sábado, setiembre 20, 2008

LEONCIO BUENO


Con la ternura de siempre Leoncio Bueno Barrantes es un artífice de las palabras sociales

Por: Fernando Chuquipiunta Machaca

Pese a su escasa difusión y discusión crítica, las obras poéticas de Leoncio Bueno Barrantes, recogen las propias experiencias de un proceso de evolución política y social del proletariado peruano, y sobre todo trata de explicar la lucha contra las injusticias, la intolerancia, la perfidia, el afán de consumo y ese egoísmo producto de todo un sistema que mantenemos desde mucho tiempo atrás, no ha conseguido anular su natural ternura; al contrario, se ha acrecentado.

Leoncio Bueno Barrantes nace en un siglo de grandes convulsiones y de esperanza para la Humanidad, solamente me basta una breve mención: La Primera Guerra Mundial, La Gran Revolución Socialista de Octubre, mediante la cual la clase proletaria rusa llega por primera vez al poder y crea al Primer Estado Socialista moderno. Es un siglo de grandes aperturas, de avances de la ciencia y la técnica. Su escuela fue la vida, la necesidad de ganarse el pan de cada día para vivir cuando todavía era niño, le enseñaron que debía luchar con la palabra y la acción por una sociedad justa, empero los versos de este aeda, se advierte la influencia de la poesía moderna, pero no hecha de un realismo bipolar, sino con las brochas y las espátulas artesanales que gozan de metáforas altruistas hacia el mundo y sus ilusiones.

Leoncio Bueno Barrantes es, a todas luces, uno de nuestros mejores poetas para la organización de la intelectualidad revolucionaria obrera y para la formación de la conciencia socialista, también practica las diversas hablas del poblador peruano, que va desde la hacienda hasta la fábrica, desde el taller hasta la cárcel y desde el paraíso hasta al averno. Pero en la membrana fraternal del lector se superponen el retrato de los desajustes de la sociedad peruana en el poema “Madrigal del cazador sin presa”, la tristeza elevada a su máxima expresión enaltece en los versos de “Un viejo fauno se desnuda”, mientras el tono epigramático y por momentos cáustico, son claras muestras de su avidez literaria por ofrecernos lo mejor de su quehacer literario.

A los 88 años, este poeta trujillano ha dado muestras de una encomiable superación literaria, superando mucho que su poesía sea tal como él, sin mayores adornos, pero que reclama la atención, el despertar del lector. Sus hijos, ya universitarios, son ahora sus amigos, su grandes colaboradores ellos le traen libros de Lautremont, Baudelaire, Mallarmé, Apollinaire, autores que lo han hecho ingresar a un mundo desconocido y en los cuales he encontrado la respuesta a una seria de inquietudes que tenia. Y en el atardecer de su azarosa existencia, Leoncio Bueno Barrantes quiere recuperar el tiempo perdido, quiere leer y aprender todo lo que no pudo desde joven. Ahora su vida diaria trascurre entre su taller, haciendo poesía. Porque sigue creyendo que la voz más trascendental del ser humano es la creación poética. Verbo y hombre = poesía. Es lo único que no es rentable para el sistema.
Nada más sutil que estas acciones le permiten enriquecer su mundo poético caracterizado por ser un testimonio de la vida y los combates de las clase obrera, pero muy íntimamente unidos a la rebeldía, fraternidad y ternura que especifican la aparente violencia de sus versos. Ya lo dijo Walt Whitman: que la poesía es la manera hermosa de describir el estado sentimental de su creador. Es maquillar el llanto y dolor del alma con frases bonitas, es plasmar la felicidad en versos de ternura y amor. Son extremos que se tocan, la felicidad y el dolor, el llanto y la risa. Mensajes que se comparten nacidos del corazón.

PERFIL
NOMBRE: Leoncio Bueno Barrantes.
EDAD: 88 años.
OBRAS: Ha publicado los libros: Al pie del yunque (1966), Pastor de truenos (1968), Invasión poderoso (1970), La guerra de los Runa (1980), Los últimos días de la ira (1990), y Cancionero informal (1991).


Escuchemos la cósmica vos del poeta Leoncio Bueno Barrantes:


La captura del rayo


La primera vez que transpuse los linderos,

lo hice en compañía de mi abuelo,

viejo hermoso y florido como un jacarandá.


Nunca antes había penetrado las espesuras del monte.

Mi abuelo, gran brujo,hablaba muchas lenguas,

todas las jerigonzas,

conocía la selva y sus secretos como si fuera su mujer.


Mientras hacíamos el fuego me decía:

'Tienes que ser un cazador, si de no,te cargará el otorongo,

te mearán los zorrinos,

se cagarán en ti los pájaros,

te echarán a pedradas de los huertos,

ninguna mujer acariciará tu miembro

ni detendrás al puma en la mitad del salto.

Toma el hacha, el machete,dale duro al monte

y a las fieras del monte,

mas nunca derribes al hermano del hombre'.


1 comentario:

César Terán Vega dijo...

Hola:

He hecho un enlace a este post aquí:

http://peruvision.blogspot.com/2009/03/guillermo-thorndike-adios-la-pluma.html

Mucho gusto