Caballero Bonald, poeta y narrador
Caballero Bonald, que recibirá el Cervantes el 23 de abril, publica 'Oficio de lector', su "canon personal" de preferencias literarias
José Manuel Caballero Bonald recibirá el 23 de abril el Premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en un acto presidido por los Reyes. El reconocimiento le llega enfrascado en Oficio de lector, un "canon personal" para dar a conocer sus preferencias literarias que ve la luz este mes, y que le lleva a afirmar que "la gran literatura está hecha por grandes desobedientes". Caballero Bonald explica que en Oficio de lector hay "glosas y comentarios sobre libros" que ha leído durante 50 años pero que no tiene intención de ser un "intruso" en la crítica literaria. "Me hice escritor porque primero había leído a unos poetas que me emocionaron. Porque en la vida de un escritor es muy importante lo que ha leído".
Sobre el contenido del libro, recuerda que siempre ha estado "muy unido a la literatura de la otra orilla" del Atlántico, pues su padre era cubano y sus primeros amigos literarios fueron latinoamericanos en el Madrid de los 50, al tiempo que menciona a varias generaciones con representantes como Octavio Paz, Borges, Rulfo, Onetti o Vargas Llosa. "En aquellos años la literatura española estaba un poco anémica y todos estos autores inyectaron una nueva vitalidad. Esos novelistas han mantenido una lengua muy viva. El español medio usa 400 palabras, y eso es un despilfarro por no conocer bien este idioma tan espléndido".
Después de afirmar que si ha hecho algo que le sobreviva, está en Entreguerras, aseguró que se siente retirado desde hace años, que le da "cansancio pensar en una obra completa". "Pero poemas sueltos sí, yo los escribo en los momentos más inoportunos mentalmente y no puedo resistir la tentación". El jerezano avanzó también que en su discurso de aceptación del Cervantes hablará sobre el genial escritor español, haciendo referencia a su faceta como poeta y a la "necesaria regeneración moral cada vez más urgente". "Don Quijote podría ser hoy en día el Ché Guevara", recalcó antes de confesar que el protocolo de la ceremonia es "lo único" que lleva "mal" del Cervantes. "Alquilar un caché por obligación y tener que escuchar al Rey hablar de tu obra lo llevo con resignación", bromeó.
Sobre el contenido del libro, recuerda que siempre ha estado "muy unido a la literatura de la otra orilla" del Atlántico, pues su padre era cubano y sus primeros amigos literarios fueron latinoamericanos en el Madrid de los 50, al tiempo que menciona a varias generaciones con representantes como Octavio Paz, Borges, Rulfo, Onetti o Vargas Llosa. "En aquellos años la literatura española estaba un poco anémica y todos estos autores inyectaron una nueva vitalidad. Esos novelistas han mantenido una lengua muy viva. El español medio usa 400 palabras, y eso es un despilfarro por no conocer bien este idioma tan espléndido".
Después de afirmar que si ha hecho algo que le sobreviva, está en Entreguerras, aseguró que se siente retirado desde hace años, que le da "cansancio pensar en una obra completa". "Pero poemas sueltos sí, yo los escribo en los momentos más inoportunos mentalmente y no puedo resistir la tentación". El jerezano avanzó también que en su discurso de aceptación del Cervantes hablará sobre el genial escritor español, haciendo referencia a su faceta como poeta y a la "necesaria regeneración moral cada vez más urgente". "Don Quijote podría ser hoy en día el Ché Guevara", recalcó antes de confesar que el protocolo de la ceremonia es "lo único" que lleva "mal" del Cervantes. "Alquilar un caché por obligación y tener que escuchar al Rey hablar de tu obra lo llevo con resignación", bromeó.
Fuente: diariodesevilla.es
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