictadura fujimorista y la intervención universitaria.
Poemario inédito: Zumario Zer
miércoles, febrero 22, 2012
"La poesía sirve para desactivar los sistemas represivos de la realidad"
domingo, febrero 19, 2012
José María Arguedas, biografía e imágenes del escritor mágico indigenista
viernes, febrero 17, 2012
Presentación del Poemario "Corazón de Abril" de Johnny Barbieri en el Baquerizo
jueves, febrero 16, 2012
Hoy arranca el X Encuentro Nacional de Escritores "Manuel Jesús Baquerizo"
martes, febrero 14, 2012
Mexicano Jorge Volpi gana el Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América
lunes, febrero 13, 2012
X ENCUENTRO NACIONAL DE ESCRITORES “MANUEL JESÚS BAQUERIZO” EN HOMENAJE A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
domingo, febrero 12, 2012
Escritores cubanos por ampliar fronteras literarias de la isla
jueves, febrero 09, 2012
'La torre prohibida' se alza con el IX Premio Minotauro
martes, febrero 07, 2012
SUMA DE LOS S-E-N-T-I-D-O-S /Corazón de abril
Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y
grita en sus dolores, así estuvimos ante ti. En la angustia te buscábamos;
vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba.
Is. 26 16-17
En el mes de diciembre del 2011, asistí a la presentación del poemario Corazón de Abril del Poeta Peruano, Johnny Barbieri, ésta se llevó a cabo en la Casa de La Literatura Peruana. Evento que no dudé en asistir pues sabiendo de la calidad poética de Barbieri supe desde un inicio que tal evento estaría lleno de poesía real y sin reservas.
El libro en Mención, Corazón de Abril, llamó mucho mi atención desde todos los ámbitos. Éste libro ha sido editado por Casa Barbieri Editores, con una edición pulcra y bien diseñada. Consta de 77 páginas bien impresas, de un formato idóneo para ser transportado y un color exacto que invita a ser leído desde su inicio. El poemario –el poeta- ha divido el libro en tres partes. En la primera nos regala 25 poemas, en la segunda 10 poemas y en la tercera un poema de largo aliento que merece ser leído con mucha atención. El poemario respira un aire elegiaco que estremece y cautiva su lectura.
Corazón de Abril, es un poemario con mucha carga emotiva, un poemario que navega por Aqueronte y nos hace experimentar el dolor de perder a alguien y de perdernos en ese alguien. En este caso, Barbieri, ha dedicado este poemario a su madre, pero no en la dicha de verla lozana y alegre en vida; sino en la pena y la tristeza de saberla muerta. Esa carga emotiva es desarrollada
en casi todo el libro, no así en la última parte pues ese poema inscribe otra perspectiva sin perder su tono elegiaco.
En la primera parte de Corazón de Abril, podemos notar, que los poemas fueron escritos para ser entonados en voz alta y experimentar –a manera de catarsis- toda la experiencia biográfica del poeta, que abarca desde su infancia hasta la perdida misma de su madre y la consecuencia de ésta. En esta parte, Barbieri comparte su dolor en poemas muy bien estructurados, pues cada una tiene la ubicación exacta en el corpus del poemario que al experimentarlos inmediatamente invitan a continuar la lectura. Debo recalcar, que esta primera parte son poemas para compartir, pues el poeta a viva voz anuncia su tristeza al experimentar a su madre en el lecho de la muerte. Son poemas para ser leídos con amigos, con una buena copa de vino, y así sentir el dolor del poeta y su bello arte de escribirlo. Este ramo de poemas es colectivo.
No así, en la segunda parte del poemario, ya que hay un giro poético, a diferencia de la estructura de un poema, éstas, ahora pareciesen que fueron escritos en prosa, pero no, ya que su contenido altamente poético nos dicen que son poemas con otro tipo de esquema –Barbieri siempre nos sorprende con sus usos del ritmo del poema- A diferencia de la primera parte de este poemario, esta segunda contiene versos más íntimos, no para ser leídos en voz alta ni a ningún público, sino para experimentarlos en soledad, en el fuero interno, en el yo mismo del ser, pues el poeta que en su solipsismo escribió estos versos, nosotros en esa soledad debemos leerlos. Notamos esta diferencia en la estructura ya antes mencionada, pues, mientras que un poema que va a ser compartido maneja una estructura estilística, un poema personal no necesariamente debe tenerlo, en la segunda parte del poemario notamos que no hay una regla rigurosa en la forma del poema sino mas bien en el fondo, pues no busca impresionar estilísticamente sino sentimentalmente, por ello que los poemas de esta parte del libro no son para compartir ni publicar sino para gozar, soñar y volverse egoísta con el producto de su lectura. Nadie hace el amor solo, pero el poema nos permite gozar de la soledad en pleno. Los poemas de esta parte, nunca pierden su tono triste pues esta tristeza cabalga a lo largo de todo el poemario.
Cabe llamar la tención el la tercera parte del poemario, un poema de largo aliento con un contenido ya sabido, pues nos habla de la historia de la salvación –cristiana- pero en esta ocasión recreada al estilo y forma del poeta. Desde la creación ex nihillo hasta la esperanza mesiánica Barbieri nos cuenta, al estilo materno, humano, de carne, como ha sido la trayectoria de su madre y de su vida a manera de sinopsis bíblica que nos lleva a conocer los vericuetos que ha tenido que sufrir/pasar la humanidad para por fin tener la redención. Una humanidad reflejada en el yo del poeta, y que todos sin excepción vivimos, ya sea del modo que se presente pero que todo humano ha de experimentar.
Al principio fue la matriz (…) todo está consumado: génesis y apocalipsis, de esa manera el poema, de esta parte del poemario, revive la economía salvífica de la humanidad, personificado en la figura de nuestra madre, quien nos hace conocer a Dios y nos enseña que la salvación empieza desde el vientre materno y termina con el deseo de tenerla cerca, así físicamente no esté. En este recuento el poeta hace participar a personas que no son rigurosamente personajes bíblicos pero que juegan un rol importante en la vida del mismo, así cada uno de nosotros podemos vivificar nuestra historia –bíblica- en la participación con lo divino.
CORAZÓN DE ABRIL no solo es un libro de poesía, no solo es un grupo de poemas, sino que comprende mucho más. Nuestro poeta, Johnny Barbieri, nos regala pedagogía, estilo, vanguardia, pues los poemas y cada uno de ellos nos enseñan un nuevo estilo de escribirlas. Notamos que hay unos poemas reconvertidos, formas y estructuras variadas, juego de voces, etc. Toda esta suma lo hace un poemario de lectura obligatoria y de cátedra innegable. Quien lo lea, experimentará en su ser toda una suma de sentidos, que el poeta grandiosamente sabe despertar.
lunes, febrero 06, 2012
Literatura del Gran Caribe y del mundo en Feria del Libro Cuba 2012
domingo, febrero 05, 2012
Antología reúne poesía estadounidense contemporánea
Los poetas norteamericanos Hart Crane, John Ashbery, W. S. Merwin y Charles Wright son incluidos en el libro La escuela de Wallace Stevens. Un perfil de la poesía estadounidense contemporánea, que se presenta el próximo martes en el Palacio de Bellas Artes.