Contra Critias
Denisse Vega Farfán, premio Poeta joven del Perú 2008 (*)
Por Róger E. Antón Fabián
Diario La Industria
Octubre - 2008
"Cojo la pluma y digo/ lo que me viene a la lengua/ lo que siento de adentro/ lo que nadie me dicta/ Cojo la pluma y digo/ radiografía daltónico/ o lo que me da la gana".
Contra Critias,
Marco Martos
En el preciso momento en que decidía realizar mi habitual estudio sobre filósofos presocráticos, caí en la cuenta que me adentraría en el exquisito tema de los sofistas, cuando recibí una llamada telefónica, que me comunicaba que Denisse Vega Farfán era la ganadora del Premio Poeta Joven del Perú 2008. La noticia en cierto modo tenía un tono irritante y lamentaba el hecho. Y mientras mi interlocutor lanzaba quejas y lamentos que lindaban los improperios a la vez que recordaba toda su “vida de poeta” y, no sin cierta sorpresa mía, me conminaba a realizar un artículo sobre el tema en cuestión, como en un filme fui recordando a los antiguos sofistas que estudiaba en la vieja San Marcos de los noventa; entre otros: Hippias, Pródico, Trasímaco, Eutidemo y Critias.
Eran los años del segundo gobierno de Fujimori, las universidades estaban llenas de militares, y en plena dictadura yo luchaba por ingresar a la Residencia universitaria. Había desistido de la poesía, porque leí que William Faulkner había afirmado que todo escritor pretende escribir poesía, pero descubre que no puede y a continuación intenta escribir cuentos, y al volver a fracasar, no le queda más remedio que escribir novelas; pero yo seguía admirando a los poetas, lo cual a pocos días de haber arribado a la gran capital me llevó a buscar e intentar entrevistar a algunos de ellos. El poeta Marco Martos fue uno de los más condescendientes a mi interrogatorio; cuando le pregunté si las críticas al Premio Nacional de Poesía del Perú, que recibió en 1960, hicieron mella a su creación, él luego de un suspiro inmediatamente recordó con sentida intensidad emocional su famoso poema donde alude a “Critias”. En estos días he venido repitiendo esos versos del poeta piurano, desde que recibí la denostadora y doliente llamada telefónica que se suma a cierta desazón y cuestionamiento general de poetas contemporáneos contra la distinción de la poeta trujillana.
Denisse Vega, autora del poemario Euritmia, nació en Trujillo, y su interés por la poesía fue motivada por la ausencia de su madre, Doña Ernestina Lidia Farfán Neyra, quien trabajaba en la ciudad de Chimbote, mientras la niña vivía con su abuela, lo cual la llevó a escribir incluso en el reverso de las cajas de sus medicamentos. Era una respuesta a esa necesidad de manifestarse y construir mundos habitables con palabras, porque ella, que estudió en el Colegio Augusto Salazar Bondy, allá en Chimbote, en la secundaria, ya descubría la emoción poética en los versos de Alfonsina Storni, César Vallejo y Octavio Paz, y desde aquel entonces un papel en blanco era su mejor algarabía. Aún no se percataba que la poesía la acompañaría para siempre en su vida sin embargo empezaba a escribir en las calles chimbotanas, camino a Bellamar, adonde había venido a residir.
Fue integrante de la Galería-Taller de Artes Plásticas “Palamenco” de la Universidad Nacional del Santa, dirigido por mi amigo el pintor Amarildo Obeso y poco tiempo después con cuadernos colmados de sus escarceos poéticos y gracias a su persistencia literaria recibiría una mención honrosa en el Premio Copé Internacional organizado por Petroperú en el año 2007, y el primer premio del I Concurso Literario y de Investigación “la Pluma Vallejiana” de la ciudad de Trujillo con el bello seudónimo "La Lira Ensangrentada"; porque para ella, que posee poemas traducidos al inglés y francés en diversas publicaciones nacionales e internacionales, la poesía es como su esencia vital, una suerte de santuario.
