En mitad del proceso de creación de la que podría ser su próxima novela, Javier Marías ha recibido la noticia de que se le otorgaba el Premio Formentor de las Letras. Es a toda su trayectoria, por contribuir a definir la gran literatura europea y, según el jurado, por ser uno de los escritores más apreciados en el continente por libros como Tu rostro mañana, Todas las lamas, Mañana en la batalla piensa en mí, Corazón tan blanco y Los enamoramientos.
Un galardón que le hace especial ilusión al escritor, académico y columnista porque era mítico en los sesenta. “De adolescente”, recuerda Marías, “en la primera época del premio, oía hablar mucho de él teniendo en cuenta quienes participaban en las charlas de Formentor como Salinas, Benet, Barral, Hortelano… y, claro, con
En mitad del proceso de creación de la que podría ser su próxima novela, Javier Marías ha recibido la noticia de que se le otorgaba el Premio Formentor de las Letras. Es a toda su trayectoria, por contribuir a definir la gran literatura europea y, según el jurado, por ser uno de los escritores más apreciados en el continente por libros como Tu rostro mañana, Todas las lamas, Mañana en la batalla piensa en mí, Corazón tan blanco y Los enamoramientos.
Un galardón que le hace especial ilusión al escritor, académico y columnista porque era mítico en los sesenta. “De adolescente”, recuerda Marías, “en la primera época del premio, oía hablar mucho de él teniendo en cuenta quienes participaban en las charlas de Formentor como Salinas, Benet, Barral, Hortelano… y, claro, con ganadores importantes, cuatro de los cuales son de mis escritores contemporáneos favoritos: Beckett, Borges, Gadda y Gombrowicz”. El premio que se suspendió en 1967 se recuperó hace dos años con Carlos Fuentes y en 2012 con Juan Goytisolo.
“La gente es muy amable conmigo”, asegura el escritor, al recordar que en los últimos años está recibiendo galardones con regularidad, algo que no deja de sorprenderle. “Tengo suerte. Pienso que he nacido de pie, al menos en este campo”, dice sonriendo. Luego, cuenta que a veces no ve demasiada importancia en lo que hace y que para llegar a la gente hay que tener suerte..
Marías (Madrid, 1951) recibe este galardón, dotado con 50.000 euros, tras un año marcado por el éxito internacional (ingresó en el selecto club de autores publicados en la serie Modern Classics de la editorial británica Penguin, sumado a las críticas elogiosas de su última novela, Los enamoramientos, en otros países) y la polémica en España al haber rechazado en octubre el Premio Nacional de Narrativa. Pero el Formentor lo acepta porque no tiene nada que ver con dinero institucional.
El jurado del premio, presidido por Basilio Baltasar y formado por Félix de Azúa, Manuel Rodríguez Rivero, Juan Antonio Masoliver Ródenas y Berta Vías Mahou considera que Javier Marías, “a pesar de haber comenzado a publicar a muy temprana edad, no ha perdido desde su primer libro el aliento y la creatividad que lo han convertido en uno de los escritores más interesantes de la literatura en español”. Además, valora especialmente la integración de acción descriptiva, introspección y digresión en perfecto equilibrio para la dinámica del relato.
El jurado recuerda que el autor madrileño ha sido reconocido por un público “dispuesto a compartir una narrativa nada complaciente, pero grata entre quienes aprecian la gran literatura”. Una obra que “representa un triunfo de la inventiva gracias a la habilidad con que ha sabido contar, describir y pensar, sin que se resienta el flujo narrativo”.
Y Javier Marías continúa en ello. Ahora inmerso en su novela número 12. No revela muchos datos. Duda. Apenas acierta a decir que se está acercando a la mitad, pero, afirma, “uno nunca sabe la extensión que va a tener un libro, y hasta que no la acabe no sabré si la publico o no”. Y da otra pista: el narrador vuelve a ser un hombre y a diferencia de sus otras obras, que suelen transcurrir en la actualidad, esta vez el escenario en 1980 evocado desde el presente.
Javier Marías, que recibirá el premio el 31 de agosto en Palma de Mallorca, se suma a una lista ilustre junto a otros escritores que recibieron el galardón en su primera época, entre 1961 y 1967: Jorge Luis Borges, Samuel Beckett, Juan García Hortelano, Uwe Johnson, Saul Bellow y Witold Gombrowicz. Un premio surgido en 1961 por iniciativa de Carlos Barral y Camilo José Cela e impulsado por editores extranjeros (Antoine Gallimard, Einaudi…), en el marco de los Encuentros de Formentor que habían nacido dos años antes y que se recuperaron en 2008.
El Premio Formentor de las Letras se convoca para reconocer el conjunto de la obra narrativa de aquellos escritores cuya trayectoria prolonga la gran tradición literaria europea, siendo su principal objetivo contribuir a consolidar y reconocer la posición de los autores que han sabido mantener su esencia literaria.
El Formentor reapareció en 2011, cincuenta años después con el mecenazgo de la familia Barceló, propietaria del hotel Barceló Formentor, en Mallorca, donde se han realizado estas citas, y la familia Buadas, antigua propietaria del hotel en los sesenta, cuando se crearon las jornadas y el premio. En 2011 lo obtuvo Carlos Fuentes y en 2012 Juan Goytisolo.
El galardón es anual y tiene la voluntad de destacar la alta cultura literaria al reconocer el conjunto de la obra de un gran escritor. "Aspira a convertirse en referencia que oriente a los lectores en medio de tantos premios con vocación más comercial", ha dicho en varias ocasiones Basilio Baltasar.
Fuente: El País
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