miércoles, noviembre 18, 2009

Poemas de María Laura García del Castaño


Traerte el corazón, quitar la piedra

Suena imposible
entrar en tu corazón con una vela encendida;
fotografiar el nombre en la mano incendiada;
devolver el día recorrido por mis pasos.

Es más fácil
oír llegar el rostro de mis anteriores vidas;
recorrer la casa de lo no permitido;
tejer una llave para abrir la piedra.

Pero tienes el silencio del que escupe un adentro;
y no puedo entrar en él
pese a haber tejido la llave,
pese a haber transitado la casa de lo no permitido.

Pese a la foto de la mano encendida,
al nombre tatuado recorrido por mis pasos,
a la sangre subterránea alzada en el tatuaje;
tras violentar la casa con la llave precisa,
y quitar la piedra con la mano que quemada.


El ansia

Atreverse a mirar lo resistido,
este flagelo sin fin con quien se ama,
(a quien no se habla ni se ve pero se ama)
cuando las palabras se interrumpen
en sus espadas o vacíos, y vacían,
ha sido como instruir a la muerte a salir del camino,
(Aunque vuelva con otro gesto de payasa marchita
a tocarnos el ánimo),
Este tocarse el ánimo
para encontrar tus ojos, arriba,
ha sido como ayudar al ahogado a morir de sed
al fondo del río.
Sale de la boca a caminar lo que anida,
un nido de silbidos que acaricia el ahogado
o la mano de los estremecimientos que llega
hasta el ansia
sobre la cual besar envenenándose,
mientras enmudece el nido,
las espadas o vacíos hablan
del flagelo resistido
entre los que sin verse
ni hablarse
se aman.


Al fin y al cabo no acaba

Tengo un abrazo de loba,
una explosión de loba,
una tendencia de loba,
una cabeza de loba que rompe,
una mirada de loba dispuesta,
acabando sobre la hora, varias horas al dia.

Tengo una fuente de loba sedienta,
donde se bebe convulsivamente la sed que moja,
el agua que no mancha.

Tengo el rostro de la mujer loba,
la mujer que acaba sobre una roca erguida,
la escena latente de un contagio con las bocas,
con las garras,
en el lugar del venir hacia adentro.

Una lengua que no sabe decir,
sólo poner al revés las bocas,
quebrar el vidrio de las bocas,
entrar en el vientre, torcer en el hallazgo,
con mi cabeza de loba que rompe,
con mi paisaje de loba erguida
que desgarra.


María Laura García del Castaño. Nació en Córdoba, el 17 de octubre de 1979, escribe desde que tiene uso de razón. Tiene cuatro libros editados, Orquídeas, lágrimas y sangre 1996, He hablado con el olvido 1997, Desde mi alba 1998, y El grito 2004; y un libro aún inédito "La palabra sembrada". Cuenta con algunos premios, entre ellos : Mención SADE Cba 1998, 3er premio cuento "Leopoldo Lugones" Bs. As 1998, 2º premio municipal de poesía "cultura viva" Misiones, Arg. 2001. Por estos días vive del oficio del poema, y sobrevivo de empleada funeraria.

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