El jueves 18 de septiembre, los organizadores del cuestionado concurso literario el Poeta Joven del Perú 2008, el Centro Cultural de España y la editorial Lustra Editores, bajo la tutela de Ricardo Ramón Jarne, y Paul Guillén Delgado y Víctor Ruiz Velazco oportunamente, en el marco de la "Semana de Poesía", anunciaron que por unanimidad, tras una ardua y reñida selección (aunque solo se presentaron 61 poemarios provenientes de diversas partes del país) brindaban el título de ganador al poemario Una morada tras los reinos de Denisse Vega Farfán y una única mención honrosa “debido a su calidad sobresaliente” a la poeta Melissa Ghezzi Solís por su poemario Bendita eres entre todas….
En la antigua Grecia cuando se convocaba a los certámenes literarios solo se competía por un laurel y un canasto de manzanas, esta vez el certamen trae consigo la gloria y publicación de la obra dentro de la serie Novísima Poesía Latinoamericana, coeditada por el C.C. de España y Lustra Editores, y muchos poetas contemporáneos que recién se han enterado de la noticia se han sumado a la aspiración secreta por el galardón que posee nombre solemne digno de llevar estampado en el pecho; pero no han faltado las muestras de protesta y desazón. Se han percatado de un momento a otro que la designación es significativa y la palabra tiene belleza resonante, en contraparte denuncian la exigua calidad académica del jurado, el bajo nivel de convocatoria, el cuestionamiento a la forma de cómo se ha resuelto el certamen utilizando el nombre del emblemático e histórico concurso peruano, sin dar cuenta a los herederos del fundador del mismo, calificando al acto como poco leal e interesado.
Quizá de haber escogido un jurado de disputadas lides literarias, la convocatoria no hubiera sido menor. Y es verdad un discernimiento bajo el olfato de Marco Martos, Antonio Cisneros, Róger Santibáñez, Blanca Valera, Rosella Di Paolo, Rodolfo Hinostroza, Tulio Mora, Eduardo Chirinos o Miguel Ildefonso entre otros hubiera sido más decorosa; y no a un par de “poetas menores y sin gran trascendencia” bajo los más tenues calificativos que han aparecido a los poetas Paul Guillén y Víctor Ruíz Velazco, y, a Ricardo Ramón Jarne, director del Centro Cultural de España, pues solo florece como promotor cultural y no se ha pasado la vida en el trabajo de las palabras. Sin embargo hay quien ha manifestado que la galardonada “por el bien de su poesía debería renunciar a la distinción”; pero no era menos de esperar como certera muestra de mezquindad y desazón por el logro obtenido; e incluso no ha faltado quien manifieste que el poemario ganador es un plagio.
La distinción originalmente fue creada por el poeta Marco Antonio Corchera quien dirigía la Revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, y tuvo convocatoria hasta la década del 80. Una vez desaparecido el famoso concurso, los hijos del poeta crearon la Fundación que lleva su nombre y se encarga de preservar la obra y vida del mismo así como patrocinar galardones, recientemente, con motivo del Festival Internacional de Poesía César Vallejo, organizado por la Universidad César Vallejo y la susodicha fundación, fueron distinguidos por la Municipalidad Provincial de Trujillo poetas de Europa y América que llegaron a la ciudad de la eterna primavera.
Y es verdad que tal emblema lo han ganado poetas de la talla de Javier Heraud y César Calvo (1960); Wiston Orrillo y Manuel Ibáñez Rossaza (1965), ese año entre los finalistas estuvieron al parecer el poeta chimbotano Juan Ojeda y Luis Hernández; José Watanabe y Antonio Cillóniz (1970); Jesús Cabel y Julio Carmona (1975), Jorge Eslava y Bethoven Medina (1980); Luis Eduardo García (1985); David Novoa y Monserrat Álvarez (1990); y Enrique Hulerig en 1995, ya en ese año fue la última vez que el maestro Corchera pudo convocarlo, pues a pesar de que estaba enfermo, sobre todo ya no contaba con auspicio.
