ENTRE LA LITERATURA Y LO IMAGINARIO
Por: Fernando Chuquipiunta Machaca
A fines de 2003, el catedrático universitario, Bladimiro Centeno Herrera publicó El imaginario de la Palabra (Estudios literarios-culturales), un ensayo sui géneris que llamó la atención por completo al lector acérrimo del Ande. Tanto así que sus artículos escritos propone una propuesta coherente, plural y renovadora, que además, sus estudios y referencias bibliográficas, rompe con ese estilo tradicional presentado por una cultura necrofílica occidental del mundo adverso. Por ello, El imaginario de la Palabra hace uso de diferentes métodos de lectura de discursos literarios y sea ha valido de aportes de otras disciplinas de interpretación fidedigna. Razón por la cual, el escritor Bladimiro Centeno nos concedió una entrevista para este medio escrito.
¿Cómo surge este ensayo literario?
El Imaginario de la Palabra es un libro donde he reunido varios ensayos literario-culturales. Digo literario-culturales porque doy lectura de varias obras literarias que me llamaron la atención desde un punto de vista de los códigos literarios pero también desde el punto de vista de los factores socioculturales que se traducen en dichas expresiones literarias.
¿Del jaiku ahora pasa al micro-cuento?
Bueno, el proceso de la comunicación literaria actual nos exige una forma de textual que implique una economía en el uso lingüístico y codificación de los motivos temáticos sin atentar contra la compleja propuesta cognitiva de todo texto literario. En este sentido, hay dos vertientes de la narrativa corta que se está desarrollando actualmente: el cuento epifánico y el micro cuento que constituye una especie de paralelismo con el jauku japonés.
¿Qué proyectos tiene?
En estos momentos, estoy concretizando la publicación de mi libro de cuentos Días Secretos en el cual he reunido doce cuentos que considero poseen unidad temática y atmósfera urbana común.
¿Con qué faceta se acomoda más? ¿Cómo escritor o crítico literario?
Ambas facetas me resultan muy útiles y a la vez vitalizantes. Pienso que mi faceta crítica me permite controlar mi espontaneidad creativa. Y viceversa. Mi faceta creativa me permite soltar mi lenguaje crítico-académico que tanto daño hace al lector cuando no integras a un lenguaje más llano.
¿Qué piensas de la crítica literaria en el Perú?
Se aprecia una extraordinaria producción crítica. Aunque todavía falta construir un lenguaje propio, dialógico y desaprejuiciada; en estos años he leído texto críticos muy interesantes, explorativos y sugestivos. Me agrada sobremanera el libro “Poéticas del flujo: migración y violencia verbales en el Perú de los 80” de José Antonio Mazzoti. Más o menos es una armonización de varios enfoques para dar una lectura más socioculturalistas.
Por: Fernando Chuquipiunta Machaca
A fines de 2003, el catedrático universitario, Bladimiro Centeno Herrera publicó El imaginario de la Palabra (Estudios literarios-culturales), un ensayo sui géneris que llamó la atención por completo al lector acérrimo del Ande. Tanto así que sus artículos escritos propone una propuesta coherente, plural y renovadora, que además, sus estudios y referencias bibliográficas, rompe con ese estilo tradicional presentado por una cultura necrofílica occidental del mundo adverso. Por ello, El imaginario de la Palabra hace uso de diferentes métodos de lectura de discursos literarios y sea ha valido de aportes de otras disciplinas de interpretación fidedigna. Razón por la cual, el escritor Bladimiro Centeno nos concedió una entrevista para este medio escrito.
¿Cómo surge este ensayo literario?
El Imaginario de la Palabra es un libro donde he reunido varios ensayos literario-culturales. Digo literario-culturales porque doy lectura de varias obras literarias que me llamaron la atención desde un punto de vista de los códigos literarios pero también desde el punto de vista de los factores socioculturales que se traducen en dichas expresiones literarias.
¿Del jaiku ahora pasa al micro-cuento?
Bueno, el proceso de la comunicación literaria actual nos exige una forma de textual que implique una economía en el uso lingüístico y codificación de los motivos temáticos sin atentar contra la compleja propuesta cognitiva de todo texto literario. En este sentido, hay dos vertientes de la narrativa corta que se está desarrollando actualmente: el cuento epifánico y el micro cuento que constituye una especie de paralelismo con el jauku japonés.
¿Qué proyectos tiene?
En estos momentos, estoy concretizando la publicación de mi libro de cuentos Días Secretos en el cual he reunido doce cuentos que considero poseen unidad temática y atmósfera urbana común.
¿Con qué faceta se acomoda más? ¿Cómo escritor o crítico literario?
Ambas facetas me resultan muy útiles y a la vez vitalizantes. Pienso que mi faceta crítica me permite controlar mi espontaneidad creativa. Y viceversa. Mi faceta creativa me permite soltar mi lenguaje crítico-académico que tanto daño hace al lector cuando no integras a un lenguaje más llano.
¿Qué piensas de la crítica literaria en el Perú?
Se aprecia una extraordinaria producción crítica. Aunque todavía falta construir un lenguaje propio, dialógico y desaprejuiciada; en estos años he leído texto críticos muy interesantes, explorativos y sugestivos. Me agrada sobremanera el libro “Poéticas del flujo: migración y violencia verbales en el Perú de los 80” de José Antonio Mazzoti. Más o menos es una armonización de varios enfoques para dar una lectura más socioculturalistas.
¿Qué desearía usted pedirle al Perú?
Que reduzcan en tiempo para ver la televisión que adormece las mentes humanas. Que escuchen más críticamente la radio. Y que se habitúen a la lectura de los periódicos. Nos falta desarrollar un hábito de lectura que nos salve de los ídolos como Magaly o Bayly. Hemos perdido la capacidad de comunicarnos razonablemente y generamos tanta violencia tanto desde los poderes como las individualidades por falta de habilidades comunicativas que tiene que ver mucho con las lecturas racionales de los mensajes cotidianos.
Bladimiro Centeno es ante todo un reconocido escritor puneño. Estudió Literatura y Lingüística en la UNSA de Arequipa. En su haber literario publicó el libro Imaginario de la palabra. Es colaborador en varias revistas nacionales con artículos de crítica literaria y cuentos de gran factura. Ejerce docencia en la UNA-Puno.
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