Amiri Baraka, escritor, investigador y activista afroamericano, murió ayer a los 79 años en Newark, en Nueva Jersey, la ciudad en la que nació con el nombre de Everett LeRoi Jones.
Baraka es conocido en Europa, sobre todo, por 'Blues people', una monumental historia oral de la música negra en Estados Unidos. En España hubo una edición en 2011 ('Blues people: música negra en la América blanca') a cargo del sello Nortesur. Menos conocida es su poesía, que no se ha publicado nunca en nuestro país. En Estados Unidos, se le suele considerar el hermano afroamericano de la Beat Generation. De hecho, conectó con Ginsberg, Burroughs y compañía a través de Hettie Cohen, su primera mujer, con la que fundó Totem Press, una de las editoriales que cobijaron a los beats en su gran momento.
Pero lo que de verdad destaca en su currículo es su papel como agitador político, sobre todo, en los años 60 y 70. Muy en resumen, Baraka trató de agitar políticamente el arte afroamericano, dirigirla hacia el activismo político. Empezó en el 'nacionalismo negro', derivó hacia el comunismo de inspiración cubana, indagó en la cultura original africana, participó en los famosos disturbios de Newark de 1967 (los de la 'Pastoral americana' de Philip Roth), tuvo al FBI detrás de su pista y se acabó enfrentando con muchos de sus compañeros de filas a los que casi siempre terminaba llamando "capitulacionistas".
En 2011, después de los atentados de Manhattan, escribió un poema que sugería que Israel estaba en la trama. Muchos recordaron entonces que Hettie Cohen, su ex mujer, es judía. Como no pudo demostrar nada, aquellos versos quedarán para siempre en su debe.
fuente: El Mundo
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