El diario la Industria de Trujillo en su página cultural dejaba leer hace poco que los hijos del creador del galardón pensaban en demandar judicialmente a los organizadores del premio limeño para corregir esa arrogante falta, dado que consideraban una osadía mayúscula usar el mismo nombre como un usufructo del patrimonio cultural de Trujillo, dando a entender que los organizadores debieron solicitar el uso del nombre y aludiendo que no sería el auténtico Premio Poeta Joven del Perú, sino un premio apócrifo.
El poeta y periodista trujillano Luis Eduardo García, ganador en 1985 del sexto concurso poeta joven del Perú, ha dicho que el Centro Cultural de España y Lustra Editores optaron por lo más simple y vergonzoso: “como ya nadie convoca el Premio, me apropio del nombre y lo lanzo por mi cuenta con bombos y platillos. Se trata simplemente de una deslealtad. Es pura falta de amor, gratitud, fidelidad y honor”; aunque sutilmente libró a la poesía de la autora de Euritmia.
Albricias, gloria y loor por esta distinción, por su pluma dilecta, en sordina hacia los Critias de la cultura peruana, enmohecidos y agazapados en un reclamo supuestamente legal, cuando al parecer el premio no ha sido patentado o registrado legalmente; sin embargo ello bien no resta la loable labor del recordado fundador del legendario premio y lo que realmente se espera, e incluso lo hubiera querido el maestro trujillano Marco Antonio Corchera, es que la poeta siga escribiendo en el Malecón Grau, frente al mar chimbotano, en ómnibus y colectivos, en un salón de clases, a plena calle, en un café o en la soledad de su corazón bajo la bóveda celeste en el extraño cielo límpido de esta primavera que despierta; pero que siga escribiendo porque bien sabe como el poeta que al hacer poesía no se trata de hablar, ni tampoco de callar; se trata de abrir algo, entre la palabra y el silencio. ~
© Róger E. Antón Fabián es autor de la novela El Paraíso Recuperado (2008)
Lima, octubre de 2008
(*) La distinción se realizará en el mes de octubre en las instalaciones del Centro Cultural de España-Natalio Sánchez 181 Santa Beatriz (Alt. cdra. 6 de la Av. Arequipa)-Ingreso Libre.
Denisse Vega Farfán, premio Poeta joven del Perú 2008 (*)
Por Róger E. Antón Fabián
Diario La Industria
Octubre - 2008
"Cojo la pluma y digo/ lo que me viene a la lengua/ lo que siento de adentro/ lo que nadie me dicta/ Cojo la pluma y digo/ radiografía daltónico/ o lo que me da la gana".
Contra Critias,
Marco Martos
En el preciso momento en que decidía realizar mi habitual estudio sobre filósofos presocráticos, caí en la cuenta que me adentraría en el exquisito tema de los sofistas, cuando recibí una llamada telefónica, que me comunicaba que Denisse Vega Farfán era la ganadora del Premio Poeta Joven del Perú 2008. La noticia en cierto modo tenía un tono irritante y lamentaba el hecho. Y mientras mi interlocutor lanzaba quejas y lamentos que lindaban los improperios a la vez que recordaba toda su “vida de poeta” y, no sin cierta sorpresa mía, me conminaba a realizar un artículo sobre el tema en cuestión, como en un filme fui recordando a los antiguos sofistas que estudiaba en la vieja San Marcos de los noventa; entre otros: Hippias, Pródico, Trasímaco, Eutidemo y Critias.
Eran los años del segundo gobierno de Fujimori, las universidades estaban llenas de militares, y en plena dictadura yo luchaba por ingresar a la Residencia universitaria. Había desistido de la poesía, porque leí que William Faulkner había afirmado que todo escritor pretende escribir poesía, pero descubre que no puede y a continuación intenta escribir cuentos, y al volver a fracasar, no le queda más remedio que escribir novelas; pero yo seguía admirando a los poetas, lo cual a pocos días de haber arribado a la gran capital me llevó a buscar e intentar entrevistar a algunos de ellos. El poeta Marco Martos fue uno de los más condescendientes a mi interrogatorio; cuando le pregunté si las críticas al Premio Nacional de Poesía del Perú, que recibió en 1960, hicieron mella a su creación, él luego de un suspiro inmediatamente recordó con sentida intensidad emocional su famoso poema donde alude a “Critias”. En estos días he venido repitiendo esos versos del poeta piurano, desde que recibí la denostadora y doliente llamada telefónica que se suma a cierta desazón y cuestionamiento general de poetas contemporáneos contra la distinción de la poeta trujillana.
