Edgar Allan Poe (Boston, 19 de enero de 1809-Baltimore, 7 de octubre de 1849)
cuatro cuervos
cuatro
cuervos cuelgan a mitad del camino
crecen
ojos para ver tus pasos que se desploman
sobre la acera
la
tierra envejecida echa sus raíces para detenernos
los
cuervos neblinosos se paran sobre los fierros
que nos circundan
la
lluvia nos atrapa afuera mientras busco la espesura
de
esta luz que se va apagando de a poco
los
alfileres cuelgan tu rostro en la noche
las
sombras abultan los espacios de los errores
Todo
es horror
Poe
inmóvil canturreando ebrio al final del día
La
buhardilla con cuatro cuervos y una cama cercenada
y
el alcohol en ebullición
los
libros rotos los poemas que se amomian
sin ser leídos
Poe
frente a nosotros ofreciéndonos sus ojos muertos
yo
leo sus ojos hechizados escucho su
voz que nos
llama
en la noche cuando sólo hay espacio para la agonía
Las
raíces del horror nos envuelven entrelazándonos
a
sus delirios la cama da vueltas y
nos anuda
los
cuervos nos esperan tras las rejas para sacarnos los ojos
los
candiles sólo muestran los perfiles
sólo
muestran las sombras que se solidifican
a nuestras espaldas
tú
llamas a Virginia y ella te acerca los suicidios
hay
un camino que se curva con el vuelo de los cuervos
los
negros caminos con destinos oscuros y graznidos de
todos
los colores negros
mis
ojos se hacen negros frente al poema
Poe
y su cordón umbilical que lo une al cuervo eterno
Yo
enmudezco leyendo el poema muerto.
(Johnny Barbieri / Bandera de herejes)
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