Denisse Vega, autora del poemario Euritmia, nació en Trujillo, y su interés por la poesía fue motivada por la ausencia de su madre, Doña Ernestina Lidia Farfán Neyra, quien trabajaba en la ciudad de Chimbote, mientras la niña vivía con su abuela, lo cual la llevó a escribir incluso en el reverso de las cajas de sus medicamentos. Era una respuesta a esa necesidad de manifestarse y construir mundos habitables con palabras, porque ella, que estudió en el Colegio Augusto Salazar Bondy, allá en Chimbote, en la secundaria, ya descubría la emoción poética en los versos de Alfonsina Storni, César Vallejo y Octavio Paz, y desde aquel entonces un papel en blanco era su mejor algarabía. Aún no se percataba que la poesía la acompañaría para siempre en su vida sin embargo empezaba a escribir en las calles chimbotanas, camino a Bellamar, adonde había venido a residir.
Fue integrante de la Galería-Taller de Artes Plásticas “Palamenco” de la Universidad Nacional del Santa, dirigido por mi amigo el pintor Amarildo Obeso y poco tiempo después con cuadernos colmados de sus escarceos poéticos y gracias a su persistencia literaria recibiría una mención honrosa en el Premio Copé Internacional organizado por Petroperú en el año 2007, y el primer premio del I Concurso Literario y de Investigación “la Pluma Vallejiana” de la ciudad de Trujillo con el bello seudónimo "La Lira Ensangrentada"; porque para ella, que posee poemas traducidos al inglés y francés en diversas publicaciones nacionales e internacionales, la poesía es como su esencia vital, una suerte de santuario.
El jueves 18 de septiembre, los organizadores del cuestionado concurso literario el Poeta Joven del Perú 2008, el Centro Cultural de España y la editorial Lustra Editores, bajo la tutela de Ricardo Ramón Jarne, y Paul Guillén Delgado y Víctor Ruiz Velazco oportunamente, en el marco de la "Semana de Poesía", anunciaron que por unanimidad, tras una ardua y reñida selección (aunque solo se presentaron 61 poemarios provenientes de diversas partes del país) brindaban el título de ganador al poemario Una morada tras los reinos de Denisse Vega Farfán y una única mención honrosa “debido a su calidad sobresaliente” a la poeta Melissa Ghezzi Solís por su poemario Bendita eres entre todas….
En la antigua Grecia cuando se convocaba a los certámenes literarios solo se competía por un laurel y un canasto de manzanas, esta vez el certamen trae consigo la gloria y publicación de la obra dentro de la serie Novísima Poesía Latinoamericana, coeditada por el C.C. de España y Lustra Editores, y muchos poetas contemporáneos que recién se han enterado de la noticia se han sumado a la aspiración secreta por el galardón que posee nombre solemne digno de llevar estampado en el pecho; pero no han faltado las muestras de protesta y desazón. Se han percatado de un momento a otro que la designación es significativa y la palabra tiene belleza resonante, en contraparte denuncian la exigua calidad académica del jurado, el bajo nivel de convocatoria, el cuestionamiento a la forma de cómo se ha resuelto el certamen utilizando el nombre del emblemático e histórico concurso peruano, sin dar cuenta a los herederos del fundador del mismo, calificando al acto como poco leal e interesado.
Quizá de haber escogido un jurado de disputadas lides literarias, la convocatoria no hubiera sido menor. Y es verdad un discernimiento bajo el olfato de Marco Martos, Antonio Cisneros, Róger Santibáñez, Blanca Valera, Rosella Di Paolo, Rodolfo Hinostroza, Tulio Mora, Eduardo Chirinos o Miguel Ildefonso entre otros hubiera sido más decorosa; y no a un par de “poetas menores y sin gran trascendencia” bajo los más tenues calificativos que han aparecido a los poetas Paul Guillén y Víctor Ruíz Velazco, y, a Ricardo Ramón Jarne, director del Centro Cultural de España, pues solo florece como promotor cultural y no se ha pasado la vida en el trabajo de las palabras. Sin embargo hay quien ha manifestado que la galardonada “por el bien de su poesía debería renunciar a la distinción”; pero no era menos de esperar como certera muestra de mezquindad y desazón por el logro obtenido; e incluso no ha faltado quien manifieste que el poemario ganador es un plagio.
La distinción originalmente fue creada por el poeta Marco Antonio Corchera quien dirigía la Revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, y tuvo convocatoria hasta la década del 80. Una vez desaparecido el famoso concurso, los hijos del poeta crearon la Fundación que lleva su nombre y se encarga de preservar la obra y vida del mismo así como patrocinar galardones, recientemente, con motivo del Festival Internacional de Poesía César Vallejo, organizado por la Universidad César Vallejo y la susodicha fundación, fueron distinguidos por la Municipalidad Provincial de Trujillo poetas de Europa y América que llegaron a la ciudad de la eterna primavera.
Y es verdad que tal emblema lo han ganado poetas de la talla de Javier Heraud y César Calvo (1960); Wiston Orrillo y Manuel Ibáñez Rossaza (1965), ese año entre los finalistas estuvieron al parecer el poeta chimbotano Juan Ojeda y Luis Hernández; José Watanabe y Antonio Cillóniz (1970); Jesús Cabel y Julio Carmona (1975), Jorge Eslava y Bethoven Medina (1980); Luis Eduardo García (1985); David Novoa y Monserrat Álvarez (1990); y Enrique Hulerig en 1995, ya en ese año fue la última vez que el maestro Corchera pudo convocarlo, pues a pesar de que estaba enfermo, sobre todo ya no contaba con auspicio.
El diario la Industria de Trujillo en su página cultural dejaba leer hace poco que los hijos del creador del galardón pensaban en demandar judicialmente a los organizadores del premio limeño para corregir esa arrogante falta, dado que consideraban una osadía mayúscula usar el mismo nombre como un usufructo del patrimonio cultural de Trujillo, dando a entender que los organizadores debieron solicitar el uso del nombre y aludiendo que no sería el auténtico Premio Poeta Joven del Perú, sino un premio apócrifo.
El poeta y periodista trujillano Luis Eduardo García, ganador en 1985 del sexto concurso poeta joven del Perú, ha dicho que el Centro Cultural de España y Lustra Editores optaron por lo más simple y vergonzoso: “como ya nadie convoca el Premio, me apropio del nombre y lo lanzo por mi cuenta con bombos y platillos. Se trata simplemente de una deslealtad. Es pura falta de amor, gratitud, fidelidad y honor”; aunque sutilmente libró a la poesía de la autora de Euritmia.
Albricias, gloria y loor por esta distinción, por su pluma dilecta, en sordina hacia los Critias de la cultura peruana, enmohecidos y agazapados en un reclamo supuestamente legal, cuando al parecer el premio no ha sido patentado o registrado legalmente; sin embargo ello bien no resta la loable labor del recordado fundador del legendario premio y lo que realmente se espera, e incluso lo hubiera querido el maestro trujillano Marco Antonio Corchera, es que la poeta siga escribiendo en el Malecón Grau, frente al mar chimbotano, en ómnibus y colectivos, en un salón de clases, a plena calle, en un café o en la soledad de su corazón bajo la bóveda celeste en el extraño cielo límpido de esta primavera que despierta; pero que siga escribiendo porque bien sabe como el poeta que al hacer poesía no se trata de hablar, ni tampoco de callar; se trata de abrir algo, entre la palabra y el silencio. ~
© Róger E. Antón Fabián es autor de la novela El Paraíso Recuperado (2008)
Lima, octubre de 2008
(*) La distinción se realizará en el mes de octubre en las instalaciones del Centro Cultural de España-Natalio Sánchez 181 Santa Beatriz (Alt. cdra. 6 de la Av. Arequipa)-Ingreso Libre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario